Equipo científico de la UMA.

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Málaga

La UMA desarrolla un sistema para clasificar tipos de bosques a través de inteligencia artificial

Los investigadores destacan la importancia de la observación de la Tierra basada en imágenes de satélite, ya que proporciona una base tecnológica para el cambio climático, la agricultura de precisión, el urbanismo inteligente o la degradación del suelo.

24 noviembre, 2023 18:08

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El grupo de investigación Khaos, en colaboración con el Centro Temático Europeo de la Universidad de Málaga (ETC-UMA), ha desarrollado una herramienta para clasificar los diferentes tipos de bosques con ayuda de la inteligencia artificial a través de imágenes de satélite.

El proceso de búsqueda de datos de campo para entrenar los modelos de inteligencia artificial contó con la participación de voluntarios de 16 países, a través de investigadores y de una Datathon (encuentro de investigadores) en la que 46 participantes recolectaron datos de usos de suelo de sus países de origen.

El grupo de investigación Khaos de la Universidad de Málaga, que forma parte del Instituto de Tecnología e Ingeniería del Software ‘Jose María Troya Linero’, en colaboración con el ‘Centro Temático Europeo de la UMA’ (European Topic Centre, ETC-UMA) que trabaja para la Agencia Europea del Medio Ambiente (European Environment Agency, EEA).

Los investigadores aluden a la importancia de la observación de la Tierra basada en imágenes de satélite, ya que proporciona una base tecnológica que posibilita la creación de aplicaciones de vanguardia en torno a diversos campos: el cambio climático, la agricultura de precisión, el urbanismo inteligente, la degradación del suelo o los cambios en la cubierta terrestre, según indica la UMA en un comunicado.

El estudio recoge además el valor de los bosques como reguladores del clima y de la diversidad, al igual que la relevancia que adquiere su protección y restauración, reflejada en políticas internacionales y europeas como la reciente Ley Europea de Restauración de bosques, el Pacto Verde Europeo o los Objetivos de Sostenibilidad de Naciones Unidas.

“El riesgo de degradación del medio ambiente ha crecido significativamente durante las últimas décadas. En este sentido, el seguimiento del uso del suelo desempeña un papel fundamental en la consecución de varios objetivos estratégicos a escala mundial, como la conservación de la biodiversidad, la reducción de las emisiones de carbono y el calentamiento global, la planificación urbana y la agricultura”, señala en este sentido la científica el ETC-UMA Virginia García.

Aunque los diferentes gobiernos elaboran catálogos detallados de los diferentes usos del suelo e inventarios forestales, estos se actualizan tras largos periodos de tiempo, lo que no permite realizar un seguimiento continuo. “Con este trabajo nos planteamos el reto de desarrollar una metodología que facilite la clasificación de la cubierta terrestre en zonas extensas como la cuenca mediterránea, además de crear mapas de bosques a nivel de especies”, destaca el investigador de la UMA Antonio Manuel Burgueño, otro de los autores del proyecto.

Para poder clasificar los diferentes usos del suelo y con el objetivo de contemplar los cambios que se producen en los bosques a lo largo del año, dependiendo del tipo de especies arbóreas, se han analizado las tres estaciones. Asimismo, a través de técnicas de inteligencia artificial, se ha creado un modelo que, en base a anotaciones de zonas de bosque para las que se conoce su tipología, se puede predecir el tipo de bosque en zonas para las que no se dispone de información.

De esta forma, usando datos de un porcentaje pequeño del territorio total de la cuenca mediterránea, se ha podido hacer la clasificación de los bosques de la cuenca completa, que incluye 19 países, según explica otro de los autores de este trabajo, el profesor del Departamento de Lenguajes y Ciencias de la Computación, Ismael Navas.

Gracias a este sistema, será posible disponer de mapas actualizados anualmente que permitirán estudiar los efectos del cambio climático y de la actividad humana sobre estos bosques, la efectividad de las políticas forestales o la capacidad de recuperación de éstos tras los incendios, “lo que facilitaría a las administraciones la toma de decisiones basadas en datos para la conservación y restauración de nuestros espacios naturales”, añaden los autores.