Un collage con fotos de Alessandra García, Violeta Niebla y Ángelo Néstore.

Un collage con fotos de Alessandra García, Violeta Niebla y Ángelo Néstore. David Rodríguez, Martín de Arriba.

Málaga

El despertar del orgullo en Málaga: "Es importante ir de la mano de tu pareja sea quien sea: chica, gay o trans"

Alessandra García es bisexual, Violeta Niebla lesbiana y Ángelo Nestoré una persona no binaria. Las tres hablan de sus primeros recuerdos asociados al deseo sexual y a la identidad de género, y de los retos del colectivo LGTBIQ+.

28 junio, 2022 05:00
Málaga

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Violeta Niebla salió del armario hace ya 20 años. La poeta malagueña recuerda con cariño cómo acabó anunciándoselo a su abuela. "Me preguntó que qué me pasaba. "¿Algo del desamor, no?". Contesté que sí. "Si es con una niña también me lo puedes contar", me soltó. Eso fue muy bonito", rememora durante una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga con motivo del Día Internacional del Orgullo.

El despertar sexual de la directora del festival Irreconciliables no le chocó tanto, pero si lo sintió "muy solitario". "Parecía que sólo me pasaba a mí. Sí que había en mi entorno homosexualidad masculina, pero no femenina ni referentes ni nada. Me sentía bastante sola", reconoce. La fotógrafa emprendió un largo camino para descubrir su orientación sexual, que le llevó hasta la meca gay de Torremolinos. 

La performer recuerda colgar un póster de la asociación Colegas en su habitación donde se leía: "Por una visibilización lésbica". "Éramos invisibles. Me costó encontrar gente igual que yo", lamenta. Una vez dado el paso, Niebla se atrevió a desvelar su orientación sexual en su instituto y luego más tarde en la universidad. "Lo fui contando a mis amigas de una en una. Algunas se creían que me gustaban. Me gustan las mujeres, pero no todas", zanja.

Crecer sin referentes

La artista lamenta no haber tenido referentes durante su adolescencia. "Con siete u ocho años no sabía que era. Siempre había sabido que me gustaban las mujeres, pero no lo decía. A algunas las endiosaba. Me pasaba con alguna profesora o actriz", relata. Un videoclip de Texas con aquella cantante de pelo moreno le hizo reaccionar. "Me explotó la cabeza. Ya era deseo lo que sentía. ¿Qué pasa aquí? ¡Es una tía! Empecé a hacerme muchas preguntas", recuerda.

A estas alturas de la vida, Niebla siente que no tiene que dar explicaciones. "Presento a Alessandra (García) como mi pareja. Ya no tengo que salir del armario nunca. Eso lo tuve que hacer hace 20 años", deja claro mientras recuerda la reacción de su madre, entre la protección y casi el miedo. "Me decía: "Tú no lo digas mucho, vaya que pase algo", hace memoria.

Niebla forma junto a Alessandra García, responsable de la programación en el Contenedor Cultural de la Universidad de Málaga, un extraordinario tándem personal y profesional. Ambas han fundado la compañía Dos Bengalas y montaron bajo este nombre la obra Mujer en cinta de correr sobre fondo negro, reconocida este mes con el Premio Max a mejor espectáculo revelación. 

Bisexualidad

La actriz Alessandra García ha sentido "muchos despertares" al ser bisexual. "He estado enamorada de chicas, de gais y de heteros. Un abanico interesante. El despertar lo marcó Violeta. Ha sido mi primera pareja chica. Tenía claro que iba a ser público. Se lo conté a mis padres. Mi abuela paterna se lo tomó muy bien, pero mi abuela materna no. Fue muy doloroso para ella porque no le entraba en la cabeza que dos mujeres se pudieran gustar. Pero ya lo ha entendido con el tiempo", cuenta.

García concibe el despertar "más que como una inquietud sexual como un despertar público". "Es importante ir de la mano de tu pareja sea quien sea: chica, gay o trans. Para mí fue muy importante darle la mano a mi pareja y que la gente lo viera. Me parece un gesto muy poderoso y político", recalca mientras confiesa que Violeta fue "el gran acontecimiento" de su vida. 

Agresión verbal

La intérprete reconoce que en su día a día no ha tenido "muchos problemas" por su condición sexual. Sin embargo, hace poco su pareja y ella sufrieron una agresión verbal en plena calle. "Unas niñas estaban orinando. No les dijimos nada y aceleramos el paso para dejarles intimidad. Nos vieron y nos gritaron: "Qué asco de lesbianas". Fue muy desagradable. Lo suyo de mear en la vía pública sí que es asqueroso", critica.

Entre las barreras que ambas encuentran es no tener una figura o referente cuando eres más pequeña. "Ni se te pasa por la cabeza que eso pueda pasar. Ahora lo bonito es que hay un abanico enorme en cuanto al despertar sexual y la identidad de género. En la actualidad tienes más opciones de ver todas las posibilidades que la libertad ofrece. Antes no", celebra García orgullosa.

-¿Qué le ha parecido lo que ha hecho María del Monte?

-V: Me ha parecido maravillosa su salida del armario y le doy las gracias. Esto esperamos que abra la puerta a muchas mujeres famosas para que así lo digan tranquilamente. No pasa nada por decirlo. Parece que somos menos y no es así. Simplemente seguimos invisibilizadas. 

-A: Creo que el reto es no tener miedo a decirlo y naturalizarlo. Me da mucha pena que haya figuras públicas que son lesbianas y que no lo cuentan por miedo a las reacciones. Hay que hacer más activismo y ser consciente que por muy bien que estemos nosotros hay gente en otros países pasándolo fatal. Hay países homófobos donde amenazan y matan a nuestra gente. 

Niebla apuesta por normalizar "todas las opciones y lo que te metes por la boca y por todos los orificios". "Que cada uno sea libre", hace hincapié mientras señala que "hay que hacer activismo siempre".

Ninguna de las dos olvida los estereotipos a los que están sujetas las lesbianas. "Hay bolleras que son súper femeninas y hay bolleras que somos masculinas. Hay de todo. No tienes que sentirte representada dentro del colectivo. Me parece muy absurdo meternos a todas en el mismo paquete. Esto que se dice de "a las bolleras les gusta ir al Decathlon y ver a Vanesa Martín"o el tipo de bollera con la camisa de cuadros en las series o en las películas. ¡Que quemen esa camiseta de cuadritos ya!", señalan.

Ángelo Néstore, profesor del Departamento de Traducción e Interpretación de la UMA, no reconoce lo suyo como un solo despertar. "Es algo que veía de forma totalmente natural hasta que desde fuera se me hizo ver como algo malo. Más que un despertar, ha sido un duro golpe darse cuenta de que el deseo tal y como lo planteaba no era algo socialmente aceptable", lamenta.

El poeta afincado en Málaga creció en un contexto represivo en su Lecce natal, una pequeña ciudad al sur de Italia. "Hablamos de una realidad muy pequeña, anclada a la religión y a sus valores. Más que un despertar sexual como persona homosexual ha sido todo lo contrario. Lo veía normal porque tampoco me relacionaba con muchos amigos. Llevaba una vida solitaria. No tenía hermanos ni primos. Hasta que empezó la escolarización mis deseos se frustraron", relata.

Teoría queer

El artista se identificó primero como hombre homosexual. "Para mí no había otras opciones. Se me ha educado a desear ciertos cuerpos. Con el tiempo, siendo más maduro, me empapé de la teoría queer, y de sus reflexiones teóricas y filosóficas. Me he dado cuenta de que todo era una construcción social. A través de ella he podido derribar mi forma de desear para abrirme a otra en la cual no me defino persona homosexual ni tampoco como varón. Eso sí que ha sido para mí un despertar", asegura.

Néstore se considera ahora una persona no binaria. "Me he abierto el deseo a otros cuerpos y me ha llevado a aceptarme y desearme de otro forma alejándome de lo masculino, tanto como estereotipos de cuerpo y de deseo, como de identidad de género", explica. Para él, eso ha sido su "verdadero despertar". "Esta puesta en duda de lo masculino tal y como se desarrolla dentro de la comunidad gay. El típico cuerpo viril masculino se aleja totalmente de lo que ahora deseo", reconoce.

¿Se ha enfrentado a muchas barreras, rechazos o violencias veladas?

-Sí. Hay mucha violencia que no se reconoce como violencia. Eso ha sido lo peor. Toda aquella microviolencia. Pienso en las bromas que quieren en cierto modo reírse de los estereotipos, en todas aquellas prácticas para corregir tu forma de expresarte, por ejemplo, o la pluma. A nivel sexual, la búsqueda de estos cuerpos masculinos, musculados y viriles. Todas esas me han parecido barreras para liberarme y encontrarme. Acotaban mi capacidad de deseo. Me llevaban hacia un lugar en el cual sufría porque no era lo suficientemente masculino y viril.

¿Ha sufrido violencias físicas o verbales?

-Desgraciadamente lo he experimentado. Las peores barreras son las que hacen que tú misma te alejes de ti. Las clásicas bromas o las expectativas. Mi padre murió cuando tenía 11 años y de repente mi madre me decía que era el hombre de la casa. Eso te está creando una serie de expectativas. A mí me frustraba. Todas estas cosas han sido barreras muy grandes, sobre todo a la hora de experimentar mi sexualidad y mi identidad de forma mucho más rica. Al final entras en esta espiral en la cual nunca cumples con los cánones. No soy un hombre masculino, pero siempre me esforzado en serlo. 

Respecto a la polémica de Jedet y la Ley Trans y de Derechos de las personas LGTBI, Néstore cree que la actriz no ha complejizado nada. "¿Tú te sabes la Ley Trans? ¿Qué están haciendo? Di algo concreto que te parezca mal. No especifica nada. Con el altavoz que tiene está haciendo daño a la comunidad", reprocha. El poeta no da crédito a que "haya opinado de esa forma faltando tanto al respeto en un momento clave y siendo una persona trans". 

Eso sí, según Néstore, "ser trans, gay o lesbiana no te hace una persona necesariamente con ciertos valores". "Lo queer cuestiona esto. Oye, nos atraviesan muchas más cuestiones. Hay gais muy misóginos. La mayoría de gais que he conocido son misóginos y plumófobos", afirma sin cortapisas. 

Cuando se habla de retos del colectivo LGTBIQ+, Néstore advierte de que "toda conquista conseguida en siglos se puede perder en apenas unos meses". "Esto es terrible. Tenemos la idea de que quizá la mentalidad conservadora y retrógrada es necesariamente una mentalidad muy monolítica, anquilosada en el pasado. Lo retrógrado puede ser muy moderno y no lo vemos", indica.

El escritor cree que "la sociedad tiene que cuestionar el concepto de normalidad porque si no corremos el riesgo de pensar que una vez que se adquieren ciertos derechos, como el matrimonio igualitario, ya está todo hecho". "Es todo lo contrario. Acabamos de empezar", afirma mientras opina que "hay que replantearse todo lo que definamos como normal e investigar otra forma de relacionarnos, de desearnos y de querernos".