Roberto Sotomayor (Madrid, 1977), en un acto de campaña de Unidas Podemos.

Roberto Sotomayor (Madrid, 1977), en un acto de campaña de Unidas Podemos. Dani Gago

Málaga

Roberto Sotomayor: "Málaga es una de las ciudades con más casas de apuestas de toda Andalucía"

"No es razonable que Andalucía tenga un consejero de Educación que criminaliza a los chavales que han caído en la ludopatía" / "Entré en política por Iglesias" / "A mí no me ha costado nunca sacar la bandera de España"

11 noviembre, 2021 07:02
Málaga

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Roberto Sotomayor (Madrid, 1977) ha sido tres veces campeón de Europa en la categoría máster de atletismo y ha obtenido dos subcampeonatos del mundo. Su carrera más larga, sin embargo, la ha emprendido ahora en política de la mano de la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. El deportista madrileño, uno de sus fichajes estrella en junio, forma parte de la secretaría de Deporte y Cultura de Podemos

Lo avala una larga trayectoria como militante en las juventudes de Izquierda Unida y el Partido Comunista, y más tarde en Podemos. "No me lo pensé nada. La militancia la he llevado siempre en el ADN. Mi familia es muy política. Ser militante no es sólo ir a pegar carteles, sino entregarte sin esperar nada a cambio", reconoce antes de su visita a Málaga para participar en un debate sobre las casas de apuestas.

Sotomayor ha puesto en marcha una campaña muy crítica contra estos espacios que campan a sus anchas en barrios obreros con rentas bajas. Este hijo de un afiliado sindical a Comisiones Obreras y creyente ferviente de la política municipalista concibe el deporte como "una herramienta que ayuda a la integración de personas con pocos recursos y a combatir el racismo, la xenofobia y el machismo".

El político madrileño también denuncia que se ha dejado de invertir en instalaciones deportivas públicas, en las pistas y en las canchas. "Cuando era pequeño había muchas canchas de baloncesto público. Esto ya no existe. En cambio, hay gimnasios donde se trabaja el deporte individual y el selfi. Algo muy contrario a lo que reivindico", señala.

Sotomayor en otra foto.

Sotomayor en otra foto. Victor Seco

¿Las casas de apuestas son hoy día una de las mayores lacras de nuestra sociedad?

Es una de las mayores lacras para la gente joven. El juego es ya la tercera causa de muerte por suicidio juvenil. Los psicólogos, los psiquiatras y las grandes asociaciones que trabajan con la ludopatía dicen tenemos un problema muy serio y desde hace bastantes años. No sé si catalogarlo como la peor lacra de la sociedad, pero desde luego es un problema muy grande que afecta a la gente joven. Tenemos que ponernos las pilas.

¿Cómo cree que se debería combatir este fenómeno tan peligroso más allá de las normativas aprobadas estos últimos años?

Con voluntad por parte de la clase dirigente, los políticos, las autonomías y los ayuntamientos. Esto es una materia que compete directamente a las comunidades autónomas. Me gustaría que tuvieran claro el problema. Algunos presidentes autonómicos no están en sintonía con la sociedad. Todavía seguimos escuchando que no hay un problema social con el juego. Hay una connivencia con el sector del juego. Los propios responsables deberían ser responsables y poner en marcha un plan de prevención. Hay algunas autonomías que ni siquiera lo tienen. Es inaceptable. Y también ponerse de acuerdo con los sectores perjudicados para llegar a acuerdos. Al final se trata de regular y de restringir en algunos casos el sector, que está fuera de sí. Se le ha puesto una alfombra roja.

¿Habría que legislar directamente en contra de los fondos buitre?

Los fondos buitre se han convertido en el enemigo número uno del país. Detrás de las grandes operadores existen fondos buitre que dominan el sector del juego y por tanto hay que ponerle coto. Lo que es inaceptable es que el 90% de los colegios tengan una casa de apuestas a menos de 500 metros. No se puede permitir. Hay estudios que nos dicen que el rendimiento escolar baja cuando hay una casa de apuestas cerca. Esto es competencia directamente de los ayuntamientos y las comunidades autónomas.

Hace poco el Ayuntamiento vetaba una casa de apuestas cerca de un colegio. ¿Considera que en esta ciudad hay mayor peligro de adicción al juego? 

Málaga es una de las ciudades con más casas de apuestas de toda Andalucía y tiene un gran problema con ellas. De hecho, en los últimos cuatro años las tasas de ludopatía han aumentado un 20% en esta comunidad autónoma. Este es un dato que habla de la situación actual del juego en la región. No es razonable que Andalucía tenga un consejero de Educación que criminalice a las familias y a los chavales que han caído en la ludopatía.  

La alimentación para un deportista como usted es clave. Hace muy poco se ha aprobado una nueva ley que limitará la publicidad de bollos, galletas, zumos y helados. ¿Es suficiente?

No, claro que no es suficiente. Hay que hacer muchas más cosas. Es un primer paso importante y muy pionero en España donde hemos normalizado ciertos hábitos de alimentación en los chavales. Somos uno de los países de la Unión Europea con mayor tasa de obesidad infantil. Todo está relacionado. Es importante que esto se regule y que en los colegios no se venda alimentos con grasa saturada. Hay que generar conciencia. Hace 15 años, cuando el Gobierno de Zapatero prohibió fumar en los recintos cerrados todos pensábamos que nos quitaban una libertad. Y hoy se nos hace impensable ver un anuncio de tabaco en la tele o ver una a una persona fumando en un espacio cerrado. Con los hábitos de consumo de alimentación hemos normalizado que los chavales coman bollos y alimentos con grasa saturada. Esto no es lo normal.

¿No cree que la gente con pocos recursos va a seguir alimentándose mal?

Sin duda es un problema de clase. En los barrios con rentas medias bajas, la alimentación es peor porque tienen pocos recursos económicos. Es un problema estructural que hay que abordar. No deja de ser una preocupación por parte del Gobierno que los ciudadanos coman bien porque eso repercute directamente en la sanidad del país.

Antes hablaba de libertad. Me ha recordado mucho a la última campaña de Isabel Ayuso. ¿A usted eso de la cervecita y los bares no le va, no?

Es un discurso falaz y muy hipócrita. La política no se puede reducir en socialismo o libertad. Hay muchas más cosas. En Madrid hay problemas muy grandes. Más de medio millón de personas están en la lista de espera de los hospitales. También hay un problema con las residencias de mayores. Faltan recursos y personal. El 80% están en manos de empresas privadas. Si nos preocupamos tanto por nuestros mayores, ¿cómo es posible que los dejemos en residencias que están en manos de fondos buitre, que tiene su sede en paraísos fiscales? El discurso de Ayuso es muy populista. No se habla de los problemas reales de los vecinos. En cambio, se despliegan eslóganes tan grandes. Como si el socialismo nos fuera a traer la miseria y la ruina. Y es justo al contrario: lo que nos ha traído esta ruina es este neoliberalismo atroz y este capitalismo sin razón. 

Ante esto que me cuenta, veo a una izquierda muy divida. Sin ir más lejos la coalición formada por PSOE y Podemos en el actual Gobierno no para de chocar en muchos asuntos. ¿No deberían lavar los trapos sucios en casa?

En un gobierno de coalición siempre va a haber roces. Son dos estilos diferentes y dos programas que en algunas cosas pueden estar muy de acuerdo, pero en otros no. Lo importante es sentarse a dialogar y cumplir el pacto. El PSOE intenta no cumplir el pacto de gobierno. Nosotros estamos empujando para que se cumpla punto por punto. A veces, en la política hay que negociar y sentarse. Hemos llevado la política al lodazal absoluto y la hemos denostado.

Todos se prestan al juego no sólo en el Parlamento, sino también en las redes sociales. Usted es súper activo en otro lozadal: el Twitter.

No me presto, doy mi opinión. No dejo de ser un militante más en la organización. En Twitter hay mucha basura e insultos. Pero no deja de ser una herramienta eficaz para hacer llegar a la ciudadanía la política. Hay una desconexión entre la ciudadanía y la política. Eso no puede ser. La política lo es todo. Como dice mi madre, la política es hasta el aire que respiras. No es malo ser crítico y autocrítico con tu propia organización. 

Yolanda Díaz tiene la intención de construir una alianza "sin vetos ni exclusiones" capaz de liderar el espacio de la izquierda. ¿Qué opina?

Me parece muy bien. Lo que está en juego ahora mismo es la salvaguarda de determinados principios democráticos que ha costado mucho recuperar en este país. No está en juego simplemente una forma de gobernar, sino la propia democracia. Todo lo que sea bienvenido para formar una plataforma progresista que sea beneficiosa para los ciudadanos, adelante. No sé si está negociado. La figura de Yolanda Díaz es muy importante para nuestra organización y la izquierda de nuestro país. Ha demostrado en muchas ocasiones que es una persona de diálogo y de consenso. Tienes que gobernar para todos. La derecha está desubicada con Díaz. 

Ha sido muy crítico con lo que le ha pasado a Pablo Iglesias. ¿No debería haberse quedado remando para la izquierda en la Comunidad de Madrid? Ya que habla de que hay tantos problemas...

Puede hacer lo que quiera. Se ha ganado el respeto de todos los militantes y los votantes. Él tenía libertad de dar un paso al lado. Creía que ya no sumaba en la organización. Yo soy muy pablista. Entré en política por él. Que no se nos olvide que lo que ha pasado con Pablo Iglesias y su familia es este país es inadmisible. No ha habido ningún político que haya pasado por lo mismo. Hemos normalizado ese acoso y derribo día a día en las puertas de su casa. Eso no se puede permitir en una sociedad que saca pecho de ser una democracia plena. 

Una imagen del deportista con la bandera española.

Una imagen del deportista con la bandera española.

Ha celebrado sus victorias envolviéndose en la bandera española. ¿No debería aprender la izquierda de usted? 

A la izquierda le cuesta mucho sacar la bandera. También es un país con unas connotaciones históricas diferentes a la de cualquier otro territorio. Ha habido un régimen dictatorial que se apropió de los símbolos y la bandera durante más de 50 años. Me quedo con una imagen que vi siendo muy pequeño. Cuando se legalizó el Partido Comunista de España Santiago Carrillo posó con la bandera comunista y la española juntas. Esa imagen es única, de concordia y de unidad. A mí no me ha costado nunca sacar la bandera de España. Cuando ganó un título represento a un país. Otra cosa es manosear la bandera. Defender la patria es defender los servicios públicos de calidad y que no haya pobreza. Cada uno siente los colores de mi país como quiere.