Pablo Alonso, Álvaro Benito y Héctor Polo antes del encuentro en Malasaña con este periódico.

Pablo Alonso, Álvaro Benito y Héctor Polo antes del encuentro en Malasaña con este periódico. Cristina Villarino EL ESPAÑOL

Sociedad Ruta por el Madrid de...

Álvaro Benito, con Pignoise: "A nosotros no se nos tomó en serio por ser yo futbolista; ahora pasa lo mismo con Ramos"

"Nos faltó tener el desarrollo profesional que sí tuvieron Pereza o El Canto del Loco por no tener discográfica" // "Que me llegue un tío a mí un tío de una discográfica a decirme qué música tengo que hacer me suena a chiste".

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Las claves

Álvaro Benito, exfutbolista del Real Madrid, relata cómo los prejuicios le afectaron en los inicios de Pignoise, una situación similar a la que vive ahora Sergio Ramos.

Pignoise, formada en 2003 y con 12 discos publicados, vive uno de sus mejores momentos tras más de 20 años de carrera, realizando giras cada vez más grandes.

El grupo valora la fidelidad a su estilo musical y la independencia creativa, rechazando presiones de discográficas para cambiar su sonido.

Álvaro Benito compagina actualmente su faceta de músico con la de comentarista deportivo, planificando cuidadosamente ambas actividades para 2025 y próximos años.

A Álvaro Benito, ya saben, ex jugador del Real Madrid, le dio hace ya un tiempo por formar un grupo: Pignoise. Lo hizo en 2003, el año en que Estados Unidos invadió Irak, el Milan ganó la Champions, murió la oveja Dolly o Juan Pablo II beatificó a Teresa de Calcuta. Entonces, no había redes sociales, estaba por inventar Spotify y la música se consumía en formato físico. 

Han pasado 23 años desde entonces. Y Álvaro Benito, ahora comentarista habitual de los partidos de LaLiga y la Champions, sigue colgándose la guitarra junto a Héctor Polo y Pablo Alonso para subirse a los escenarios de medio país. Y Pignoise no sólo sigue en pie —pese a lo que muchos pronosticaron en sus inicios—, sino que pasa por su mejor momento. “Cada vez hacemos giras más grandes, llenamos recintos más grandes...”, reconocen en conversación con este periódico.

Álvaro, Pablo y Héctor ahora están cerca de los 50, cuentan con varios himnos generacionales (‘Nada que perder’ o ‘Te entiendo’) y 12 discos, el último, ‘Ganas’. A EL ESPAÑOL, en esta subsección llamada Ruta por el Madrid de...', lo lleva a Malasaña. Concretamente, a Marilians Records, una de las pocas tiendas de vinilos que quedan en la capital. Allí, nos recomiendan escuchar ‘Turnstile’ y, por supuesto, acudir a su próxima cita en ‘The Garage’, donde darán un concierto doble la tarde del 20 de diciembre para cerrar un año, musicalmente hablando, inolvidable para todos ellos.

PREGUNTA.—En su ruta por Madrid. ¿Por qué hemos venido a Marilians Records?

Álvaro.— Siempre que vengo por el centro me paso por aquí desde que la descubrí. Me gasto el dinero en pocas cosas, pero los vinilos son una de ellas. Por lo demás, vengo mucho por Malasaña.

P.—¿Sólo una estrella del rock al borde de los 50 años puede citarnos en una tienda de vinilos? No sé si un reguetonero nos diría de venir aquí.

Álvaro.—[Risas] Los reguetoneros no sé, pero hay mucha gente que compra vinilos. El formato físico se está volviendo a instaurar. Yo creo que provoca una conexión extra con el artista que es para toda la vida.

Pablo Alonso, Álvaro Benito y Héctor Polo recorren las calles de Malasaña.

Pablo Alonso, Álvaro Benito y Héctor Polo recorren las calles de Malasaña. Cristina Villarino EL ESPAÑOL

P.—¿Se acuerdan del primer CD que compraron?

Héctor.—Mi primer casete fue el de Transvisión Vamp.

Pablo.—El mío, ‘Thriller’, de Michael Jackson.

Álvaro.—El mío fue ‘Out of Time’ de R.E.M.

P.—¿Dónde se conocieron?

Álvaro.—A Héctor lo conocí porque era canterano del Real Madrid. Su mejor amigo del equipo era mi mejor amigo de la pensión. Éramos de fuera y vivíamos juntos. Y Pablo estudiaba con mi hermana.

P.—¿En qué han cambiado desde que empezaron en 2003?

Álvaro.—Qué no ha cambiado. Han pasado 24 años y, entonces, teníamos 20 y pocos. Ahora estamos cerca de los 50. Llevamos, además, 20 años de carrera. La vida pasa e inevitablemente eso afecta a tu comportamiento, a tu manera de experimentar, de vivir... Ellos (Pablo y Héctor) ya son padres, por ejemplo. El estilo de música es lo único que permanece intacto. Creo que hemos sido muy fieles y nos seguimos llevando bien.

P.—¿Cuesta ser fiel con uno mismo tal y como está la industria musical?

Pablo.—Yo creo que más que por la industria es porque llevamos muchos discos, muchas canciones... Álvaro es el que las compone y al primero al que le tienen que gustar. Si a él le molan, luego nos tienen que seducir a nosotros de forma que le puedan sorprender a la gente. Es un trabajo muy laborioso, de buscar mucho...

P.—¿Es menos prejuiciosa la sociedad ahora que antes? Lo digo porque en sus inicios siempre se miro con recelo a Álvaro por ser exfutbolista y, ahora, parece que no tanto. Están, quizá, en su mejor momento.

Álvaro.—Es igual de prejuiciosa. En su momento no se tomó en serio a Pignoise porque yo había sido fubolista y ahora tienes el ejemplo perfecto con Sergio Ramos.  Lo que pasa es que todo se difumina cuando llevas tantos años teniendo éxito. ¿Qué pueden decir ahora? Pero el prejuicio existió y todavía hay ciertos estigmas. Pero es algo con lo que hemos convivido sin ningún problema.

P.—¿El tiempo les ha puesto en su sitio?

Álvaro.—No es el tiempo; es la gente la que decide lo que le emociona —y lo que no—. Hay grupos que se quedan y otros que continúan porque la gente tiene interés en verlos. La música es eso. Si te sigue emocionando, compras una entrada para verlo y el disco para escucharlo.

P.—¿Os ha beneficiado o perjudicado que Álvaro fuera jugador del Real Madrid?

Pablo.—Nos ha perjudicado totalmente, sobre todo en los inicios; y a día de hoy sí que siento  resentimiento en ciertos ámbitos. Pero el que quiera tener prejuicios que los tenga. Nosotros nos dedicamos a hacer le mejor disco posible y a pasárnoslo bien.

P.—Al principio no tuvieron el apoyo de ninguna discográfica. ¿Habría sido diferente si Universal o Sony hubieran apostado por Pignoise?

Álvaro.—Nosotros empezamos con una productora de televisión y no desarrollaron el producto como sí hubieran hecho Warner o Universal. De haber tenido el apoyo de una discográfica, yo creo que hubieran invertido en nosotros tras tener un éxito masivo y hubiéramos llegado a mucha más gente. 

También es cierto que esa productora nos puso en el escaparate que nos dio a conocer. Entonces, digamos que una cosa por la otra. Le estamos agradecidos, pero es verdad que nos faltó eso para tener un desarrollo musical como el que tuvieron Pereza o El Canto del Loco cuando llegaron a tener éxito.

P.—Pero luego sí que estuvieron con Warner y con Sony.

Álvaro.—Globomedia coeditaba los discos de Warner, pero nunca les pertenecimos. Y con Sony sacamos un disco (‘Año Zero’). Hicieron un buen trabajo.

P.—¿Por qué no siguieron con ellos?

Álvaro.—Porque fue el año en el que se desplomó la venta física de CDs. Despidieron a Carlos López, que era el presidente de la compañía entonces y el que apostó por nosotros, y el que llegó en su lugar nos propuso un cambio de estilo. Nos dijo que teníamos que hacer música más madura. Dijimos que nos parecía muy bien, pero que se metiera su opinión donde le cupiera. Y decidimos irnos por nuestra cuenta.

Al final, tú tienes que hacer lo que sientes. Que me llegue un tío a mí a decirme qué tipo de música tengo que hacer me suena a chiste. Nos reímos en su cara y nos fuimos.

Pablo Alonso,

Pablo Alonso,

P.—¿No se veían haciendo reguetón?

Álvaro.—No es eso. Es que un director artístico puede decirte: el repertorio no es lo suficientemente bueno, faltan singles... Pero que te diga hacia dónde debes ir. No voy a decir el nombre. Pero fue como: ‘¿Tú me vas a decir a mí hacia dónde tengo que llevar mi música?’. Estos son los gurús del mundo de la música, que son muchos.

P.—¿Hay más gurús en el fútbol o en la música?

Álvaro.—En la industria musical. Y también hay más ego. En el fútbol es difícil que engañes a nadie: poco tienes que decir si el partido termina 2-1. Pero la música es muy subjetiva.

P.—Paran de 2015 a 2021 porque Álvaro empieza a entrenar. ¿Qué hacéis el resto del grupo en esos años?

Pablo.—Yo me puse a trabajar con unos amigos en una empresa y estuve seis años tocando con Despitaos. Con eso me quitaba el mono de la música.

Héctor.—Yo en la empresa de mi padre, donde todavía sigo trabajando.

P.—Después vuelven y les va mejor que nunca.

Álvaro.—Así lo ha decidido la gente. Nosotros no hemos hecho nada extraordinario. Cuando volvemos, no tenemos discográfica, no sonamos en la radio, no tenemos ningún tipo de promoción y, sin embargo, la gente te escucha. Descubres que las canciones se han quedado.

P.—¿En algún momento pensaron en no volver?

Álvaro.—Si yo hubiese tenido recorrido como entrenador, entonces igual no hubiéramos vuelto a tocar nunca.

Héctor.—Si al volver no hubiese funcionado... Pero es verdad que pasa lo contrario. Salimos a tocar al Arenal Sound y vemos que la gente responde muchísimo. A partir de ahí vamos para arriba.

P.—¿Vende mucho la nostalgia?

Pablo.—Yo creo que se echa de menos bandas que toquen. Ahora el panorama está huérfano de bandas. De hecho, les está yendo muy bien a todas las que han salido últimamente. España siempre ha sido un país de bandas.

Álvaro.—Yo es que no veo eso de la nostalgia. Nos lo preguntan mucho y yo siempre digo: si vienen los Rolling Stones o Bruce Springsteen nadie va a verlos por su último disco. La gente va porque las canciones le molan y le sigue interesando verlos en directo, pero no hay nostalgia de ningún tipo. Eso es porque las canciones forman parte de la vida de la gente. Lo de la nostalgia me parece una gili****. Además, nuestro público es muy joven: está entre los 18 y los 40 años.

P.—Con más de 20 años de carrera, ¿alguna vez han necesitado ayuda psicológica para gestionar esas idas y venidas?

Álvaro.—Yo no la he necesitado. Dicho esto, hay muy poco conocimiento sobre el cerebro. Somos un cúmulo de emociones y aprender a controlarlas es uno de los trabajos del ser humano. De pequeño te deberían enseñar a gestionar las emociones y no otras cosas que no sirven para nada. La mayoría de los crímenes vienen por no saber gestionar las emociones. Si supiéramos gestionarlas, habría menos problemas en el mundo.

Pablo.—Es una cosa muy silenciosa, que no se ve, pero el suicidio es la principal causa de muerte. Hay que normalizarlo para poder ayudar.

P.—A veces, ni siquiera es necesario tener un problema. Todos los futbolistas, por ejemplo, tienen a alguien que les ayuda a diario.

Álvaro.—Es que ser futbolista es uno de los trabajos más estresantes que hay. El problema es que la gente no lo sabe. Al final siempre queda esa frase demagoga de... Como ganan muchos millones. En fin. Hay que intentar ponerse en los zapatos de los demás porque es de los trabajos más estresantes que hay. Y si ya eres entrenador...

P.—¿Cómo se gestó su regreso?

Álvaro.—Con naturalidad. Propusimos empezar a ensayar, salieron algunos conciertos y el primero que tuvimos fue el del Arenal Sound. Nos pusieron muy temprano y, sin embargo, fue apoteósico. Te lo puede decir cualquiera que estuviese allí. Ese fue nuestro gran impulso. Nos dimos cuenta que las canciones se habían quedado y que, además, habían saltado una generación. El público era muy joven y se las cantaba todas. Es cuando fuimos conscientes de que si los próximos años hacíamos un buen trabajo, entonces podríamos seguir creciendo. Y así está siendo. Cada vez las giras son más grandes y los recintos también. No sólo es que perduremos, sino que también hay crecimiento.

P.—¿Cuál es su plan para el año que viene?

Álvaro.—Entre febrero y mayo haremos salas en ciudades a donde normalmente no llegan las giras: Logroño, Santiago... Después, haremos festivales. En 2027, recintos grandes en grandes ciudades y festivales, y en 2028 la idea sería tener nuevo disco.

Álvaro, Pablo y Héctor, durante la entrevista.

Álvaro, Pablo y Héctor, durante la entrevista. Cristina Villarino EL ESPAÑOL

P.—¿Cómo lo vas a compatibilizar con el fútbol, Álvaro?

Álvaro.—Planificando con tiempo. Si no, es imposible. Porque cuando empiece la gira habrá semanas en que esté comentando el sábado en Sevilla, el domingo en la radio y el lunes haga El Día Después. Y luego igual el martes me toca ir a Múnich porque hay Champions y el jueves y el viernes me voy a tocar a Santiago y el domingo estoy en Barcelona otra vez comentando. Y cuando lleve así un mes igual me pego un tiro.

P.—¿Tienen algún plan contemplado ‘Por si todo sale mal’, como dice la primera canción de su nuevo disco?

Álvaro.—Somos optimistas. Yo creo que en esta vida hay que pensar que va a pasar lo mejor y, si sucede lo peor, lo aceptas y sigues hacia delante.

P.—¿’No vale entristecer’, como dice la última canción de su disco?

R.—Sí vale. Ahora parece que no vale entristecer. Que no es cool, que siempre hay que molar. Y no.