Las quejas por la subida de precios no paran de aumentar.

Las quejas por la subida de precios no paran de aumentar. Telemadrid

Sociedad

Una vecina de Madrid no se esconde y estalla ante la subida de precios: "Me he quejado a la cajera, llevo menos y pago más"

El encarecimiento de alimentos como el chocolate, el café o los huevos golpea el bolsillo de los consumidores y obliga a muchas familias a reducir su compra.

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"Me he quejado a la cajera, llevo menos y he pagado más". Así resume una vecina de Madrid lo que últimamente le pasa cada vez que va a comprar a su supermercado del barrio.

Y es que con un ticket más corto de lo habitual y una cuenta más alta, parece que siempre sale indignada. "Es que no tiene sentido, cada vez quito más cosas de la cesta porque no me da el presupuesto", lamenta en Telemadrid.

Sin embargo, la sensación de esta mujer no es única. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en julio de 2025 el Índice de Precios de Consumo (IPC) refleja un fuerte aumento en productos básicos de la alimentación.

Una mujer ante un lineal cárnico de supermercado.

Una mujer ante un lineal cárnico de supermercado. iStock

Comparado con el mismo mes del año pasado, el chocolate se ha encarecido un 21,6%, el café un 19,8%, los huevos un 18,3% y la carne de vacuno un 15,1%. Un golpe directo al bolsillo de las familias, especialmente para aquellas que compran estos alimentos de forma habitual.

Y es que como vemos, la subida no solo afecta a los productos más "capricho" como el chocolate o el café. Los huevos y la carne de vacuno son básicos para muchas familias, y verlos encarecerse tanto complica incluso la planificación de las comidas.

Detrás de estos incrementos, los expertos apuntan a varios factores: el encarecimiento de las materias primas, el aumento de los costes de transporte, la energía y la sequía que ha afectado a cultivos y ganado. Pues, según explican, todo esto acabaría repercutiendo en el precio final que pagan los consumidores.

Así, para muchos, la estrategia más común para sobrellevar la situación es comparar precios, buscar promociones y sustituir ciertos productos por otros más baratos.

Pero parece que el impacto psicológico también se hace notar. Según detallan profesionales del sector, hacer la compra, algo rutinario y cotidiano, se ha convertido en una tarea que genera estrés en muchas personas.

Hacer la compra se ha convertido en un estrés para muchos.

Hacer la compra se ha convertido en un estrés para muchos. Istock

Muchos clientes confiesan que ahora revisan el ticket línea por línea para asegurarse de que no hay errores. Otros, directamente, han reducido la frecuencia con la que van al supermercado para evitar la tentación de gastar más.

Mientras tanto, los datos confirman lo que la gente ve día a día en las estanterías. Y es que en un momento en el que el precio de alimentos básicos sigue subiendo a doble dígito, voces como la de esta vecina ponen rostro a un malestar que no deja de crecer.