Un trabajo difícil en verano.

Un trabajo difícil en verano. Telemadrid

Sociedad

Una socorrista contundente ante las actitudes temerarias de los bañistas en Madrid: "Siempre hay un rezagado que..."

Esta vigilante del Pantano de San Juan advierte sobre la importancia de respetar las normas tras dos ahogamientos este verano en la capital.

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Con un verano especialmente caluroso y lleno de turistas, el trabajo de los socorristas se ha vuelto más importante que nunca, especialmente tras los dos ahogamientos registrados ya en Madrid esta temporada.

El Pantano de San Juan, conocido por ser una de las pocas zonas autorizadas para el baño en la región, se ha convertido en un destino habitual para madrileños que buscan un respiro frente al calor.

Sin embargo, no todos los visitantes son conscientes de los peligros que puede implicar el agua. Y es ahí donde entran en juego profesionales como Carolina, ya que "siempre hay algún rezagado que intenta incumplir las normas y nos lo pone un poquito más difícil".

El pantano está vigilado.

El pantano está vigilado. Telemadrid

Es por ello, que tal y como detalla esta socorrista en Telemadrid: "Estamos equipados con nuestro propio botiquín, con el que podemos socorrer a cualquier persona de manera inmediata, nuestros prismáticos, para poder vigilar donde la vista propia no nos llega".

Además, también "llevamos nuestras propias sacas, donde llevamos tanto nuestro chaleco como nuestro casco, aletas, neopreno, gafas y tubo de bucear. Todo lo necesario para quien necesite un rescate inmediato", concluye.

Gracias a este equipo, los socorristas pueden actuar de forma rápida y eficaz en situaciones de riesgo. Y es que la prevención es una parte clave de su labor.

Con su trabajo de vigilancia, permiten detectar conductas que podrían poner en peligro a los bañistas, como nadar fuera de las zonas delimitadas o ignorar las recomendaciones.

Una zona muy concurrida en verano.

Una zona muy concurrida en verano. Telemadrid

Sin embargo, Carolina detalla que, por norma general, no suelen tener problemas, ya que "la mayoría de gente cumple, bastante maja y sin problema".

No obstante, siempre hay personas que, aunque sean una minoría, parece que las normas no son para ellos y pueden comprometer la seguridad tanto propia como ajena.

Y aunque se trata de casos puntuales, los socorristas no bajan la guardia. "Siempre estamos ahí, vigilando, por si hay alguno que le cuesta un poquito más volver, acercarnos, preguntarle: ‘¿oye va todo bien?’, ‘sí, no, tal, pues te acompañamos’ y así hacérselo un poquito más fácil".

Con esta actitud cercana pero firme, Carolina y su equipo buscan prevenir accidentes y salvar vidas. Pues, la realidad es que el respeto por las normas y la labor de los socorristas van de la mano, ya que sin ellos, el baño en entornos naturales como este conocido pantano sería casi imposible.