La mujer lleva dos años acudiendo.

La mujer lleva dos años acudiendo. Telemadrid

Sociedad

Una desempleada de Madrid, sobre su cruda realidad: "Ir al comedor social es un lujo, como si me hubiera tocado la lotería"

Esta asociación del barrio de Vallecas acoge a diario a más de 300 personas que sufren dificultades para poder comer con dignidad en su día a día.

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Mari Carmen tiene 52 años y lleva dos en paro. Cada mañana sale de su casa con una bolsa vacía y una sonrisa. Camina hasta el comedor social de una asociación del barrio de Vallecas, donde recibe lo que para ella es mucho más que un plato de comida.

"Para mí es un lujo, como si me hubiera tocado la lotería, porque lo bien que nos tratan, cómo nos atienden, lo limpito que está", explica con una sonrisa mientras habla de su rutina.

Y es que aunque la situación no ha sido fácil para ella desde que perdió su trabajo, en este comedor ha encontrado más que una ayuda.

Los voluntarios hacen una labor ejemplar.

Los voluntarios hacen una labor ejemplar. Telemadrid

"Claro que sí, vengo aquí para poder comer un poquito gracias a Dios. Llevo un par de años viniendo, vine porque me quedé sin trabajo y al tener familia, pues había que comer en algún sitio", confiesa Mari Carmen, sin ocultar su realidad.

Una dura historia que, por desgracia, no es la única. Y es que al igual que ella, más de 300 personas acuden cada día a este comedor social en Vallecas.

La mayoría son desempleados de larga duración, personas mayores con pensiones muy bajas o gente en situaciones complicadas que no pueden permitirse un menú diario.

La labor que se realiza en este espacio depende, en gran parte, de los voluntarios. Normalmente son unos 35, pero en verano esta cifra se reduce notablemente.

En verano baja la ayuda.

En verano baja la ayuda. Telemadrid

Muchos se van de vacaciones para evitar las altas temperaturas. Por eso, durante los meses de más calor, hacen un llamado especial a quienes puedan colaborar, aunque sea unas horas a la semana. Cualquier ayuda cuenta.

Tal y como explican en Telemadrid, uno de los que nunca falla es Luis. Tiene 78 años, fue médico toda su vida, y desde que se jubiló dedica parte de su tiempo a echar una mano.

Su delantal apenas oculta la energía con la que se mueve entre las mesas a pesar de su edad. "Es una suerte dar algo a personas que lo necesitan, cuando yo he tenido tanta suerte en mi vida", dice con la convicción de quien sabe que está haciendo lo correcto.

El comedor es un espacio modesto, pero muy cuidado. Las monjas se encargan de que las mesas estén siempre limpias y la comida se prepare con el cariño de unas cocineras que llegan a diario allí a las seis y media de la mañana.

Más de 300 personas acuden al comedor.

Más de 300 personas acuden al comedor. Telemadrid

Hay un ambiente de respeto y las personas que acuden no se sienten “mendigos”, ni señalados. Son vecinos, amigos o simplemente gente que atraviesa un mal momento. Y así les hacen sentir el equipo que les atiende, tanto cocineros como voluntarios, pues siempre lo hacen con una sonrisa y una palabra amable.

Y es que para muchos, este comedor ha sido un salvavidas. Allí, no es solo comida lo que se llevan, es dignidad, humanidad y, sobre todo, una nueva oportunidad para seguir adelante.