
Los vecinos no sorportan cómo queda todo.
Ana García, vecina de Madrid, sobre el Orgullo: "Me tengo que ir del barrio estos días, en mi portal ruedan una peli porno"
Los residentes de la plaza de Chueca en estos días prefieren marcharse de la ciudad durante la celebración debido a las consecuencias que trae.
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Cada año, a principios de julio, el barrio de Chueca se transforma en el epicentro del Orgullo en Madrid, una fiesta que reúne a más de un millón y medio de personas llegadas de todo el mundo.
Para muchos, estos días son sinónimo de música, color, libertad y diversión. Sin embargo, no todos lo viven igual. Este es el caso de Ana García (nombre ficticio), una vecina del barrio desde hace más de 15 años, para la que el Orgullo no es motivo de celebración, sino de huida.
"Me tengo que ir del barrio estos días, en mi portal ruedan una peli porno", cuenta Ana, quien ha optado por cambiar la ciudad durante estas fechas. Un gesto que, al igual que ella, muchos vecinos optan por hacer estos días como obligación.

Carteles y banderas del colectivo LGTBIQ+ en el barrio de Chueca en las fiestas del Orgullo 2025.
Y es que aunque Ana asegura que entiende que haya gente que disfrute de la fiesta, considera que hay límites que se han sobrepasado. "Que la gente folle, pues ya me gustaría a mí, pero lo de la peli porno es demasiado", dice visiblemente molesta por la situación.
Pues, lo que un día fue una fiesta con un fuerte componente reivindicativo, parece que hoy en día se ha convertido en un gran escaparate comercial y turístico, sin apenas espacio para el día a día de los vecinos.
Ana reconoce que el problema no es exclusivo de Madrid. "Me imagino que en todas las fiestas será igual, ayer estuve con un amigo de Pamplona que también se va por los Sanfermines", cuenta.
Además del ruido, los olores y la suciedad, otra de las molestias frecuentes es la imposibilidad de moverse con normalidad. "Hay muchísima gente y cantidad de controles en las calles", se queja Ana ante la dificultad que tiene cada vez que sale de casa.

Un perro en el desfile de ‘Plumas y Patitas’ en Chueca
Aunque las autoridades colocan urinarios, refuerzan la limpieza y permiten conciertos con seguridad hasta ciertas horas de la noche, muchos vecinos sienten que sus necesidades quedan en segundo plano.
En los últimos años, lograron que se trasladaran los conciertos fuera de la plaza de Chueca por la cercanía de una residencia de ancianos, pero consideran que es solo un pequeño alivio frente a un problema mayor.
Así que, lejos de encontrar una pronta solución, mientras los escenarios se llenan de artistas, y los asistentes celebran el Orgullo con banderas, purpurina y muchos selfies, Ana prepara su maleta un año más.
Porque para ella, al igual que para muchos otros vecinos, vivir en Chueca durante estos días no es una fiesta, sino una cuenta atrás.