Control a las puertas del parking de la terminal 4 de Barajas.

Control a las puertas del parking de la terminal 4 de Barajas. Daniel González/EFE

Sociedad Barajas

Juan, el vigilante de Barajas después de más de 3 años, sobre la crisis de los indigentes: "Ya no es Zombieland ni huele mal"

Los empleados de Barajas destacan que los controles de acceso a las terminales que instaló Aena han surtido efecto y la crisis de los indigentes ha disminuido.

Más información: Los controles en Barajas logran desplazar a los indigentes fuera de la terminal tras 15 días: "No podemos ni salir a fumar"

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Más de dos semanas después de que Aena instaló controles de acceso a las terminales del aeropuerto de Barajas entre las 21.00 y las 5.00 horas. Una medida para atajar la crisis de los más de 400 indigentes que pernoctan cada noche en las instalaciones del Adolfo Suárez.

Y lo cierto es que los trabajadores de Barajas están, de momento, "contentos" con la medida de la sociedad aeroportuaria. Un vigilante de seguridad, que lleva tres años trabajando, cuenta a Madrid Total que se ha "reducido considerablemente" el número de indigentes que están en el aeropuerto.

"Hace un mes había cientos de sintecho y la pasada noche contamos 41 en la terminal 4 y unos 9 durmiendo en el parking", apuntan estas fuentes.

Destacan que el perfil de los indigentes que quedan no es en absoluto "conflictivo": "Hay personas mayores y algunos que tienen algunas patologías mentales, pero por fortuna, no son agresivos".

De hecho, este vigilante narra que cuando amanece, muchos de ellos "se despiertan por su cuenta" y lo más importante es que "la criminalidad ha bajado mucho".

La planta intermedia entre facturación y llegadas que ha sido ocupada por los indigentes.

La planta intermedia entre facturación y llegadas que ha sido ocupada por los indigentes. Cedida

"Ahora quedan los que trabajan de manera ilegal, por ejemplo embalando maletas, pero no son problemáticos, si les pides que se muevan o se vayan lo hacen sin problema", apunta.

Estas fuentes también destacan que ahora es mucho "más sencillo" trabajar, ya que no se tienen que preocupar de "una posible agresión".

De este modo, este vigilante de seguridad de Barajas concluye diciendo que, "por fortuna", Barajas "ya no es Zombieland" y apostilla que ya "ni siquiera huele mal".

Pero, como es natural, hay un grupo al que no han gustado los controles: los propios indigentes que se quejan de que no pueden "ni salir a fumar".

Indigentes durmiendo en la T4 del aeropuerto de Barajas.

Indigentes durmiendo en la T4 del aeropuerto de Barajas. Cedida

Además, muchos de ellos ponen el foco en el censo que Aena llevará a cabo durante el mes de junio, un conteo que pretende poner nombres y apellidos a cada uno de los indigentes que pernoctan en el Adolfo Suárez.

"Los que llevamos aquí muchos años tenemos miedo de qué pasará después de que se realice el censo que prometieron en el mes de mayo, hay cierta inquietud", cuenta un indigente.

Choque institucional

Desde que comenzó la crisis de los indigentes de Barajas, varias instituciones han chocado entre sí sobre quién tiene las competencias de asistir a alto número de indigentes que están establecidos en Barajas.

El pasado jueves 22 de mayo, pocas horas después de que Aena anunciara los controles de acceso a las terminales, el alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida, y el presidente de Aena, Maurici Lucena, pactaron que una entidad externa elaborara el censo.

Con toda probabilidad, la asociación encargada será Fresno Consulting, que, como apuntaron desde Cibeles tras la citada reunión, tiene experiencia con el Tercer Sector.

Sin embargo, tras conocerse la noticia, los indigentes la vieron con ciertas dudas: "Sin un seguimiento de cada uno de los casos en profundidad, la idea que han puesto sobre la mesa no tiene ningún sentido".

"Nos parece un comienzo. Pero nos gustaría ver una verdadera acción por parte de las administraciones, por ejemplo, proporcionar un lugar donde dormir a la gente que lo necesita y medicinas a todos aquellos que tienen alguna patología", apostilló uno de los indigentes.