
Akram con su taxi en Madrid.
Los taxistas "buenos" de Madrid en el apagón: "Muchos no cobramos o les apuntamos para que pagaran otro día"
El único transporte que se podía coger este lunes eran los vehículos por carretera, ya que el Metro y los trenes no funcionaban.
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Carreteras cortadas, el centro colapsado, las calles abarrotadas de gente, largas colas esperando a poder entrar en un autobús donde no entraba ya un alma y el Metro cerrado a cal y canto. Así estaba Madrid durante todo el día de este pasado lunes 28 de abril.
Una fecha que ya se ha marcado en la memoria de los españoles junto a otros fenómenos que parecieran sacados de una película de ciencia ficción, pero que han sido muy reales. Este señalado como el del apagón que dejó sin comunicación y electricidad a todo el país.
Entre todo el caos emergieron algunos samaritanos que cooperaron y ayudaron por mejorar y facilitar los desplazamientos, uno de los principales problemas que ocasionó este incidente. Los taxis fueron una de las principales herramientas de movilidad, ya que todo el tráfico ferroviario estaba cortado. La única posibilidad para llegar a los sitios era por carretera o a pie.
"Fue una locura", exclama Akram, taxista desde hace seis años en la capital. Fue uno de los que fiaron carreras, las hicieron gratuitas o se tuvo que desplazar hasta otras comunidades autónomas para dejar a gente. Y es que, en una sociedad donde se han interiorizado tanto las tecnologías, la mayoría de gente no tenía efectivo y las tarjetas no funcionaban.
Algunos conductores tenían una lista con los números de teléfono de los clientes a los que habían llevado y no podían pagarles, para llamarles cuando volviera la cobertura y que les mandaran un bizum en ese momento, tal y como apunta una usuaria.
A Akram le han pagado de esta manera este martes un servicio de 60 euros del lunes. "Cogí a una chica en Chamartín que iba a Delicias. Tardamos hora y pico en llegar. Un trayecto que normalmente se hace en media hora como mucho. La pobre llevaba 30 euros en efectivo y se quedó con diez, porque los necesitaba", explica.
Otros muchos, como Juan, también se vieron en situaciones parecidas. "Me tocó hacer un servicio a una pasajera, justo cuando empezó el caos, desde Salamanca hasta Vicálvaro. No la quise dejar allí y la esperé para traerla a Madrid sin sobrecostes. Cuando por fin la dejé en su domicilio, obviamente no servía el datáfono y solo le di el teléfono. Ella me pagó horas más tarde, con propina incluida", cuenta.

Las carreteras de Madrid colapsadas este lunes.
"Cogí a una persona que tenía que tomar una pastilla de quimioterapia, porque estaba en tratamiento. No quise cobrar, pero me dio diez euros", dice Alex. "En un viaje no le cobré a un chico joven y en otro llevaba a un señor mayor y su hija. Cuando ya marcaba más de lo que tenían, les paré el taxímetro y seguí con ellos hasta destino", apunta Javier.
Jose, otro taxista, también hizo dos carreras fiadas y pagadas posteriormente por bizum. Además de otros dos que no cobró, "no quise. Uno iba andando por la A-1 y el otro me lo pidió llorando". Juan Miguel fue otro de los que colaboró, esta vez ayudando a un menor. "Una pareja de policías en Embajadores me dijeron que si podía llevar a casa a un niño de 12 años que se había perdido. Me dijo que él me pagaba la carrera y, por supuesto, le dije que no le iba a cobrar nada".
Viajes a Valencia o a Segovia
"La gente bajaba andando desde las Cuatro Torres hasta Parla o Fuenlabrada. Yo volvía de Getafe y por Villaverde me paraba que iban a Getafe y bajaban desde el centro de Madrid andando", comenta Akram.
Él comenzó a las dos de la tarde y terminó a las dos de la mañana. "Tenía que haber comenzado antes, pero no conseguí sacar el coche al garaje. Fue imposible hasta que abrieron las cocheras por completo en mi edificio. Yo, como vivo cerca de la Caja Mágica, cargué allí y me fui a Chamartín. Todo el día fue catastrófico".
Afirma que no fueron muchas carreras, porque el tiempo de cada una, debido al colapso que había -sobre todo, en el centro de la ciudad-, era mucho más que el habitual. "Lo que sí sé es que en ningún momento estuve libre de descargar y cargar".
Asimismo, asegura que tanto él como muchos taxistas se tuvieron que ir a otras provincias como Segovia o, incluso, a Valencia. De hecho, cuatro compañeros suyos coincidieron en esta última. "En el aeropuerto había gente que se había quedado tirada y necesitaban irse a Córdoba o a Jaén. Otros ofrecían un dineral para llegar al centro porque no había ningún taxi disponible. Yo tuve que irme desde allí hasta Segovia a las doce de la noche y estaba todo completamente a oscuras. No se veía nada, ni los carteles, y tampoco funcionaban los GPS, obviamente. Me tuvo que sacar la policía, porque les pedí ayuda. Llegué a casa a las dos de la madrugada".

Gente haciendo autostop en las carreteras de Madrid este lunes.
"Las colas para coger un taxi en el aeropuerto eran de cuatro o cinco horas", explica una usuaria de este servicio, que también acabó compartiendo coche con otro chico francés que iba hacia Atocha, al igual que ella, otra de las prácticas utilizadas durante esta jornada.
Otro taxista que empezó a trabajar a las once de la noche cuenta que la situación ha continuado siendo "caótica", a pesar de que, para entonces, él ya tenía cobertura y el datáfono funcionaba. "He recogido a todo tipo de personas y he terminado a las doce de la mañana: gente que había perdido el tren a Alicante, otros que hicieron noche en Atocha, niños con sus padres en el aeropuerto agotados, sin bañarse y casi sin poder descansar".
Akram no se olvida de la "desesperación de la gente". "No poder comunicarse con nadie y solo estábamos nosotros. El resto de plataformas que van por app móvil no funcionaban. Al final nos la jugamos y confiamos en la buena fe de la gente. Pero, por lo general, se han portado bastante bien. Por lo que tengo entendido, todo el mundo que debía algo ha pagado esta mañana", termina el taxista.