Aspecto de uno de los trenes tras el atentado del 11-M de 2004 en Madrid.

Aspecto de uno de los trenes tras el atentado del 11-M de 2004 en Madrid. EP

Sociedad

La "desolación" del bombero José Luis junto a las vías del 11-M: "Era como una guerra y estábamos todos en shock"

Veinte años después de los atentados, este bombero relata como fue la jornada de aquel jueves del que se cumplen 20 años. 

9 marzo, 2024 01:51

El 11 de marzo de 2004 pasó a las páginas de la historia como uno de los días más oscuros recientemente en España. Entre las 7:36  y las 7:40 horas de ese día se produjeron diez explosiones en cuatro trenes ubicados en diversas estaciones de Madrid. El atentado marcó un antes y un después en la historia de España y que dejó la terrible cifra de 192 muertos y miles de heridos

Sin embargo, en un día tan lúgubre y oscuro, hubo algo de luz: los miles de policías, bomberos, sanitarios y miembros de los servicios de Emergencias y 112 que se volcaron de manera incansable para salvar todas las vidas que fuera posible. 

José Luis Castillo, Jefe de Guardia de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, fue una de aquellas personas que aportó luz en medio de tanta oscuridad. Este bombero relata en conversación telefónica a Madrid Total cómo fue aquella dura jornada, que recuerda 20 años después.

Pregunta.- El de marzo de 2004 es un día que muchos tenemos grabado en la memoria. Aunque no perdiéramos a ningún familiar o amigo en aquellos trenes, sí recordamos que fue un día duro por diversos motivos ¿Cómo fue para alguien como usted, que vivió los hechos de primera mano?

Respuesta.- Para mí, el 11 de marzo de 2004 fue un día más en mi carrera profesional, pero muy distinto en lo que concierne a la situación general que se produjo en Madrid. Fue una desgracia que permanece en la memoria de todos y un día en que los acontecimientos se desencadenaron de forma vertiginosa. Al llegar al parque de bomberos, comprobé que mis compañeros ya no estaban allí, un síntoma de que algo raro pasaba. Por eso, lo primero que hice fue verificar qué estaba ocurriendo. En los monitores del parque ya estaban registradas tres explosiones en diversos escenarios. A partir de ese momento, mi tiempo discurrió de una forma inexplicable.

P.- Una vez que vio esas explosiones, ¿qué le viene a uno de la cabeza? Porque entiendo que se tenía que movilizar a la mayor brevedad. 

R.- En el primer momento, era clave saber qué recursos teníamos disponibles y cuál era la magnitud de lo que estaba pasando. Era primera hora de la mañana, un momento en que nos estábamos incorporando todos los compañeros a una nueva jornada laboral, por lo que hubo que esperar a que estuviéramos todos los del nuevo turno para desplazarnos al escenario. Yo fui a la calle de Téllez, paralela a las vías del tren donde había explotado una de las bombas. Cuando llegué, los compañeros estaban evacuando a las últimas personas con vida del interior del tren. Esto sucedió hacia las 8:00 horas y a partir de este momento todo comenzó a suceder de una forma muy rápida. 

 "Ese día, los acontecimientos se desencadenaron de forma vertiginosa"

P.- ¿Qué se siente al llegar del atentado y ver el tren destrozado por una explosión así?

R.- Se sale de un escenario idílico de una ciudad magnífica como es Madrid y te metes en un escenario que parece una guerra. En un momento así, hay que tomar decisiones rápidas, porque hay vidas en juego, no hay tiempo para analizar la situación y quedarte mirando. 

P.- ¿Cómo fue la actuación de los bomberos una vez que ya estuvieron allí?

R.- Nosotros no nos retiramos de los escenarios hasta casi las 20:00 horas, fue un día muy largo. Nadie se quería retirar hasta que no estuviera terminado todo el trabajo. Todos teníamos una sensación de desolación, la situación era verdaderamente trágica. Muchos compañeros habíamos vivido otros atentados, pero no de tanta magnitud. Fue una situación de shock para todos. 

Placa en recuerdo de las víctimas del 11M de calle Téllez en Madrid.

Placa en recuerdo de las víctimas del 11M de calle Téllez en Madrid. Lluís Lozano

P.- ¿Cómo fue la respuesta de la sociedad ante algo así? ¿Cómo lo vivió el Cuerpo de Bomberos?

R.- La respuesta fue para quitarse el sombrero. No solo de la sociedad, sino de todos los servicios de Emergencias, que alargaron sus jornadas laborales todo lo que fuera necesario para salvar todas las vidas que se pudiera. Al final, en esos trenes íbamos todos, cuando se produjeron las explosiones un compañero que vivía en la calle Téllez lo vio todo, otro estaba en la estación de Santa Eugenia esperando para subir al tren. Dimos lo mejor de nosotros mismos y esto incluye a todos los vecinos de Madrid que donaron sangre, dejaron víveres en los hospitales, colaboraron en los traslados e hicieron todo lo que pudieron. 

P.- En aquel momento la solidaridad fue unánime ¿Solo cuando sucede algo de esta magnitud se puede ver esa unión y esa solidaridad entre seres humanos?

R.- No te creas que es así, eso va en nuestro carácter. La pandemia es un buen ejemplo, que también ha sacado lo mejor de la sociedad y cuando las circunstancias son especialmente duras sale lo mejor de nosotros mismos. Cuando los hechos transcurren de forma normal, quizás se nota menos esa solidaridad, pero sí se nota en circunstancias extraordinarias; la sociedad sí es solidaria. Cuando nos vemos todos afectados por un problema, vemos que podemos sumar y aportar con nuestro conocimiento y nuestros recursos. 

"Cuando las circunstancias son especialmente duras sale lo mejor de nosotros mismos"

P.- Una vez terminada la actuación en los trenes, ¿Cómo era el sentir general de los compañeros del Cuerpo de Bomberos? ¿Cómo les marcó esta actuación?

R.- Fue una actuación completamente extraordinaria. Muchos compañeros habían acudido a atentados de los años del plomo de Madrid, estábamos acostumbrados a trabajar en estos escenarios, pero no tenían esta magnitud, en lo emocional nos sobrepasó, pero no en lo profesional. Para el campo emocional hubo grupos de análisis y de estrés postraumático para ayudar a asimilar todo lo vivido ese día. 

P.- ¿Fueron muchos los compañeros que tuvieron que hacer uso de esa ayuda psicológica?

R.- Yo creo que todo el personal que asistió a los diferentes escenarios tuvo al menos una sesión con profesionales de Samur y psicólogos para compartir lo que habían vivido y detectar posibles patologías de la situación vivida. Cuando hay un suceso con múltiples víctimas se activa este protocolo y ante un problema de esta dimensión había que atender a la totalidad de la guardia. 

P.- El propio 11 de marzo, cuando sucede todo, muchos se preguntaron "¿Quién ha hecho esto?", puesto que había mucha confusión. ¿Se decía algo en el Cuerpo de Bomberos sobre esto?

R.- No había tiempo para eso. No se podía especular. El escenario era inestable, porque podía haber más explosivos sin que lo supiéramos, por lo que todo se centraba en facilitar la identificación de las víctimas y que las familias pudieran saber en qué situación se encontraban sus seres queridos. El trabajo era ingente y la situación muy precaria, los servicios de Emergencia estábamos todos a una para garantizar nuestra seguridad. Queríamos recuperar la normalidad lo antes posible. 

P.- Recuperar la normalidad parece muy difícil ante algo así. 

R.- Al final, como sociedad, debemos asumir lo que ocurre en el devenir histórico y sí, marcó a la sociedad. Nosotros tuvimos varias reuniones con servicios europeos de emergencias para explicarles cómo habíamos resuelto esa situación. Todo el mundo comprendió al final la trascendencia de todo lo que vivimos.

P.- ¿Cómo fue el reconocimiento de la sociedad?

R.- El reconocimiento fue muy generoso, uno de los mejores fue el de los propios ciudadanos que lo han pasado mal, pero saben que has hecho todos lo que has podido. Una simple carta y personal que manda un ciudadano a un efectivo es ya un gran reconocimiento. 

P.- Han pasado 20 años de los atentados del 11-M ¿La sociedad todavía los tiene en su cabeza?

R.- Sigue habiendo una conciencia. Además, hay nivel alto de alerta en la Unión Europea. Se han producido los atentados de Londres, se han producido los atentados de París, se han producido atentados en otras capitales europeas... Todos somos conscientes de que es un riesgo que se vive como sociedad. En cuanto al 11-M, la gente se aleja de aquella situación y el recuerdo es más difuso para los que no participaron de una forma activa en aquellos hechos. Por otro lado, el ser humano tiene que seguir adelante, la sociedad evoluciona y tiene que asumir esas grandes catástrofes que se han producido. Es normal que todos aquellos que perdieron a alguien le recuerden cuando se acerca el aniversario, además los medios de comunicación siempre lo publican. 

P.- ¿Es el terrorismo algo por lo que la sociedad deba estar alerta?

R.- Asumimos que como sociedad se le tiene que hacer frente. Cuando tiene lugar un atentado en alguna otra ciudad, todos volvemos a recordar lo que sucedió el 11-M. Pero al final, hay que seguir viviendo. Fue un día muy duro, pero al final das gracias, porque pudiste aportar lo mejor que tenías junto a otros profesionales. Además, sobre la respuesta de la sociedad de la que hablábamos antes, cada vez que hay algo que nos afecta a todos y vemos que quizás las instituciones públicas no dan la respuesta que debieran dar, los ciudadanos ponemos lo que falta. 

P.- ¿Hay alguna reflexión final sobre el 11-M ahora que se cumplen 20 años de los atentados?

R.- Que nosotros no somos los importantes. Los importantes son las familias y los supervivientes, en ellos hay que pensar el día del aniversario, pues aquel día fue terrible para ellos. Hay que pensar en los que no están, que permanecen en el recuerdo de todos.