El reloj de la Puerta del Sol, por dentro.

El reloj de la Puerta del Sol, por dentro. E. E.

Ocio

Parece la Puerta del Sol pero es el barrio de moda de Madrid: así es el reloj frente al que deberían comerse las uvas en Nochevieja

Aunque muchos madrileños piensan que ese es el punto horario más mítico de la ciudad, hay un histórico distrito de la capital que esconde una joya mayor.

Más información: Ahora es oficial: la Comunidad de Madrid informa que ya están disponibles las ayudas de 12.000 euros para familias.

Publicada

Parece una obviedad decir que las ciudades se construyen a través de sus barrios. Sin embargo, con Madrid, esa afirmación tiene un significado especial y se eleva a su máxima potencia. Y es que cada una de las zonas de la capital de España podría ser una pequeña ciudad en sí mismas.

Los barrios y distritos de Madrid tienen una idiosincrasia muy particular. Cada uno está movido por una influencia diferente. Desde aquellos que tienen un sabor más castizo hasta los que se identifican con un lado más canalla, polémico o underground.

Pero también hay barrios que tienen de todo, que reciben a personas que siguen todo tipo de estilos y tendencias y que ofrecen ocio y oportunidades adaptadas a todos los gustos. Seguramente, uno de los mejores ejemplos de Madrid en este sentido sea el distrito de Arganzuela.

Este territorio surgió como entidad administrativa dentro de Madrid hace más de 50 años, ya que fue uno de los distritos que conformaron la capital cuando se fragmentó su organización en 18 pequeños reductos. No obstante, su origen histórico se remonta al siglo XV.

Concretamente, a la concesión de la Dehesa de Arganzuela a la Villa de Madrid por parte de los Reyes Católicos. Evidentemente, desde entonces su crecimiento y su transformación ha sido total, pasando incluso a poseer alguno de los símbolos más reconocibles de Madrid.

Uno de ellos es el impactante reloj que preside Atocha, uno de los siete barrios que conforman este concurrido distrito. Este icono, a pesar de que muchas personas no lo sepan, es muy representativo de la capital, ya que es el reloj más grande de la ciudad.

Así que, todos aquellos que piensen que el reloj de la Puerta del Sol, en el que cada Nochevieja miles de madrileños se comen las uvas para dar la bienvenida al Año Nuevo, es el más grande de Madrid, están equivocados. Si hay un reloj que debería ser la referencia en la capital es el de Arganzuela.

¿Cómo es el reloj más grande de Madrid?

Como no podía ser de otra forma, Arganzuela es una de las zonas más representativas de Madrid. Está formado por siete barrios: Imperial, Las Acacias, La Chopera, Legazpi, Las Delicias, Palos de la Frontera y Atocha.

Y en todas estas zonas se esconden y se escriben a lo largo de los años historias muy singulares. Una de ellas es la del reloj más grande de la capital, el cual muchas personas piensan que es el de la Puerta del Sol. Sin embargo, este se encuentra en el barrio de Atocha.

Quizás el reloj del 'Kilómetro 0', famoso por ser el que los madrileños eligen para tomarse las uvas en Nochevieja, es el más mítico. Pero nada más. Ya que el más inmenso es este presente en uno de los barrios de Arganzuela, el cual tiene dos caras y unas impresionantes manecillas que miden 5 y 7 metros respectivamente.

Este es un dato que desconocen muchos madrileños y que dota de un misterio muy particular a esta zona de la capital que guarda más historias curiosas. Una de las más importantes fue su desindustrialización, la cual marcó profundamente lo que hoy en día es Arganzuela.

La evolución de Arganzuela

Una vez el tren llegó a esta zona, fue elegida para la construcción de numerosas fábricas e industrias. Sin embargo, tras la Guerra Civil, el distrito fue perdiendo poco a poco este carácter, mutando en una zona mucho más residencial.

Esta transformación se consolidó tras el Plan General del año 1963, el cual dibujó algo muy parecido a lo que Arganzuela es actualmente. Y a partir de los años 70, el grueso del entramado industrial de Madrid se trasladó al extrarradio, liberando zonas como estas.

En las décadas posteriores, Arganzuela fue poco a poco transformando su aspecto general a través de varias reformas urbanísticas como la desmantelación del paso elevado de Atocha, la reordenación de la glorieta o el cierre de estaciones de Peñuelas e Imperial.

Además, otro de los cambios más importantes que sufrió el distrito fue la construcción del actual Pasillo Verde Ferroviario, el cual ha permitido levantar a su alrededor una de las mejores zonas residenciales de todo Madrid. Esta se construyó tras la demolición de la estación ferroviaria Imperial a finales de los 80.

En su crecimiento y evolución, Arganzuela ha ido dando cada vez más importancia a multitud de rincones que se han convertido en historia de la ciudad. Uno de los más importantes es el Puente Monumental de Arganzuela, situado a 10 metros de altura y con 150 metros de longitud.

Otro de los puntos más destacados es el Puente de Toledo, el cual alberga el mayor monumento que hay en Madrid en honor a San Isidro, su patrón. Esta escultura data de 1723 y fue realizada por Juan Alonso Villabrille y Ron a petición de Pedro de Ribera.

Junto a esta obra también hay una representación de su esposa, Santa María de la Cabeza. Y no podemos pasar por Arganzuela sin conocer la historia de la iglesia del Purísimo Corazón de María, una de las más antiguas de Madrid.

Esta fue fundada en el siglo XIX en el barrio de las Peñuelas y tras ser incendiada durante la Guerra Civil, fue reconstruida y consagrada en 1946 en la calle Embajadores. Sin embargo, por culpa de daños estructurales, fue demolida en los 70. Hoy, la parroquia sigue activa en la calle Cardenal Solís.