Fachada de la cervecera El Aguila.

Fachada de la cervecera El Aguila. CAM

Madrid Comunidad

Ayuso impulsa el turismo industrial con dos nuevos BIC: la cervecera El Águila y las fábricas de Valdemorillo

La región ya declaró Bien de Interés Cultural en la categoría de Sitio Industrial, la fábrica de Clesa (2025) y la Central Térmica de Ciudad Universitaria (2024). 

Más información: De la histórica fábrica de Clesa a un parque del siglo XV: las 17 joyas de Madrid que Ayuso declarará BIC en 2025.

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La estrategia de la Comunidad de Madrid para impulsar el turismo este año 2025 es potente y tiene tres radios de acción de lo más diversos: publicitar el enoturismo, el turismo industrial y las conocidas como 'playas' de Madrid, proyectos que se iniciaron en 2024 y que quieren que sigan creciendo con el paso de los años. Tres líneas de acción que se dieron a conocer por la Consejería de Turismo a las puertas de Fitur y que se van afianzando conforme pasan los meses. 

De hecho, tal y como ha podido conocer este diario, el Gobierno regional ya está haciendo 'méritos' para mejorar el proyecto de turismo industrial por el que quieren apostar gracias a la declaración de Bien de Interés Cultural en la categoría de Sitio Industrial. Concretamente, están avanzando los trámites para dar estos reconocimientos a la fábrica de Cervezas El Águila y a las fábricas Falcó y Giralt Laporta de Valdemorillo. 

Para potenciar el turismo industrial, la Comunidad de Madrid está dando un nuevo empuje a edificios arquitectónicos que tuvieron ese uso y que ahora han merecido conservarse y estar protegidos. Con la protección, los colocan en el mapa y empiezan a posicionarse como lugares a los que visitar. 

De esta forma, el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid ha iniciado la tramitación para declarar BIC en la categoría de Sitio Industrial estos dos espacios. Los proyectos salieron a la luz a finales de abril y, por sus plazos legales, tienen hasta finales del mes de mayo para que los vecinos y administraciones públicas puedan presentar sus consultas a los expedientes activos. 

Este proceso de incoación de expedientes se ha iniciado tanto en Cervezas El Águila como en las fábricas Falcó y Giralt Laporta de Valdemorillo. Dos emblemas de la región que, en algunos casos, llevan años siendo una prioridad para los vecinos de sus respectivos municipios. 

Este es el caso de Valdemorillo, cuya reclamación llegó hasta la Asamblea de Madrid. Concretamente, a la comisión de Cultura en el año 2021. Dicho organismo se pronunció a favor de declarar BIC este espacio, hecho que será una realidad este año. 

Fábrica El Águila

Los inmuebles de la cervecera (que datan de 1904) se encuentran en buen estado de conservación, tras haber sido rehabilitados en 2003, y continuar en uso. Hay que recordar que en el año 1994 se convocó un concurso de ideas para la transformación del espacio en centro cultural, que ganó el estudio Mansilla + Tuñón Arquitectos.

La propuesta presentada respetaba la volumetría principal del conjunto, potenciando la imagen original de la fábrica. Los volúmenes nuevos se ocultan visualmente desde la entrada, bajo la silueta de los edificios conservados. Se usaron nuevos materiales como hormigón blanco, acero, zinc y vidrio, de estética industrial en sintonía con la fábrica original, pero que, a su vez, contrastaban con lo ya existente.

La reconstrucción de este edificio durante la reforma fue un ejemplo pionero de reconversión de edificios industriales en la región, mediante un proyecto respetuoso con el edificio existente y con el medio ambiente, recuperando materiales de los elementos de la fábrica que no se iban a conservar para reciclarlos en la propia construcción.

Patricia Molins, en la publicación Mansilla + Tuñón Arquitectos, publicada en 2007, destaca cómo los arquitectos renunciaron a la espectacularidad y optaron por el rigor de una arquitectura al servicio de los usuarios. Ejemplo paradigmático de reconversión de edificios industriales que ha continuado en Madrid con otros ejemplos y por el que la Consejería de Turismo ha decidido invertir.

El conjunto de maquinaria conservada se encuentra en correcto estado de conservación, al haber sido restaurada durante la rehabilitación del complejo, lo que también es un punto positivo.

Fábricas Falcó y Giralt Laporta, en Valdemorillo

Al contrario que en la Fábrica El Águila, estas instalaciones, cuya antigüedad se remonta al siglo XIX, están en peores condiciones de conservación. Los edificios se levantaron con el desarrollo industrial de Valdemorillo, cuando se inauguró la fábrica de lozas creada en 1845 por Juan Falcó y que, con el tiempo, ya en 1915, vivió una segunda fase al ser adquirida por Juan Giralt, ampliando su producción al vidrio, el cristal y la porcelana, entre otros materiales.

En estas instalaciones, las chimeneas de los hornos Vulcano, Moisés y Progreso presentan en la actualidad un correcto estado de conservación, según el informe previo de la Consejería de Cultura. No obstante, el documento destaca "las grietas que aparecen en la fábrica de ladrillo que producen desprendimientos de piezas cerámicas y de la argamasa".

"No se aprecian testigos que estudien la evolución de estas grietas y su tratamiento para consolidar la estructura de las chimeneas y su puesta en valor. Para la separación del espacio expositivo del salón de actos, se han levantado tabiques de fábrica de ladrillo que acometen directamente a las chimeneas", argumentan.

Esto quiere decir que, según el documento que se ha usado para empezar a declarar BIC el espacio, las actuaciones que se recomiendan son mejorar las instalaciones para darles nuevos usos sin elementos que "distorsionen su percepción". Es decir, manteniendo su esencia.

"El encuentro de los hornos Moisés y Progreso con la cubierta se ha resuelto con una subestructura metálica y cerramiento de policarbonato en todo su perímetro, que requiere una correcta limpieza y mantenimiento para facilitar la correcta percepción de ambas chimeneas", apunta el texto. Por ello, "se recomienda su correcto mantenimiento o su retirada, buscando soluciones que no acometan directamente sobre las fábricas de ladrillo de las chimeneas y que garanticen una limpieza, estanqueidad y mantenimiento óptimos".

El pudridero de caolín presenta en la actualidad un correcto estado de conservación. La fábrica que cubre la cúpula se encuentra en buen estado. Sobre los suelos originales de piedra se ha colocado un falso suelo con planchas opacas que se alternan con huecos cerrados con vidrio, en los que se han alojado elementos expositivos.

En cuanto a la zona de almacenaje e instalaciones con aljibes, junto al tramo interior del muro en el sótano, el departamento de Cultura dice que "sería conveniente estudiar su reubicación para evitar que la humedad dañe el muro".

Por otro lado, la torre de la bomba de agua se encuentra en correcto estado de conservación, "presentando únicamente el impacto negativo de la antena de telefonía". El tramo del muro de mampostería de piedra berroqueña que delimitaba la parcela de la antigua fábrica ha sufrido demoliciones con la apertura de la calle Murillo. Por todo ello, Patrimonio Cultural recomienda que, en el caso de este espacio, "los criterios de intervención en actuaciones futuras irán orientados a preservar los valores que motivan la declaración del inmueble como Bien de Interés Patrimonial".