La capilla de Santo Domingo de la Calzada, en Madrid.

La capilla de Santo Domingo de la Calzada, en Madrid. Jaime Susanna

Madrid Capital

La historia de la capilla debajo de un túnel de la M-30: "Antes era un desastre, calaba cada vez que llovía"

La capilla de Santo Domingo de la Calzada se sitúa debajo de la autopista de circunvalación a su paso por el barrio Fuentelarreina. 

18 noviembre, 2023 01:29

Santo Domingo de la Calzada pasó a la historia como el gran impulsor del Camino de Santiago, el que construyó el puente sobre el río Oja en Casalarreina, y eso le valió ser el patrón católico de los ingenieros civiles para toda la eternidad. Su nombre parecía destinado a dar nombre a uno de los templos más peculiares de Madrid. Una capilla debajo de un puente.

Esta iglesia recuerda aquella descripción que nos brindó J.R.R. Tolkien: En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero sucio, húmedo, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en qué sentarse o qué comer: era un agujero hobbit, y eso significa comodidad.

El templo es igual. No tiene grafitis, ni restos de basura, ni nada de lo que uno esperaría encontrarse debajo de un puente de la M-30. En sus 35 metros de bóveda de medio cañón, eso sí, no vive nadie. Es el lugar donde los feligreses de Fuentelarreina -uno de los barrios más pudientes de la capital- se juntan para oír misa, algunos, a diario.

Vista del interior del templo.

Vista del interior del templo. Jaime Susanna

Es viernes por la mañana cuando este periódico visita el templo. Pese a ser horario laboral, una treintena de personas oyen la misa del padre Juan Pedro. La mayoría peinan canas, si es que peinan algo, y entre los fieles hay tres monjas. Terminada la homilía, el vicario y cuatro feligresas se ofrecen a contar a Madrid Total la historia de este peculiar enclave, único en el callejero de la capital.

Fue construida en 1978 aprovechando un túnel que había quedado en una zona de expansión bajo la actual M-30, terminada cuatro años antes. Su enclave iba a ser provisional, pero el empecinamiento de los feligreses hizo que perviva en la segunda década del siglo XXI.

Hoy la capilla es una obra de ingeniería impecable, pero no siempre fue así. Hacer un espacio habitable bajo una autopista no está exento de problemas.

"Al principio era un desastre. Calaba cada vez que llovía y había veces que estábamos inundados. Todos los feligreses participábamos en la recogida de agua. Venía cada uno con su fregona, incluso", recuerda Antonia, veterana feligresa de esta iglesia. "Hicieron obras y se seguía calando, se seguía calando. Pero nosotros persistíamos".

Pilar, Antonia, Amparo y Maria José, feligresas de la capilla.

Pilar, Antonia, Amparo y Maria José, feligresas de la capilla. Jaime Susanna

Antes de su construcción, "oíamos misa en un chalé de esta zona", prosigue. "Ahí iba un señor que era el director de la Escuela de Ingenieros de Caminos. Propuso usar este puente como templo".

En un principio, este enclave fue la Parroquia del Bautismo del Señor. Posteriormente, este nombre se trasladó a otra nueva construcción del barrio, y el santo español fue elegido para bautizar este templo.

En el año 2013, la capilla se convirtió en lo que es ahora, gracias a los esfuerzos económicos de los feligreses. "Una feligresa de aquí, que es arquitecta, hizo una remodelación. Fue un trabajo impresionante e hicieron esta preciosidad de capilla. Se hizo con la colaboración de todos", asegura Antonia.

El padre Juan Pedro, vicario parroquial.

El padre Juan Pedro, vicario parroquial. Jaime Susanna

"La peculiaridad de la última reforma es que todo lo que ves es como un caparazón de tortuga", explica el padre Juan Pedro, uno de los tres sacerdotes que cantan misa aquí. "Hicieron pliegues de estaño, creo que es, de modo que todo el agua que cae en la parte superior resbala hasta dos colectores que desembocan después en la salida de agua. Esto me lo explicó la arquitecta que hizo la remodelación".

En la actualidad, la capilla de Santo Domingo de la Calzada celebra misas diarias en las que siempre hay gente. "Los domingos se llena", asegura el sacerdote. No está adscrita a ninguna orden religiosa y pertenece a la parroquia Bautismo del Señor, de la Archidiócesis de Madrid.