“Es propio de la naturaleza humana sobrestimar el riesgo y subestimar la oportunidad” (Jeff Bezos).

La Ley de IA de la UE y el RGPD (Protección de Datos) han creado un entorno regulatorio que encarece y ralentiza la implementación de la inteligencia artificial, precisamente cuando Europa más necesita crecer.

Nuestra compleja demografía agrava el problema. Las nuevas presiones geopolíticas podrían finalmente despertar a los responsables políticos europeos de su letargo regulador. No soy optimista al respecto, pero la esperanza es lo último que se pierde.

Durante décadas, Europa ha quedado rezagada respecto a Estados Unidos en la creación de gigantes tecnológicos y también ha registrado un menor crecimiento del PIB. Pero según McKinsey, ahora nos encontramos al borde de una gran oportunidad.

Europa podría convertirse en un líder mundial en el lanzamiento y crecimiento de empresas de tecnología avanzada (deep-tech), allanando el camino para una mayor prosperidad en toda la región y una mayor solidez soberana centrada en la propiedad intelectual.

Las nuevas presiones geopolíticas podrían finalmente despertar a los responsables políticos europeos de su letargo regulador

Europa cuenta con numerosas fortalezas: una fuerza laboral altamente cualificada, instituciones de investigación de primer nivel, una sólida base industrial y un entorno legal predecible. Sin embargo, también se enfrenta a diversas barreras: mercados geográficos fragmentados, capital de crecimiento limitado, falta de armonización regulatoria y pocas experiencias de éxito de expansión global que inspiren el emprendimiento en serie.

Según una investigación de la consultora estratégica global, si el ecosistema europeo de startups (empresas, gobiernos, inversores e instituciones de investigación) logra aprovechar sus fortalezas y superar algunas barreras, podría surgir una nueva economía de tecnología avanzada que podría generar un billón de dólares en valor empresarial y hasta un millón de nuevos empleos en toda Europa para 2030.

Clasifican a las empresas de tecnología avanzada en ocho categorías: materiales avanzados y nanotecnología; biotecnología, tecnología alimentaria y tecnología agrícola; tecnología militar; computación; IA innovadora; energía inteligente; robótica; y tecnología espacial.

También deben presentar otras características específicas, como una intensa actividad de I+D y una alta necesidad de financiación.

Europa podría convertirse en un líder mundial en el lanzamiento y crecimiento de empresas de tecnología avanzada

Este potencial éxito económico podría estimular una mayor soberanía tecnológica para Europa, proporcionando fortaleza regional en defensa, energía, agricultura y otros sectores críticos.

El camino no será fácil. El ecosistema debe autoperpetuarse. Y muchas veces en el pasado, las empresas de deep-tech que se lanzaron en Europa terminaron escalando en EEUU, donde el capital es más abundante y los clientes están más dispuestos a probar nuevas compañías.

Europa lideró el mundo en innovaciones industriales, como las tecnologías de fabricación y cadenas de suministro, en las décadas de 1970 y 1980, y la región experimentó un crecimiento del PIB superior al promedio durante esas décadas.

Sin embargo, con la aparición de internet en la década de 1990, el crecimiento del PIB europeo comenzó a progresar de forma menos lineal que el de Estados Unidos, que ha experimentado un fuerte crecimiento en las últimas tres décadas.

Europa perdió la oportunidad de crear empresas de software y servicios tecnológicos en la década de 2000. Posteriormente, el crecimiento del PIB se desaceleró desde el 5% en la década de 1990 al 1% después de 2010.

Mientras tanto, EEUU mantuvo un crecimiento robusto y sostenido durante este mismo periodo al continuar innovando en sectores como el software, la atención médica y la biotecnología:

No sólo Estados Unidos ha impulsado el crecimiento económico mediante la innovación. Varios países como China, Israel, Singapur y Suiza, que aumentaron con fuerza su nivel de innovación, también registraron un sólido crecimiento del PIB en los últimos 18 años.

Por lo tanto, los países que redoblan sus esfuerzos en innovación (de la cual la tecnología avanzada es un componente importante) impulsan su competitividad:

Además de los beneficios geopolíticos, la deep-tech también puede ser el próximo motor económico de la región. En EEUU, las innovaciones tecnológicas del pasado son ahora la piedra angular del crecimiento.

Las empresas estadounidenses que cotizan en bolsa en la industria de la tecnología convencional (semiconductores, informática, software e IA) representaron el 37% de la capitalización bursátil total y generaron el 10% de los ingresos de las compañías cotizadas estadounidenses en 2024:

Las empresas de tecnología avanzada ya están creando más empleos que el sector tecnológico convencional en relación con la capitalización bursátil en Estados Unidos.

Esto podría deberse a que se necesita más personal en general y especialmente más personas con habilidades sofisticadas:

Si Europa logra construir negocios de deep-tech a gran escala, las empresas industriales europeas podrían recuperar una ventaja estratégica sobre sus competidoras chinas y estadounidenses.

Gracias a la sólida cantera de talento europeo de graduados en CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), las redes industriales consolidadas y una amplia base de clientes B2B, hay un sólido conjunto de facilitadores para crear negocios de tecnología avanzada.

En EEUU, las innovaciones tecnológicas del pasado son ahora la piedra angular del crecimiento.

Sin embargo, las iniciativas suelen ser científicamente complejas y requieren una gran inversión de capital y talento, por lo que el camino no es fácil. Las empresas industriales europeas deberán seguir varias buenas prácticas, como crear entidades independientes manteniendo la propiedad intelectual, buscar el desarrollo conjunto con los clientes y realizar un amplio marketing para dar a conocer los nuevos negocios.

Tres países destacan como impulsores fundamentales: Francia, Suecia y el Reino Unido. Si los 13 países analizados adoptaran las mejores prácticas utilizadas en los tres países destacados, se podría liberar un billón de dólares en nuevo valor empresarial y hasta un millón de nuevos empleos para 2030:

Suecia tiene el mayor porcentaje de financiación total para startups de deep-tech de Europa, con un 65% en 2024. La nación nórdica impulsa esta financiación en gran parte canalizando sus inversiones de pensiones hacia capital riesgo a un ritmo dos veces superior al promedio europeo. Las compañías suecas de tecnología avanzada también tienen un acceso mucho mayor a la financiación mediante deuda.

McKinsey constató que el 1,6% del PIB sueco se destinó a financiación vía deuda para firmas de deep-tech en 2024, en comparación con tan sólo el 0,1% en Estados Unidos. España figura la última de la lista:

En 2024, el 8% de los unicornios de tecnología avanzada del mundo (empresas valoradas en más de mil millones de dólares) surgieron en Europa, frente al 4% de 2021. Entre estos unicornios, se encuentran Celestia, Helsing, IQM y Mistral AI.

Los anuncios recientes sobre rondas de financiación muestran que el impulso continúa y que las empresas europeas están dispuestas a invertir. Por ejemplo, en septiembre, Mistral AI recaudó 2.000 millones de dólares liderando la holandesa ASML, exitoso monopolio mundial de equipos para semiconductores, que se convertirá en su principal accionista, lo que fortalecerá la soberanía europea en IA:

Los inversores se interesan por la deep-tech porque las startups europeas del sector tienden a alcanzar la categoría de unicornio más rápidamente (seis años) que las empresas tecnológicas tradicionales (ocho años):

Los unicornios europeos de tecnología avanzada tienen nueve veces más patentes que los de tecnología tradicional. Los unicornios del sector de la robótica son los que más patentes tienen en Europa, con unas 1.500 a marzo de 2025. Los unicornios de biotecnología y tecnologías limpias también poseen un elevado número de patentes. Un sólido modelo de propiedad intelectual refuerza la ventaja competitiva.

Los unicornios de deep-tech en Europa también generan mayor valor para los inversores que los de tecnología tradicional:

Aunque los datos de McKinsey son alentadores, existe un factor en el que el estudio no profundiza: el mercado laboral. Las rígidas normas laborales europeas actúan como un freno a la innovación disruptiva.

Invertir en campos arriesgados requiere flexibilidad para contratar y, si el proyecto falla, reestructurar equipos sin incurrir en costes ruinosos.

Mientras que en EEUU una empresa se adapta a una nueva oportunidad en meses, en Europa el coste del despido y el mantenimiento de estructuras improductivas retrasan la innovación durante años.

Aun así, el inmovilismo no es una opción. Debemos avanzar y luchar por este espacio. En la vida, sólo lamentamos las oportunidades que no aprovechamos, las relaciones que temimos tener y las decisiones que esperamos mucho para tomar.