Una planta de ferroaleaciones.

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Opinión

Europa se queda sin ferroaleaciones: las salvaguardias ya no pueden esperar

María Couto
Publicada

La industria europea de ferroaleaciones atraviesa un momento crítico que va mucho más allá de la economía: es una cuestión de defensa, seguridad y autonomía estratégica.

Este lunes, los Estados miembros votarán las medidas de salvaguardia propuestas por la Comisión Europea.

La votación será muy ajustada, y para que la medida se apruebe es necesario que 15 países, que representen al menos el 65 % de la población europea, respalden la iniciativa, garantizando así la legitimidad de la decisión.

Los datos oficiales de la Comisión son claros: las importaciones han pasado de 1,3 millones de toneladas en 2020 a 1,6 millones en 2024, en un contexto de sobrecapacidad global superior a 21 millones de toneladas, con otros 13 millones adicionales en ampliaciones anunciadas.

Esta presión está erosionando la capacidad productiva europea a un ritmo crítico.

Euroalliages —que representa a 12 empresas, 32 plantas, cerca de 90 hornos y 14.300 empleos directos— advierte que la industria ya sufre cierres temporales y paralizaciones de hornos, con consecuencias que afectan directamente la producción de acero de alta calidad, indispensable para la defensa, la infraestructura crítica y la movilidad avanzada.

La dimensión estratégica es evidente: sin ferroaleaciones, Europa pierde autonomía para producir materiales esenciales para defensa y seguridad, en un contexto geopolítico donde algunos países fronterizos se encuentran en zonas particularmente sensibles.

Que los Estados miembros no apoyen estas medidas pondría en riesgo la seguridad industrial y militar de la Unión Europea.

Como miembro del Board de Euroalliages, desde XEAL trabajamos activamente con el sector para garantizar que la votación proteja la capacidad productiva europea y, con ella, la soberanía industrial y la seguridad estratégica del continente.

El mensaje es inequívoco: la decisión del lunes es crítica.

Europa debe actuar. Las salvaguardias ya no pueden esperar.

*** María Couto es CEO de XEAL