Anunció de aranceles, bajada de las cotizaciones bursátiles el viernes 4 y el lunes 7, rebote el 8, bajada el 9. Anunció de una moratoria el 9, subida de las bolsas el 10 ¿Juega Trump con los inversores en los mercados bursátiles?

Desde luego, con “información privilegiada” (Insider trading, en inglés) alguien se forró en sólo unas horas. Habría que analizar cuáles fueron los movimientos bursátiles en estos días y de quién. Aunque también se pudo forrar una persona sin información privilegiada. Simplemente adivinando los movimientos espasmódicos del actual residente en La Casa Blanca.

Ante estos movimientos los “manejos” desde Washington pueden analizarse desde varios puntos de vista.

Si se analiza como postura negociadora es un juego típico. Trump inicia la negociación marcando su desiderátum. Su postura maximalista. Luego da “señales” para indicar los caminos por los que se puede avanzar en la negociación. Lo hace con la moratoria de 90 días del miércoles y la respuesta a la UE y China. 

La primera es que está dispuesto a negociar y que espera ofertas de “cada país” no de bloques. No recibe a Von der Leyen. Una señal para que los países europeos vayan uno a uno. No será una negociación de igual a igual, como podría ser la de EEUU con la UE. Si no de un gigante (USA) con inferiores. Por eso no acepta el órdago de China. O se va entonando el “mea culpa” o no hace falta llamar a sus puertas.

Habría que analizar cuáles fueron los movimientos bursátiles en estos días y de quién

Otra señal es el cálculo utilizado para marcar los aranceles: el déficit comercial con un país determinado sobre el total de importaciones de ese país. Luego le aplicaban un coeficiente reductor ante las enormidades que salían. El mensaje es: no queremos que usted nos venda, si no nos compra lo mismo o más. Porque si el déficit comercial fuera cero, o hubiera superávit a favor de EEUU, el aumento de aranceles sería nulo. 

Desde el punto de vista de geopolítico-económico, la intención de Trump está clara. Prefiere dividir el mundo en pequeños trozos, que negociar con grandes bloques. Incluso, a ser posible, enfrentando unos con otros fortalecer la posición de EEUU y debilitar la de los demás. 

Considera a unos países “amigos” y a otros “ajenos”, por no decir enemigos. Por ejemplo, es el caso de España y Marruecos, con aranceles del 20 o el 10% respectivamente. Al Reino Alauita se le considera amigo, mientras las maniobras de Sánchez en extremo oriente no favorecen la postura española. Tendremos que recomponer nuestra figura ante la Administración Trump; difícil será hacerlo con un gobierno con ministros miembros de partido comunista y pacifistas confesos, aunque sean disfrazados (y China sigue siendo comunista de momento). A lo mejor, para España, esa recomposición serían más efectivas con unas elecciones generales anticipadas y un cambio de gobierno que con todo el plan de respuesta preparado por el sanchismo.

Desde el punto de vista ético, la preocupación es por los miles de pequeños y dispersos accionistas que tiene sus ahorros en bolsa ¿Es moral jugar con ellos mientras los “enterados” se forran? Por una parte, los expertos pueden argüir que cuando se invierte en renta variable se debe ser consciente de las características del mercado bursátil y la volatilidad del mismo. Por contra, alguien puede indicar que eso sería razonable si hubiera simetría en la información. Lo que en este caso es dudoso.

Además, hay dudas sobre si Trump y su equipo han hecho un análisis ético de sus decisiones. Juegan con “astucia”, que es lo contrario que la “prudencia”. La astucia es un instrumento a favor de los intereses propios, olvidándose de los demás,. Su uso puede ser moral o no. La prudencia es tener en cuenta todas las circunstancias, los bienes y males de cada decisión y actuar en consecuencia. Al astuto se le admira, pero se le teme. Al prudente de le quiere.

Lo que parece es que Trump prefiere que se tema a EEUU, antes que se le quiera. A corto plazo, puede ser más rentable la astucia, pero a largo plazo la felicidad se gana con la prudencia, que es sinónimo de sabiduría.

** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.