Planes de pensiones y futuro, más allá de la fiscalidad

Planes de pensiones y futuro, más allá de la fiscalidad

La tribuna

Planes de pensiones y futuro, más allá de la fiscalidad

31 diciembre, 2021 05:30

El interés por los planes de pensiones ha ido en aumento en los últimos meses, motivado por la necesidad de constituir un ahorro privado para la jubilación. Esta inquietud tiene su origen en las previsiones sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones, que apuntan a que se producirá una reducción del importe de la pensión pública, y están generando una creciente preocupación en la sociedad por la incertidumbre sobre su bienestar en el futuro.

A esto, se suman las modificaciones normativas introducidas por el Gobierno en 2021, encaminadas a fomentar el desarrollo de los planes de pensiones de empleo como pilar fundamental en la previsión social, que han impulsado de manera muy notable la demanda de estos productos, nacidos en el seno de la empresa y que hasta ahora se encontraban menos extendidos.

La creación de los fondos de promoción pública y gestión privada contribuirán a impulsar la demanda de los planes de pensiones de empleo por parte de las empresas. Este impulso deberá venir acompañado de un marco regulatorio y de los suficientes incentivos fiscales que favorezcan su contratación.

Cerramos un año de importantes cambios en materia de ahorro, con la mirada puesta en las modificaciones fiscales aprobadas para 2022, que siguen la senda de las ya realizadas este año, orientadas a fomentar los planes de pensiones de empleo frente a los planes de pensiones individuales.

Nos enfrentamos al reto de desarrollar el segundo pilar de las pensiones y que los planes de empleo vayan calando en nuestro tejido empresarial, como es previsible que suceda a la vista de la gran demanda que están teniendo en los últimos meses. Desde el punto de vista del ahorro particular, los planes de pensiones individuales seguirán siendo un instrumento perfecto para un elevado porcentaje de la población que no llega al tope máximo anual, a pesar de la reducción en el límite de aportaciones. Además, existen otros vehículos de inversión válidos para canalizar el ahorro y que pueden complementar el ahorro en planes de pensiones (fondos de inversión, seguros de vida ahorro, etc.), y es recomendable hacer una gestión del patrimonio de manera global.

Sea desde el ámbito laboral o desde la iniciativa particular, la clave es tomar conciencia de la importancia de comenzar cuanto antes a planificar un ahorro futuro, algo que por suerte ya está ocurriendo. La jubilación debe ser un motivo más para ahorrar, y es conveniente separarlo de otros objetivos de ahorro más cercanos en el tiempo que podamos tener, así como destinar un importe que nos resulte cómodo en función de cada momento de nuestra vida.

Lo más adecuado es definir una cantidad periódica de ahorro, que deberemos ir adaptando conforme cambie nuestra situación personal y económica. De este modo, al aportar mes a mes, no solo incorporamos el hábito de ahorro, sino que además diversificamos el riesgo al entrar en diferentes momentos del ciclo en el mercado, haciendo más estable la inversión. Además, podemos complementar estas aportaciones con cantidades extraordinarias en momentos puntuales.

La clave es tomar conciencia de la importancia de comenzar cuanto antes a planificar un ahorro futuro

Nos encontramos inmersos en un entorno económico marcado por una gran incertidumbre, con tres grandes factores de fondo: las expectativas de inflación, el devenir de la pandemia y los cambios normativos de las pensiones en España.

El primer factor nos obliga a replantearnos nuestra estructura de ahorro, dirigiéndola a productos menos conservadores que nos permitan batir esta escalada de precios. El segundo factor será determinante para la recuperación y posterior relanzamiento de la economía. Y finalmente, el tercer factor viene alentado por la necesidad de buscar un equilibrio en el sistema público de pensiones, que a efectos prácticos se traduce en ir reduciendo progresivamente la prestación a la par que aumentan los requisitos para su obtención.

En este escenario surgen nuevas oportunidades y formas de canalizar el ahorro. Los productos flexibles que se adapten con rapidez a la coyuntura de los mercados apliquen estrategias de inversión global, e incluyan activos no tradicionales, serán determinantes para proporcionar valor y rentabilidad.

Otro gran aliado es que la inversión tenga en cuenta criterios de sostenibilidad, dado que desde su incorporación en los modelos de gestión de activos de las entidades financieras ha demostrado, con muy buena nota, la capacidad de ofrecer interesantes retornos tanto desde el punto de vista económico como de contribución al entorno. Deberemos dejar de ser meros ahorradores para convertirnos en inversores, incorporando en las carteras un componente de renta variable que nos permita optar a rentabilidades que se consoliden en el medio y largo plazo.

Uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos como sociedad, es el de seguir potenciando la cultura del ahorro que nos permitirá alcanzar nuestros objetivos de previsión social de la forma más eficiente posible. Tanto desde la iniciativa pública como privada debemos ir dando pasos en esa dirección, en beneficio de todos, de los actuales ahorradores y de los futuros, los más jóvenes.

*** José Carlos Vizárraga es director general de Ibercaja Pensión.

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