"La vida no consiste en esperar a que pase la tormenta, sino en aprender a bailar bajo la lluvia" (Vivien Greene).

La semana pasada, el FMI actualizó sus proyecciones de crecimiento en su informe trimestral de perspectivas de la economía mundial. Con la mejora de los datos previstos por el organismo internacional para nuestro país para 2022 (aunque ligero recorte para 2021) y con el dato actualizado de 2020 recuperaremos el nivel de PIB prepandémico a finales de 2022, cuando antes se esperaba hacerlo a lo largo de 2023.

Estados Unidos lo recuperará este mismo año y antes de lo esperado: en el agregado de 2020 y 2021, ya habrá crecido un 3,26%. Parecen claras las consecuencias de tener una economía plagada de innovación.

La eurozona se sitúa en un punto intermedio. A finales del próximo año, habrá crecido en el conjunto de los tres años del periodo 2020-22 un 2%.

Tenemos la gran fortuna de contar con 140.000 millones de euros de fondos europeos y no debemos olvidar que una partida cuantiosa debe destinarse obligatoriamente a la digitalización. Hasta ahora ha habido muchas buenas palabras al respecto por parte del Gobierno, pero los españoles necesitamos hechos. Ya lo decía Frida Kahlo: "Quiero hechos, no palabras. Si quiero palabras, me leo un libro".

Esta infografía a modo de resumen concluye que en el sumatorio de los tres años (2020, 2021 y 2022) el mundo habrá crecido un 7,64%; los países ricos, un 5,18%; y los emergentes y subdesarrollados, un 9,48%:

Aquí vemos el detalle por regiones. Es impresionante el caso de Asia emergente. En el trienio comentado, habrá crecido un espectacular 13,35%:

Las perspectivas de crecimiento para las economías avanzadas este año han mejorado en 0,5 puntos porcentuales, pero esta mejora se ve neutralizada exactamente por una revisión a la baja de las proyecciones para las economías de mercados emergentes y en desarrollo debido a que se ha rebajado el pronóstico para las economías emergentes de Asia.

Las revisiones reflejan la evolución de la pandemia ahora que la variante delta es dominante. Cerca del 40% de la población en las economías avanzadas ha recibido la vacunación completa, en comparación con el 11% en las emergentes y una fracción mínima en los países de bajo ingreso. El avance de la vacunación a un ritmo más rápido de lo previsto y la vuelta a la normalidad han dado lugar a revisiones al alza, mientras que la falta de acceso a las vacunas y las nuevas olas de la Covid en algunos países, especialmente en India, han provocado correcciones a la baja:

Las divergencias en las políticas de apoyo también aumentan las brechas. Las economías avanzadas continúan brindando un sustancial apoyo fiscal. En las economías emergentes y en desarrollo, la mayoría de las medidas expiraron en 2020 y esperan recomponer sus márgenes de maniobra fiscal. Algunos mercados, como Brasil, Hungría, México, Rusia y Turquía, también han comenzado a elevar los tipos de interés para evitar presiones alcistas sobre los precios. Los países exportadores de materias primas se han beneficiado de un aumento de los precios de las materias primas más significativo de lo previsto:

Se prevé que en 2022 en la mayoría de las economías avanzadas la inflación se reduzca hasta sus niveles previos a la pandemia por tres razones: 1) una fracción importante es transitoria por la comparación con mediciones inusualmente bajas del año pasado (ejemplos: turismo y materias primas); 2) a medida que mejoran los indicadores de salud y expiran las medidas excepcionales de apoyo se espera que las dificultades de contratación disminuyan; y 3) las expectativas de inflación a largo plazo siguen ancladas y factores como la automatización, que han reducido la sensibilidad de los precios a los cambios en la capacidad ociosa del mercado laboral, se han intensificado en la pandemia.

No tengo duda de que saldremos adelante, no hay mal que cien años dure. Albert Camus decía: "En las profundidades del invierno descubrí que en mi interior habitaba un verano invencible".