El Banco de España aumenta su previsión de crecimiento (al 6,2% del PIB para 2021). Las noticias sobre las vacunas son positivas. El Ibex 35 ha llegado a superar los 9.300 puntos. Los datos del paro registrado en mayo fueron buenos: 129.378 parados menos.

Según el ministro Escrivá, los empleados en ERTE bajan a razón de entre 3.000 y 10.000 diarios y a finales de junio serán menos de 400.000 (llegaron a superar los tres millones). Se espera una campaña turística en alza. La Unión Europea ha desatascado las ayudas extraordinarias. Hay 140.000 millones de euros para España. Inglaterra puede poner en ámbar o verde el semáforo para turistas británicos. Todo son buenas noticias económicas.

Andalucía ha dado una alegría a Pedro Sánchez con el triunfo del alcalde Espadas en la primarias socialistas y la manifestación contra los indultos no ha sido lo que se esperaba. Eso diluye el triunfo de Ayuso en las elecciones madrileñas y el fracaso de la política exterior con Marruecos.

¿Pedro Sánchez encara la segunda parte de la legislatura con las encuestas en contra, el viento económico a favor y el partido dominado desde Moncloa? Así parece. La matemática parlamentaria hace imposible una alternativa de Gobierno.

Ninguno de sus aliados, incluyendo el PNV, prevé una situación mejor para ellos. La disolución de las cámaras depende de la voluntad del presidente ¿A disfrutar que quedan más de dos años en Moncloa?

¿Pedro Sánchez encara la segunda parte de la legislatura con las encuestas en contra, el viento económico a favor y el partido dominado desde Moncloa? Así parece

¡Cuidado también hay riesgos! Los principales vienen de fuera, de sus filas y aliados, pues ni PP, ni VOX, ni menos aún Ciudadanos, pueden desalojarlo de la presidencia esta legislatura.

El principal nubarrón económico es el riesgo inflacionario que depende de la situación internacional. La falta de materias primas (desde pintura hasta chips) está originando una inflación de costes que, junto a la alegría en la demanda, puede dar lugar que el aumento de los precios supere el 3%.

El peligro sería que eso empujara al BCE de Lagarde a subir los tipos de interés. De momento no lo parece. Pero si la inflación persiste, dos años es demasiado tiempo para que los bancos centrales se contengan.

Si la Reserva Federal inicia la subida de tipos, el BCE no tendrá mas remedio que seguir su ejemplo. Entonces el déficit público español, con un 125% de deuda pública sobre el PIB, con un deficit público 8% previsto por el Banco de España para 2021, no  lo contendría en 2022 y 2023; disparate imposible de sostener.

En consecuencia, el peligro de Sánchez son las “practicas dilapidadoras” de sus ministros. Por ejemplo, subir el Salario Mínimo Interprofesional: aumentaría la inflación de costes y disuade crear trabajo. Revalorizar las pensiones al ritmo del IPC: aumenta la presión a los precios por incremento de demanda y el déficit de la Seguridad Social hasta límites desconocidos.

Igualmente el incremento de políticas sociales como el IMV. Todas encomiables en la superficie. Pero que al cebar la inflación van contra los asalariados, los pensionistas y las clases populares. Lo que se les da con una mano se les quita por otra y encima, destroza las finanzas públicas.

Si eso ocurre no habrá más remedio que aumentar impuestos, algo ya anunciado, lastrando el crecimiento del sector privado, sin resolver esas finanzas públicas. Las clases medias, que son siempre las paganas de estas subidas no votarán PSOE ni en las locales y autonómicas, ni en las generales (se ha visto en Madrid).

Otro peligro es el empeño en derogar la Reforma Laboral de 2012. Los ERTEs, creados en esa Reforma han servido de colchón social y gracias a ella se crea trabajo por debajo del 2% de incremento del PIB, algo que no ocurría antes de su aprobación.

Por otra parte, los socios externos de su Gobierno pueden hacer fracasar su política respecto a la cuestión catalana, algo letal para sus aspiraciones a una nueva legislatura. Una desestabilización territorial traería consecuencias nefastas en la inversión nacional y extranjera.

En consecuencia los riesgos de Sanchez son tanto de su propio Gobierno, como de sus aliados internos y externos. El mayor consejo que se le puede dar, por su bien y el de España es: quieto parado, nada de movimientos extraños.

*** J. R. Pin es profesor del IESE.