La comparecencia protagonizada por la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) Christine Lagarde ayer jueves pasará a la historia de los errores del organismo. Sin ir más lejos, el Ibex 35 protagonizó su jornada más negra tras declarar Lagarde que " el BCE no puede hacer más" frente al coronavirus. Un mensaje tan contundente como imprudente que también arrasó los selectivos de Alemania o Francia y cuya honda expansiva llegó hasta la apertura de Wall Street.

Cuando los Gobiernos de todo el mundo se enfrentan a una crisis sanitaria nunca antes conocida y cuya única vacuna conocida por el momento es la de paralizar al máximo la actividad social y económica para frenar la dispersión del virus, Lagarde pidió a los Gobiernos de la Unión Europea que sean ellos los que asuman las riendas y pongan en marcha un plan fiscal coordinado y ambicioso para evitar el colapso financiero. Tienen razón en que los Gobiernos europeos deben hacer más.

Pero su actitud espantó a los mercados, como debía haber previsto antes de comparecer. En un momento en el que los inversores buscan desesperadamente mensajes que les permitan recobrar la confianza, las palabras de la presidenta del Banco Central Europeo desataron unos niveles de pánico sólo vistos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 o la crisis financiera de 2008. Lagarde tiene aún en sus manos las herramientas para combatir esta crisis económica derivada de una crisis sanitaria y debe afinar más sus mensajes.