Una paciente hospitalizada. Imagen de archivo.

Una paciente hospitalizada. Imagen de archivo. E.P

Observatorio de la sanidad

El reconocimiento de patologías crónicas como la Covid persistente favorecerá la financiación de su investigación

Tanto médicos como especialistas explican que esto supone un avance para visibilizar las necesidades del paciente.

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Sanidad ha reconocido recientemente el dolor crónico, la COVID persistente, la celiaquía y las secuelas de la polio como enfermedades. Una iniciativa que, según clínicos y especialistas, mejorará la financiación de su investigación científica, así como el diagnóstico precoz.

Esta medida se encuadra dentro del Plan Operativo 2025-2028 de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad, aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud el pasado 4 de julio. Con esta estrategia se pretende ofrecer una asistencia integral y basada en la evidencia.

Como indican los especialistas, esto supone un avance en la visibilización de las necesidades de los pacientes. Y permitirá conseguir un mayor reconocimiento social para obtener más recursos económicos y humanos.

Con todo, "se facilitará el acceso a tratamientos especializados, la creación de unidades especializadas y se podrá hacer un seguimiento más integral de los pacientes", aclara José Vigaray, alergólogo y director de la Unidad de Microbiota del Hospital Universitario de Vithas Madrid Arturo Soria.

A partir de ahora, se pretende que estas patologías (COVID persistente, celiaquía, dolor crónico) tengan asegurado un abordaje integral, programado y pautado.

"Esto ayudará a mejorar en el diagnóstico precoz para categorizar a los pacientes. Se hará un seguimiento más correcto de su enfermedad", detalla Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). 

Por su parte, los especialistas también están de acuerdo en que este reconocimiento favorecerá la financiación de la investigación clínica.

Unidades multidisciplinares

En el caso del dolor crónico no oncológico es necesario contar con la presencia de un equipo multidisciplinar, por lo que será necesario que con este reconocimiento se dé voz a esta necesidad.

"Las unidades de dolor deberían ser todas multidisciplinares. Es decir, que no solo haya anestesiólogos, sino que también se cuente con un psicólogo, además de otro tipo de especialistas. Al final, en esta patología hay que tratar al paciente de una forma mucho más completa", declara Manuel Agustín Herrero, especialista de anestesiología de Unidad del Dolor del Hospital Universitario de Vithas Madrid Arturo Soria.

Como aclara el especialista, generalmente en estos equipos sólo cuentan con el perfil del anestesiólogo y "algún" psicólogo.

Cabe recordar que el 26% de la población padece esta enfermedad, según los últimos datos del Barómetro del dolor crónico en España (datan de 2022). Afecta diariamente a los pacientes y, a menudo, provoca que se tengan que coger bajas laborales o solicitar el reconocimiento de la dependencia ante la imposibilidad de poder trabajar, al igual que el resto.

Todo ello, requiere desembolsar "un elevado presupuesto para el que se necesita más dotación de recursos", apunta Herrero.

Y es que aunque hay tratamientos para reducir los síntomas, no los hay para erradicarlos al completo. Por eso, se necesita más investigación (basada en la evidencia) "para abordarlas con tiempo" e intentar paliar los síntomas con antelación.

El caso del COVID persistente es aún más complicado. De momento, no hay ningún tratamiento para abordarlo.

"Tenemos estudios de investigación que reflejan distintos tratamientos, pero ninguno con evidencia en práctica clínica. La única solución que tenemos es la de intentar controlar esos síntomas. Y es complicado porque en esta patología se han detectado hasta 200 diferentes", precisa la presidenta de SEMG.

Líneas de actuación

Estas necesidades evidencian que se necesita un avance en el tratamiento de estas patologías. El reconocimiento de ellas en el nuevo plan para el Abordaje de la Cronicidad pretende ofrecer soluciones. Como se recoge, en esa estrategia, hay distintas líneas de actuación para cada patología.

En el caso de la COVID persistente se apuesta por establecer circuitos asistenciales específicos y protocolos de seguimiento multidisciplinar.

Por otro lado, en el dolor crónico se llama a fomentar un enfoque multidisciplinar basado en la evidencia para mejorar el control del dolor, reducir el uso excesivo de analgésicos, especialmente los opioides, y promover alternativas terapéuticas, tanto farmacológicas como no farmacológicas, seguras y eficaces.

Una idea con la que coinciden los especialistas. "Se tiene que avanzar mucho más hacia las terapias intervencionistas. Se trata de un tipo de tratamiento en el que se hacen infiltraciones o técnicas percutáneas con agujas que permiten sentir un alivio prolongado sin necesidad de tomar tantas pastillas", añade el especialista de anestesiología.

Para la enfermedad celíaca, el plan insta a mejorar el diagnóstico precoz y la formación de los profesionales y del paciente.

"Abogamos por la puesta en marcha de unidades, siempre evidentemente serían multidisciplinares. Por un lado, se debe contar especialistas médicos y con el apoyo de nutricionistas", destaca José Vigaray, alergólogo.

"En algunos casos, es importante que sean unidades integradas en relación con otras especialidades por otras patologías asociadas. Todo esto son elementos de ayuda para estos pacientes".

Por último, respecto a las secuelas de la polio, en el plan se insiste en fortalecer la detección precoz y ofrecer un cuidado integral que brinde una atención coordinada y personalizada.