Las ayudas directas de 400 euros que concede el Gobierno desde hace cuatro años para instalar tecnologías de acceso a Internet en zonas rurales a las que no llega la red de fibra, principalmente mediante soluciones satélites, han vuelto a registrar un año más un alto nivel de demanda en la España Vaciada.

En el mes de noviembre, las solicitudes aceptadas por la entidad pública Red.es, que es la encargada de gestionar este programa, representaban ya el 85% del presupuesto asignado para este ejercicio. Una alta demanda que ha llevado al Gobierno a prorrogar este plan un año más. 

Según los datos a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL-Invertia, hasta el penúltimo mes del año en la entidad pública se habían aceptado un total de 12.045 solicitudes de ayudas, con un desembolso económico total de 4.243.127,13 euros.

Esto representa el 84,9% del presupuesto de cinco millones de euros con los que contaba este programa en 2021. Una cifra que podría aumentar a finales de este año, ya que actualmente hay 4.321 solicitudes en trámite.

Asimismo, los datos recogen que a lo largo de este año se han desestimado un total de 2.826 solicitudes, por no cumplir los requistos exigidos para acceder a estas ayudas, y se han desistido otras 8.476. Estas últimas pueden volver a presentar la solicitud una vez subsanados los errores.

Ayuda media de 350 euros

Los datos también reflejan que el importe medio de ayuda concedida por solicitud este año ha ascendido a 352,3 euros, una cifra inferior al máximo de 400 euros al que puede acceder cada demandante.

Esto indica que la ayuda que realmente se conceden a estos habitantes de la España Vaciada sin cobertura de fibra es más que suficiente para afrontar los costes de instalar los equipos necesarios para disfrutar de Internet de alta velocidad.

La convocatoria contempla que las subvenciones deben destinarse a cubrir los gastos directamente relacionados con el alta de servicios de banda ancha fija por parte de los usuarios finales, a una velocidad mínima de transmisión de datos en sentido descendente de 30 Mbit/s.

Aunque el programa contempla que esta ayuda se concederá con independencia de la tecnología empleada, en la gran parte de los casos la tecnología utilizada por las personas que solicitan la subvención es el satélite. 

En concreto, según las bases del programa, se conceden hasta 400 euros cuando los servicios se provean con tecnología satelital, hasta 150 euros para tecnología terrestre inalámbrica y hasta 50 euros para tecnología terrestre cableada.

Este servicio debe ser prestado por un operador de comunicaciones electrónicas adherido al programa y comprende la adquisición de equipamiento de usuario, su instalación y puesta en funcionamiento.

Poblaciones pequeñas y sin Internet

Los beneficiarios serán personas físicas, autónomos, pymes, entidades sin ánimo de lucro y ayuntamientos que residan en una localidad con una población igual o inferior a 5.000 habitantes (censados en su último padrón).

Además, estas localidades tienen que estar ubicadas en zonas del territorio español que no dispongan de servicios que permitan el acceso a la banda ancha fija, con cualquier tecnología, al menos a una velocidad de transmisión de datos en sentido descendente de 10 Mbits por segundo y simultáneamente tengan un retardo inferior a los 100 milisegundos (ms).

La alta demanda que mantiene el programa en su cuarto año de vida, ya que estas ayudas se empezaron a conceder en el 2018, ha llevado al Gobierno a aprobar un nuevo programa para 2022 con el mismo importe de cinco millones de euros.

Estas subvenciones, que se financian a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), cumplirán así cinco años dotando de un servicio de Internet de alta velocidad a aquellas zonas del país a las que no llega la fibra con el objetivo de intentar poner freno a la brecha digital.

La estrategia España Digital 2025 se ha marcado como meta que toda la población del país tenga acceso a una conectividad digital de al menos 100 Mbps en 2025, y para ello se está destinando un parte importante de ayudas públicas a desplegar fibra donde no es rentable para los operadores de telecomunicaciones. 

El objetivo del Plan UNICO es que la cobertura de redes de fibra con velocidad superior a 100 Mbps alcance el 95% de la población en 2023, por lo que se asume que siempre habrá un 5% de la población a la que sea inviable llegar con esta tecnología.

Y ahí es donde entran en juego los sistemas alternativos de conectividad sin cables, como el satélite, que ofrecen las mismas características a un coste competitivo para los clientes y con un sencillo proceso de instalación. 

Además, estos sistemas no sirven sólo para llevar Internet de alta velocidad allá donde nunca llegará la fibra, sino que también pueden utilizarse como método transitorio a la espera de que lleguen los despliegues de cable en los próximos años.