Dos mujeres se abrazan en Punta Umbría, Huelva, tras haber ganado el 'Gordo' en 2020.

Dos mujeres se abrazan en Punta Umbría, Huelva, tras haber ganado el 'Gordo' en 2020. Europa Press.

Fondos de inversión

Las diferentes opciones si te toca el 'Gordo': ¿darse un capricho, ahorrar al 0% o invertir en fondos?

El 70% de los premiados con la Lotería de Navidad tiene mucho menos dinero cinco años después.

19 diciembre, 2021 21:49

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El próximo miércoles 22 de diciembre se celebra el tradicional sorteo de la Lotería de Navidad, con un total de 3.600 millones de euros en juego. Aunque las matemáticas y la probabilidad reman en contra, siempre queda la esperanza de ser uno de los agraciados con uno de los premios, y si es el ‘Gordo’, mejor que mejor. Llegado el caso, ¿qué merece más la pena: gastar, ahorrar o invertir, por ejemplo, en fondos?

Antes de responder a esta pregunta, hay que tener en cuenta un dato. Un estudio de la European Financial Planning Association (EFPA) pone de manifiesto que el 70% de los premiados con la Lotería de Navidad tiene mucho menos dinero cinco años después de haber ganado el premio.

Como primer paso, desde el equipo de asesoramiento patrimonial de Abante recomiendan tomarse un tiempo de seis meses antes de comenzar a gastar o a invertir el dinero. Conviene recordar que la ley da un plazo máximo de tres meses para cobrar el décimo.

En 2021, Hacienda se quedará con el mismo pellizco que en 2020. En el caso del primer premio, el ‘Gordo’, se reparten 400.000 euros al décimo, pero la Agencia Tributaria se quedará con 72.000 euros y solamente 328.000 euros acabarán en la cuenta del ganador.

Esto es así porque, como recuerda reclamador.es, los primeros 40.000 euros de los premios de lotería están exentos de tributar y las cantidades restantes tributan a un 20%. Por tanto, únicamente se tributaría por los tres primeros premios y se estaría exento a partir de los cuartos y quintos.

Dos copas de champagne en el mirador de la terraza de un hotel.

Dos copas de champagne en el mirador de la terraza de un hotel. Anthony Delanoix, Unsplash.

Cuando uno se sabe ganador, resulta habitual decir que lo primero que se quiere hacer es cancelar la hipoteca, regalar parte del premio a algún familiar o, incluso, retirarse antes de tiempo. En opinión de Abante, es de vital importancia evitar los caprichos y que en esos meses la persona pueda reflexionar sobre qué es lo que realmente quiere conseguir con ese dinero extra que le ha llegado a la cuenta y cuáles son sus objetivos vitales. Para ello, habría que hacer un ejercicio de planificación financiera.

Ángel Martínez Golvano, consejero patrimonial de AXA Exclusiv, establece una pequeña guía de actuación: “Ante todo, no ponerse nervioso y no tomar decisiones precipitadas. Después, darse algún capricho que no suponga gastos futuros altos. En tercer lugar, plantearse si merece la pena cancelar préstamos personales e hipotecarios u otro tipo de deudas que se tengan. Por último, con el dinero que no haga falta una vez hecho lo anterior, hay que plantearse invertirlo y, para ello, es necesario acudir a un especialista”.

En opinión de Fernando von Fischer, asesor financiero de Caser Asesores, la mejor asignación sería un 20% del importe al ‘cajón’ del gasto (viaje, coche, barco, entrada de una casa, etc.); un 30% para ahorro-previsión y el 50% restante iría destinado a la inversión. Estos tres ‘cajones’, por tanto, se corresponderían con el corto, medio y largo plazo: 65.600, 98.400 y 164.000 euros, respectivamente.

Ahorrar al 0%, mala opción

Por lo general, los españoles son muy conservadores con su dinero. Y aunque esta tendencia está cambiando, lo cierto es que la mayoría suele optar por dejar su dinero inmóvil o en depósitos que, a día de hoy, apenas pagan más de un 0%.

Si se decide no invertir el dinero, dentro de unos años se perdería poder adquisitivo por el incremento de los precios de la vida. Es decir, si se tienen 328.000 euros y no se invierten, pasados 20 años y contando con una inflación media anual del 2% (objetivo que persigue el Banco Central Europeo), ese dinero equivaldría a unos 220.735 euros (actuales), proyecta Abante. Y eso sin tener en cuenta que ahora la inflación está disparada, con un IPC en España del 5,5%, su nivel récord en tres décadas.

Pantallas de la Bolsa de Madrid con el Ibex 35 en ellas.

Pantallas de la Bolsa de Madrid con el Ibex 35 en ellas.

Como paso intermedio del ahorro a la inversión, Von Fischer, de Caser Asesores, recomienda los seguros individuales de ahorro a largo plazo (SIALP), por tres motivos: “rentabilidad, riesgo limitado y fiscalidad atractiva”.

Este producto permite capitalizar las aportaciones realizadas mensualmente (hasta un máximo de 5.000 euros al año), estando además garantizado un 85% del capital aportado. El gran atractivo del SIALP reside en una ventaja fiscal: los rendimientos generados por la inversión están exentos, siempre que “aguantemos” el producto cinco años. Eso sí, precisa este asesor, “debemos conocer en qué activos subyacentes invierte la póliza, siendo cada vez más común la composición de una cartera que invierte en fondos indexados de renta variable”. De esta forma, “podríamos esperar capitalizarnos con una rentabilidad entre el 6%-8% anual”.

Martínez Golvano, de AXA Exclusiv, aconseja el seguro de ahorro Asigna, donde el cliente invierte con asesoramiento financiero independiente en fondos de inversión seleccionados de las mejores gestoras internacionales, consiguiendo una diversificación por tipo de activos, geográfica, temática y estratégica en el horizonte temporal fijado de antemano. Además, la selección de fondos cumple con los objetivos de realizar inversiones sostenibles, sociales y de gobernanza responsable.

Carteras de fondos diversificadas

Si se mira muy a largo plazo, como debería hacerse cuando uno invierte, y se quiere superar a la inflación en tres puntos (es decir, conseguir una rentabilidad anual media del 5%), habría que invertir en una cartera con el 50% de la exposición en renta variable (bolsa). Y una opción que permite diversificar, que tiene beneficios fiscales y que permite acceder a una gestión profesional son los fondos de inversión, subraya Abante.

Respecto a la decisión de amortizar la hipoteca, “cuando quizás no es lo más conveniente, cabe pensar que lo primero que habría que ver es si la rentabilidad que da el dinero invertido es mayor que el coste de financiación porque, en ese caso, no interesaría amortizar la hipoteca”, considera esta firma.