Los españoles dan otra vez la espalda a los fondos pasivos con la fuga de 775 millones
Los vehículos de gestión pasiva como los ETF vuelven a sufrir reembolsos netos este año después del éxito de captaciones del 2020 de la pandemia.
13 diciembre, 2021 05:30Noticias relacionadas
La fiebre por la gestión pasiva que marca la evolución de la gran mayoría de los mercados europeos vuelve a ser completamente inexistente en el caso español. Tras un breve paréntesis que coincidió con los estadios iniciales de la pandemia, los inversores locales vuelven a dar la espalda a esta fórmula de inversión.
Mientras la industria nacional de fondos apunta a un año histórico en captación de capitales, la categoría de gestión pasiva sufre más salidas de dinero que entradas. Únicamente los meses de enero y febrero trajeron suscripciones para esta tipología de fondos, hasta sumar un total de 402,09 millones de euros. Después, un mes tras otro, los reembolsos han puesto la voz cantante.
A consecuencia de esta tendencia, se ha llegado a un punto en el que, a falta de un solo mes para que termine este 2021, los fondos españoles de gestión pasiva sufren una retirada acumulada neta de 775,36 millones de euros. Una partida que solo en noviembre ha engordado en 188,55 millones, según reflejan los datos adelantados de Inverco que acaban de ver la luz esta pasada semana.
Un año de récord
Si la brecha con lo que viene ocurriendo en el conjunto de Europa es significativa, se vuelve más amplia si se tiene en cuenta que los datos recogidos por la patronal del sector contabilizan suscripciones netas por 23.691,59 millones de euros en el conjunto de la industria nacional hasta noviembre. Y eso supone la mejor marca conseguida en los últimos seis años para estas alturas del ejercicio.
En lo que va de año, el mes más fatídico para los fondos de gestión pasiva fue el de octubre. Entonces, los inversores españoles retiraron de esta categoría de vehículos de inversión 229,85 millones de euros. Solo siete de las 22 categorías en las que Inverco divide los fondos ofrecidos por la industria en España registraron salidas ese mismo mes, en el que en conjunto se registraron suscripciones netas por 2.217,33 millones de euros.
El cuadro que dibujan los flujos de dinero en el sector de los fondos de inversión es completamente diferente al que se dibujaba el año pasado, especialmente en su primera mitad. Un comportamiento atípico en el mercado español que coincidió con los primeros y más profundos azotes de la pandemia a la economía.
No obstante, esta tendencia consiguió alargarse hasta el final del año pasado. Así, la categoría de fondos de gestión pasiva acabó el ejercicio 2020 con suscripciones netas por algo más de 1.330 millones de euros en los vehículos de gestión pasiva. Una cifra que, además de lo insólito de la misma, se colocó por encima de la captación neta de fondos del conjunto de la industria: 1.161,24 millones de euros.
Más oferta, menos demanda
Este paso atrás de la gestión pasiva choca con el hecho de que el catálogo de productos de esta categoría es ahora mucho más amplio que no hace mucho tiempo. Y es que precisamente el éxito cosechado el año pasado animó a muchas casas a reforzar su apuesta por esta rama del sector.
Así, si en el año 2009 -el primero para el que las estadísticas de la patronal ofrecen cifras separadas-, el abanico abarcaba solo 40 fondos, en la actualidad se cuentan más de 140 en la categoría. En otras palabras, hoy se puede invertir en el triple de fondos de gestión pasiva que hace una década.
Y mientras todo esto ocurre en España, en el conjunto de Europa, los fondos de gestión pasiva van camino de un año récord en captaciones de capital. Según datos de Refinitiv, en lo que va de año han entrado en estos vehículos 126.900 millones de euros, lo que supera con holgura los 106.700 millones en los que hasta ahora se situaba su récord anual de suscripciones, conseguido al término del ejercicio 2019.
Depósitos y derivados
Entre los gestores consultados en torno a estas cifras del mercado español, señalan hacia dos factores determinantes para esta evolución a contracorriente. En primer lugar, el todavía papel hegemónico de los depósitos bancarios en cuanto a lo que toca al ahorro familiar. Los últimos datos disponibles señalan un patrimonio de 941.786 millones de euros en estos productos frente a los 315.235,4 millones que atesoran los fondos.
En segundo lugar, pero no menos importante, la irrupción de nuevos brókeres digitales. Unos chicos nuevos en el mercado financiero que ofrecen bajas o nulas comisiones a cambio de promesas más o menos veladas de elevadas rentabilidades mediante la operativa con acciones y criptomonedas o derivados sobre estos activos. Una combinación que ha conseguido atraer a muchos noveles desde el estallido de la pandemia.