Un operador trabaja en la Bolsa de Nueva York.

Un operador trabaja en la Bolsa de Nueva York. Reuters

Mercados

Las bolsas tiemblan ante una posible burbuja de la IA y el cierre del Gobierno de EEUU más largo de la historia

El Nasdaq, el índice tecnológico de Wall Street, ha caído esta semana un 4,6%. Es el mayor descenso semanal desde el anuncio de los aranceles.

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Las claves

Las principales bolsas mundiales caen a inicios de noviembre, arrastradas por el temor a una burbuja en las acciones de inteligencia artificial y el cierre del Gobierno de EEUU, que ya es el más largo de la historia.

El índice tecnológico Nasdaq 100 cae un 4,5% en la última semana, la mayor bajada desde abril, mientras crecen las dudas sobre la sostenibilidad de las valoraciones de las grandes tecnológicas de IA.

El cierre del Gobierno de EEUU, que supera los 40 días, provoca retrasos en ayudas sociales, problemas en el tráfico aéreo y ausencia de datos económicos oficiales, lo que añade incertidumbre a los mercados.

Expertos y analistas debaten si la situación actual supone una burbuja en las tecnológicas de IA o una fase de consolidación, con correcciones habituales en los mercados alcistas.

Las principales bolsas del mundo caen en las primeras sesiones de noviembre. Dos son los factores que, fundamentalmente, explican estos descensos: el miedo a una burbuja de la inteligencia artificial y el cierre del Gobierno de Estados Unidos, que ya es el más largo de la historia.

Los índices europeos, desde el español Ibex 35 al germano Dax, han sufrido descensos en torno al 1% en el inicio de un periodo que suele ser positivo para los mercados de renta variable como son los dos últimos meses del año.

La sangría es mayor en Wall Street. El Nasdaq 100, el índice tecnológico del parqué neoyorquino, se ha desplomado un 4,5% en la última semana.

Se trata de la mayor caída registrada desde el pasado abril, y que fue provocada por el anuncio de imposición de aranceles por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

En duda está la continuidad del motor de la bolsa de Nueva York: la evolución de los gigantes tecnológicos relacionados con la IA.

Según Deutsche Bank, "las acciones vinculadas a la IA han demostrado una resistencia e impulso excepcionales, subiendo con fuerza a pesar de la alta incertidumbre política y un entorno macroeconómico desafiante".

Esta divergencia ha atraído capital, pero también ha incrementado el escrutinio sobre los fundamentales de las compañías.

En este contexto, la palabra burbuja cada vez resuena con más fuerza. Expertos como Terry Smith, conocido como el Warren Buffett inglés, o Michael Burry, que anticipó la crisis subprime, han advertido sobre la posibilidad de una sobrevaloración.

Según sus análisis, esta burbuja podría obedecer al efecto que el mercado proyecta sobre los beneficios de las empresas que más invierten en tecnologías de IA.

Así, tras un año en el que las compañías vinculadas a la IA y los fabricantes de semiconductores impulsaron el mercado, han surgido dudas sobre si el gasto de capital actual se traducirá en un crecimiento de ganancias que justifiquen las valoraciones de estas empresas.

En este sentido, los expertos de Crédit Mutuel Asset Management apuntan a los resultados de Meta, "lastrados por el enorme gasto en inteligencia artificial", como un ejemplo de lo que preocupa hoy a los inversores.

A pesar de estos miedos, los analistas de Evli matizan que, "aunque el comercio de IA muestra síntomas de burbuja, las valoraciones siguen estando muy por debajo de los extremos vistos durante la era puntocom".

En esa misma línea, desde Julius Baer subrayan que "el episodio actual se asemeja más a una fase de consolidación tras fuertes ganancias que al inicio de una recesión cíclica". "Las correcciones del 5% al 10% son comunes en los mercados alcistas y suelen servir para reequilibrar las posiciones", añaden.

Parálisis política en EEUU

A las incertidumbres tecnológicas se suma la parálisis política en EEUU. El cierre del Gobierno, conocido como government shutdown, ha alcanzado ya los 40 días. Supera así el récord de 35 días registrado durante el primer mandato de Donald Trump.

En Crédit Mutuel Asset Management advierten de que, aunque históricamente los cierres de Gobierno tienen un impacto macroeconómico limitado, "no es imposible que esto se sume al nerviosismo actual de los mercados si se prolonga en el tiempo".

La prolongación del shutdown está provocando problemas tangibles: pagos de ayudas alimentarias retrasados, aumento de primas de seguros médicos y complicaciones en el tráfico aéreo.

LBP AM estima que el coste económico directo del cierre es de 0,3 puntos porcentuales del PIB por semana, un riesgo negativo para el crecimiento estadounidense.

A los estragos, limitados, que el shutdown puede causar en la primera potencia mundial se suma otro factor relevante para los mercados: la ausencia de datos económicos oficiales debido a la inactividad de las agencias gubernamentales encargadas de recopilarlos y publicarlos.

Esta falta de datos puede influir en la política de la Reserva Federal, justo en un momento en el que las probabilidades que los inversores dan a un recorte de tipos en diciembre se han reducido drásticamente.

"Sin información crucial sobre inflación y mercados laborales, la Fed podría adoptar un enfoque más cauteloso respecto a los tipos de interés, a la espera de que se aclare la situación de la economía estadounidense", señalan en Pimco.

La expectativa es que la presión de los problemas cotidianos y económicos empuje al Congreso estadounidense a reabrir el Gobierno antes de Acción de Gracias. Si eso ocurre, los efectos negativos sobre el PIB del cuarto trimestre podrían corregirse parcialmente en el primer trimestre de 2026, según LBP AM.

¿Rally de fin de año?

El miedo a una burbuja de la IA y el cierre del Gobierno de Estados Unidos coinciden en el inicio de un momento que suele ser muy positivo para las bolsas: los últimos meses del año.

Desde 1926, noviembre se encuentra entre los mejores meses en términos de rentabilidad media del S&P 500, con un retorno promedio de entre el 1,5% y el 2%. Solo julio suele superar ligeramente este rendimiento medio.

Las bolsas también suelen registrar una evolución positiva en diciembre. Es cuando tiene lugar el conocido como rally de Navidad o de Santa Claus. Todas estas subidas están puestas ahora en jaque.