El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Reuters

Macroeconomía

Estados Unidos pulveriza las previsiones al crecer un 3,8% en el segundo trimestre

La expansión es cinco décimas superior a la calculada anteriormente.

Más información: La OCDE mejora dos décimas la previsión de crecimiento de España para 2025, hasta el 2,6%

L. Piedehierro
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Actualizada

Estados Unidos creció un 3,8% en el segundo trimestre de este 2025 respecto al mismo periodo del año anterior, cinco décimas más de lo previsto. Así lo ha confirmado este jueves la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) al publicar la tercera y última revisión del dato.

Con esta expansión del producto interior bruto (PIB), Estados Unidos cierra la puerta a una recesión técnica, que se produce cuando un país decrece durante dos trimestres consecutivos.

Entre enero y marzo, la economía estadounidense se contrajo un 0,6% -cifra revisada- en comparación anual y un 0,1% respecto al último trimestre de 2024. Fue la primera caída del PIB desde 2022.

El escenario ahora parece muy distinto. En el segundo trimestre del año, EEUU creció un 3,8% en comparación anual y un 0,9% respecto a los tres meses anteriores.

Esta ha sido la tercera revisión al alza llevada a cabo por la BEA. En la primera de ellas –publicada en julio–, el crecimiento del PIB calculado fue del 3% en comparación anual y del 0,8% trimestral.

En la segunda –llevada a cabo en agosto–, la BEA mejoró tres décimas la subida anual, al 3,3%, y mantuvo en el 0,8% la expansión trimestral. Ahora la Oficina ha elevado en cinco y una décima, respectivamente, las estimaciones de crecimiento.

Cabe recordar que en Estados Unidos el PIB se publica en tres ocasiones. La primera de ellas, un mes después de que termine el trimestre, es un avance. La BEA realiza una segunda estimación un mes después y una última revisión transcurridos otros treinta días.

La expansión registrada por Estados Unidos coincide con un periodo de tregua comercial. Poco después del Día de la Liberación, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció la pausa de los aranceles hasta el 9 de julio.

Dos días antes de esa fecha, el republicano firmó una prórroga que ha extendido la tregua hasta el 1 de agosto. Asimismo, a finales de junio Washington firmó un acuerdo comercial con Londres y otro con Pekín.

Sorpresa

El crecimiento registrado en el segundo trimestre ha vuelto a sorprender a los analistas. Esperaban que la expansión se confirmase en el 3,3%.

La mayoría de expertos coinciden en señalar que la subida del PIB registrada entre abril y junio se explica en gran medida por la reversión del “efecto acumulación” previo a la imposición de aranceles, lo que llevó a empresas a importar menos en el segundo trimestre.

A su vez, destacan la resiliencia del consumo privado, aunque creció a menor ritmo que en trimestres anteriores, muestra que la demanda interna sigue sólida pese a la incertidumbre.

El análisis coincide con el diagnóstico de la BEA. "El aumento del PIB real en el segundo trimestre reflejó principalmente una disminución de las importaciones, que se consideran una sustracción en el cálculo del PIB, y un aumento del gasto de consumo", explica el organismo.

De hecho, la Oficina hace hincapié en que la revisión al alza de cinco décimas "refleja principalmente una revisión al alza del gasto de consumo".

Sin embargo, algunos economistas advierten de que el impulso podría ralentizarse durante la segunda mitad del año, ya que el efecto de reducción de importaciones no se repetirá y los riesgos comerciales y de política monetaria siguen presentes.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) espera que EEUU crezca un 1,8% en 2025 y un 1,5% en 2026. Las previsiones implican una desaceleración notable respecto al 2,8% registrado el pasado ejercicio.

El think tank ha revisado esta misma semana sus proyecciones, mejorando dos décimas la de este año y manteniendo en ese 1,5% la del próximo.

A pesar de ello, la OCDE explica que la ralentización de la economía estadounidense responde a una serie de factores que van desde unas condiciones financieras más restrictivas -tipos de interés altos-, al enfriamiento del consumo privado y del mercado laboral.

Entre las causas también se incluyen el impacto de las nuevas barreras comerciales y aranceles impulsados por Trump.

La OCDE también prevé que la inflación se mantenga elevada: seguirá por encima del 2% –que es el objetivo de la Reserva Federal (Fed)– incluso en 2026.