La tormenta perfecta

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Mercados La lupa de Bolinches

El Lehman chino tal como vino se ha ido, pero ahora viene uno mucho peor

Se asume que el gobierno chino está en proceso de desistegrarlo en partes más pequeñas y asumibles por el resto de promotoras con la ayuda de sus inyecciones de liquidez. 

9 octubre, 2021 12:37

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Los inversores están demasiado drogados con la heroína monetaria que está inyectando el banco central de China para combatir el problema, pero parece ser que el cisne negro de China Evergrande Group ha desaparecido sin que se diesen cuenta. La historia dirá que cuando el mundo financiero se vino abajo, esta generación no hizo nada para detenerlo porque estaban convencidos que se trataba de otro pequeño problema que se solucionaría con más heroína monetaria. 

La ideología universal es la negación. Es lo único que tienen en común todos los partidos políticos. Todos juegan la carta de ser víctimas. Un bando culpa al pasado de los problemas de hoy, el otro lado dice que los problemas de hoy son porque se ha borrado el pasado. Ninguna de las partes tira por el camino hacia el futuro y solo hacen que señalar con el dedo y no aceptar ninguna responsabilidad. 

Pero esta negación se extiende más allá de la política. Afecta al medio ambiente, a la economía, a la salud mental y física y, por supuesto, a los mercados Ponzi. Los negacionistas nos dicen que los problemas de hoy no son diferentes a los problemas del pasado. Lo cual en cierta manera es verdad, pero con la sutil diferencia de que ahora estos problemas ya no pueden ignorarse. 

Por ejemplo, nunca ha habido tantos trabajos poco cualificados en la historia de Estados Unidos como ahora. Ayer conocimos que la tasa de desempleo allí es del 4,8% y sin embargo ningún experto es capaz de entender por qué hay tan pocos interesados en esos trabajos precarios. De hecho, se habla de 10 puestos disponibles por cada uno aceptado.

 

El motivo es muy sencillo

La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) no incluye trabajos por encargo en su recuento de nóminas y, sin embargo, aproximadamente hay unos 60 millones de estadounidenses que trabajan por encargo, lo que significa que han pasado a ser autónomos y, por lo tanto, no se recogen en las encuestas de BLS.

Además, la generación más joven también conocida como "generación Gamble" ha descubierto que es más lucrativo apostar en bolsa con compras coordinadas desde Reddit en empresas de bajo importe que trabajar en un callejón sin salida en un McDonals dando vueltas a las hamburguesas por 5 dólares la hora. Pero a esto añada a la gran cantidad de mujeres que dejaron la fuerza laboral durante la pandemia y unos cuantos millones más de hombres que se jubilaron anticipadamente. 

 

Siempre tomando el camino más fácil

Al igual que en 2008, nos quieren convencer de que no estamos en un entorno altamente inflacionario, lo que según primero de economía es una advertencia de que es el final del ciclo alcista. Las materias primas están disparadas con un petróleo que  alcanzó su punto máximo en septiembre de 2008 justo cuando descarriló Lehman Brothers, pero ahora esta campaña de desinformación y la consiguiente mala asignación de capital garantizarán que la inminente dislocación sea mucho peor de lo que hubiera sido de otro modo.

Muchos inversores solo han vivido una época de pánico comprador en todo, desde empresas cannábicas hasta empresas al borde de la quiebra y, por supuesto, todo tipo de criptomonedas. Pero desafortunadamente, con la utilización de la capacidad en mínimos históricos y la política monetaria únicamente de bienestar para los ricos, es imposible crear una inflación sostenida en la economía. 

La velocidad del dinero

La velocidad del dinero Eduardo Bolinches Fed de St. Louis

La velocidad del dinero ha estado cayendo durante décadas y esto solo puede significar una cosa: Ahora es mercado de bonos quien va a controlar la política monetaria y no la economía. Esto va a implicar que vamos hacia una inyección monetaria crónica para no dejar caer el precio de los bonos y por lo tanto nos adentramos en un terreno nunca jamás experimentado con la desventaja de esta catástrofe económica jamás vivida tendrán que hacerle frente una generación perdida que cree que su camino hacia la prosperidad se construye a base de apuestas y juegos.