El presidente de EEUU, Joe Biden, en el Congreso de EEUU.

El presidente de EEUU, Joe Biden, en el Congreso de EEUU. Reuters

Mercados

Invertir en ‘cubitos de hielo’ y otras fórmulas para ganar a los 100 días de Biden

La transición energética, las infraestructuras y los salarios se han convertido en claves de las políticas del presidente de la primera economía mundial.

8 mayo, 2021 02:08

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El demócrata Joe Biden acaba de cumplir 100 días como inquilino de la Casa Blanca. El tiempo de cortesía para que un mandatario político muestre sobre la mesa las cartas con las que prevé jugar su mandato se ha cumplido y los analistas ya cuentan con sobradas pistas para acomodar sus carteras a las grandes líneas de actuación del 46º presidente de EEUU.

Biden lo anunció a bombo y platillo en su campaña y con sus primeras decisiones como presidente lo ha confirmado. La hoja de ruta de la sostenibilidad, la ecología y la transición energética conforma un pilar clave en las políticas que pretende desplegar en los próximos años en la primera economía del mundo. Por eso varias de las grandes casas de inversión a escala global han puesto el punto de mira de sus carteras en este espectro.

A los responsables de estas grandes firmas no les cabe duda de que estas fórmulas apuntan hoy por hoy a convertirse en caballo ganador. Stéphane Monier, director de inversiones de Lombard Odier Private Bank, aseguraba en una reciente presentación de estrategias que esta senda ‘verde’ es a la par “un reto para los países, las economías y las empresas y una oportunidad de inversión” para todos los que quieran contribuir a esta transición. Y sacar beneficios, todo sea dicho.

Evitar ‘troncos ardientes’

Este es el contexto en el que aparecen en escena los que Monier llama ‘cubitos de hielo’. Así denomina a las empresas que están haciendo esfuerzos reales y cuantificables por reducir significativamente el calentamiento global. Una descripción aplica, por ejemplo, a las “gigantes petroleras que deciden apostar más y más por renovables como la solar o la eólica”.

Con este vuelco de negocio, además de requerir la movilización de considerables sumas de inversión, están poniéndose del lado de la evolución de la economía global, lo que las sitúa en una posición doblemente atractiva para el inversor. Eso sí, los analistas advierten con que el riesgo está en dejarse seducir por castillos en el aire de planes poco específicos o demasiado ambiciosos.

En cualquier caso, lo que tienen claro en Lombard Odier es que hay que alejarse de los ‘troncos ardientes’. Un nombre con el que designar a las corporaciones que, en contraposición a las anteriores, están contribuyendo significativamente al incremento del calentamiento global con sus nefastas consecuencias, que también pasan por el estar cada vez menos presentes en el radar de las firmas de inversión.

De una parte, hay planes trazados a largo plazo que deberían ser refrendados por los que sucedan a Biden al frente de EEUU para que pudieran llegar a buen término y consumar las expectativas que han generado. De otra, abundan las evidencias que dejan claro de que las necesidades y oportunidades de inversión en esta misma línea ya están a la vuelta de la esquina.

Renovación de infraestructuras

Dos ejemplos claros en este sentido pueden encontrarse en dos de las iniciativas que el presidente se ha encargado de airear en la recta final de estos 100 primeros días de mandato. Con miras a un horizonte más lejano, el plan para reducir un 52% las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030. Más a corto, el recién estrenado plan de infraestructuras ‘Build Back Better’ que promete movilizar unos 4 billones de dólares y requerir de un fuerte acompañamiento de capital privado.

Al calor de este plan de reconstrucción, son varias las firmas de inversión que han anunciado el lanzamiento de carteras y fondos de inversión específicos. Y es que, a pesar de su mayor tardanza en ver la luz con respecto al estallido primero de la pandemia, ahora apunta incluso a adelantar la ejecución de los tantas veces retrasados fondos europeos Next Generation.

Detalle de la Estatua de la Libertad de Nueva York, símbolo de EEUU.

Detalle de la Estatua de la Libertad de Nueva York, símbolo de EEUU.

Una de las firmas que ha corrido para abanderar esta oportunidad de inversión es la gestora francesa Tikehau Capital, que así ha hecho valer su experiencia en inversión alternativa. Hace apenas unos días que anunció su intención de lanzar una estrategia de capital privado centrada en la transición hacia una economía baja en carbono con el objetivo de levantar 300 millones de dólares, ya comprometidos desde antes de su arranque.

Con más trayectoria, la firma británica M&G Investments ha experimentado un incremento del apetito del mercado por el fondo M&G (LUX) Global Listed Infrastructure Fund. Un buen reflejo de ello es que desde que empezó el año su valor liquidativo ha engordado un 10,4%. La estrategia y el interés despertado están claros, pues invierte como mínimo un 80% de su patrimonio en compañías de infraestructuras y sociedades de inversión especializadas.

Un factor más en el ADN del fondo que también se muestra en sintonía con los discursos que Biden ha tomado como bandera del arranque de su mandato es la incorporación de los factores de sostenibilidad medioambiental, social y de gobernanza (ASG) al proceso de análisis y selección de valores e inversión.

La cuestión salarial

Desde Schroders, la responsable de sostenibilidad en Norteamérica de la firma, Sarah Bratton Hughes, apunta a otra de las iniciativas estrella de Biden en sus primeros días asentado en el Despacho Oval. Se trata de una iniciativa que ha pasado más desapercibida a esta orilla del Atlántico, pero que tiene una fuerte trascendencia: el incremento del salario mínimo de los empleados federales hasta los 15 dólares por hora.

Desde un Reino Unido que a partir del ‘brexit’ se ha dedicado a mirar más a EEUU que a sus vecinos continentales en Europa, la experta lanza dos pistas claves sobre este asunto. En primer lugar, que “las empresas que no estén dispuestas a innovar hacia estas consideraciones se enfrentarán a la presión de los consumidores y de los competidores que encuentren formas de lograr esas metas y que sigan siendo rentables”.

Después, en alusión a la disyuntiva entre subir salarios al calor de la iniciativa presidencial o generar empleos de mayor calidad, advierte: “Como inversores, nos interesa comprometernos con ambas partes del debate salarial”. En definitiva, aconseja, “solo los fuertes sobrevivirán como ocurre con todas las fuerzas disruptivas”.