
Redes eléctricas.
La AIE advierte que el 'boom' de los centros de datos puede chocar con el crecimiento industrial por la falta de red
España comienza a enfrentar este desafío: proyectos industriales se ven paralizados por la competencia de los 'data centers' por la infraestructura eléctrica.
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El boom de los centros de datos trae consigo grandes promesas de crecimiento, pero también riesgos que podrían impactar en el sector energético. En un escenario de redes eléctricas ya saturadas, "si el sector eléctrico no actúa, existe el riesgo de que el crecimiento de la demanda de los centros de datos suponga renuncias en otros objetivos, como la electrificación, el crecimiento industrial o la asequibilidad", alerta por primera vez la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en un informe presentado este jueves.
El organismo vinculado a la OCDE estima que la demanda global de los centros de datos pasará de los 415 teravatios hora (TWh) de 2024 a unos 945 en 2030, lo que significa un ritmo de progresión de alrededor del 15% anual. Es decir, cuatro veces más rápido que el conjunto de los sectores.
En su nuevo informe destaca las importantes incertidumbres que persisten. Entre ellas, las derivadas de unas redes eléctricas que "ya están bajo presión en muchos lugares". "La construcción de nuevas líneas de transmisión puede tardar entre cuatro y ocho años en las economías avanzadas, y los tiempos de espera para componentes críticos de la red, como transformadores y cables, se han duplicado en los últimos tres años", alerta.
Este conflicto ya está empezando a materializarse en España. Fuentes del sector explican a EL ESPAÑOL-Invertia que nuevos proyectos industriales o ampliaciones de los existentes han visto frustrados sus planes debido a que el punto de conexión a la red que requieren ha sido concedido a un centro de datos.
Y es que la normativa actual establece que si un proyecto de demanda solicita conexión en un nudo con capacidad disponible y, tras un mes, no se presentan más solicitudes, Red Eléctrica asigna directamente el acceso.
De hecho, la propia ministra de Transición Ecológica del Reto Demográfico (Miteco), Sara Aagesen, aseguró el mes pasado que es necesario tener en cuenta al conjunto de actividades económicas "que se quieren dentro de 10 y 20 años en España a la hora de la planificación eléctrica, frente a la burbuja de centros de datos que hay en este momento en todo el territorio nacional".
Unas declaraciones que no sentaron nada bien a la Asociación Española de Data Centers (Spain DC). "Si el Gobierno estima que hay burbuja, que la pinche", respondió Emilio Díaz, presidente de la asociación, a las declaraciones de Aagesen.
Lo cierto es que sólo en 2024 se rechazaron solicitudes de demanda de 33.159 megavatios (MW), de un total de 67.154 MW, según datos de la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec). Una situación que afecta en mayor medida a la industria, con 10.715 MW no concedidos el año pasado de un total de 18.618 MW solicitados. Pero también impacta en los propios data centers, que vieron rechazadas en 2024 solicitudes para 7.958 MW de los 19.283 MW solicitados.
"Estimamos que, a menos que se aborden estos riesgos, alrededor del 20% de los proyectos de centros de datos planificados podrían enfrentarse a retrasos" a nivel global, apunta la AIE.
Entre las opciones clave para mitigar los riesgos derivados de la saturación de la red, el organismo incluye ubicar los nuevos centros de datos en zonas con alta disponibilidad de energía y capacidad de red, y operar los servidores de los centros de datos o sus activos de generación y almacenamiento in situ de forma más flexible.
No obstante, "estas estrategias aún están poco exploradas. Un centro de datos enfocado en inteligencia artificial (IA) es diez veces más intensivo en capital que una fundición de aluminio, lo que significa que reducir sus operaciones para dar flexibilidad a la red resulta muy costoso".
Pero la AIE asegura que muchos centros de datos funcionan con un margen de capacidad de servidores adicional. "Los reguladores podrían estudiar medidas para incentivar a los operadores a usar esa capacidad sobrante o sus sistemas de respaldo de energía y almacenamiento de forma más flexible", recoge en su informe.
"Los operadores de red también podrían analizar incentivos para ubicar los centros de datos en áreas con menos restricciones en la red. Según nuestros datos, el 50% de los centros de datos en desarrollo en Estados Unidos se concentran en grandes clústeres ya existentes, lo que podría aumentar el riesgo de cuellos de botella locales", añade.
Emisiones
Según la Agencia Internacional de la Energía, los centros de datos actualmente representan el 0,5% de las emisiones globales de combustión. No obstante, este sector se encuentra entre los pocos que experimentarán un aumento tanto en sus emisiones directas como indirectas hasta 2030, junto con el transporte por carretera y la aviación.
El informe resalta que, en un escenario de expansión, los centros de datos registrarán el mayor crecimiento de emisiones de todos los sectores. Se estima que sus emisiones indirectas aumentarán en casi un 80% durante la próxima década. En el escenario base, las emisiones alcanzarán el 1%, mientras que en el de expansión se incrementarán hasta el 1,4%, lo que representa una multiplicación por 2,5.
A pesar de estas previsiones, la AIE también subraya cómo las aplicaciones de inteligencia artificial en el sector energético están siendo utilizadas para optimizar diversos procesos, lo que en algunos casos contribuye a la reducción de emisiones.
Entre los ejemplos mencionados, destaca el uso de IA para detectar emisiones de metano en las operaciones de petróleo y gas, lo que permite realizar reparaciones de manera anticipada, así como la mejora de la eficiencia en las plantas energéticas alimentadas por combustibles fósiles, lo que también reduce las emisiones.