El presidente de EEUU, Joe Biden, en un parque renovable.

El presidente de EEUU, Joe Biden, en un parque renovable. Invertia

Observatorio de la Energía

Iberdrola, Repsol y otras energéticas prefieren las ayudas verdes de Biden a la política pro impuestos de la UE

Biden, al ofrecer incentivos para construir parques solares y eólicos, está seduc¡endo a las energéticas europeas que preparan su plan de inversiones.

31 enero, 2023 02:12

El efecto del plan IRA (Ley de Reducción de la Inflación, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ya se está notando al otro lado del Atlántico. De todas las propuestas incluidas en esta ley, la que ha levantado más polvo es la de los incentivos para invertir en proyectos renovables, porque grandes energéticas, como Iberdrola o Repsol y otras europeas, han advertido de que esa decisión hace a EEUU más atractivo para la inversión.

Y, más aún, porque compite en el tiempo con la decisión de Europa de aprobar otra tasa para gravar con un impuesto del 33% los beneficios extraordinarios de las grandes energéticas dedicadas al petróleo, carbón y refinerías. 

EEUU tiene ahora una buena oportunidad para cortejar a las grandes energéticas europeas y llevarse a casa las grandes inversiones que, cada año, preparan para su crecimiento en el sector de las renovables. 

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La UE y EEUU han estado enfrascados en duras críticas por esta Ley de Washington, una legislación aprobada en agosto, que incluye más de 300.000 millones de dólares en ayudas e incentivos para políticas climáticas y energéticas.

Los líderes europeos han manifestado públicamente su preocupación porque ofrece créditos fiscales sin precedentes, y está empujando a que las empresas del sector estén menos dispuestas a invertir en Europa si los ingresos se resienten, lo que podría afectar al mercado laboral, en un momento especialmente delicado por las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania.

El Departamento del Tesoro de EEUU emitió una guía a finales de diciembre para que las empresas de la UE pudieran beneficiarse de ciertos créditos sin necesidad de modificar sus modelos comerciales. 

La guerra ha llegado a lugares tan lejanos como Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) donde el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, y el enviado especial para el Clima de EEUU, John Kerry, se lanzaron duras acusaciones durante la Asamblea General de IRENA (Agencia Internacional de las Energías Renovables).

Las energéticas españolas

Dos de las mayores energéticas de nuestro país ya han dado la voz de alarma sobre las expectativas que tienen para el mercado norteamericano. Iberdrola ha anunciado que está realizando inversiones en renovables y redes que alcanzarán los 21.500 millones de dólares hasta 2025.

La compañía española es una de las cuatro mayores energéticas del mundo por capitalización bursátil, y en EEUU es la tercera mayor empresa de energías renovables del país por capacidad instalada y lidera el desarrollo de la energía eólica marina.

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Por su parte, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ya ha dicho en varias ocasiones que el impuesto temporal de la UE sobre los beneficios cosechados por las empresas de combustibles fósiles “crea una semilla de duda” en la capacidad de las compañías para invertir en el sector.

"A veces, el enfoque de los responsables de política monetaria europeos se centra en prohibir y los estadounidenses en fomentar y dar oportunidades bajo el principio de la neutralidad tecnológica".

El nuevo plan de Repsol pasa por destinar a EEUU el 40% de las inversiones previstas para 2023, cifradas en 4.000 millones. Es una cifra récord. Para la compañía, EEUU es un país fundamental en el Plan Estratégico 2021-2025 por sus activos de upstream con infraestructuras existentes, flexibilidad de capital y potencial de crecimiento. 

Otras energéticas europeas

Y junto a las españolas, otras grandes del sector en el Viejo Continente también están haciendo las maletas. Es el caso de la noruega Equinor, el gran fondo de inversión Copenhagen Infrastructure Partners (CIP) de Dinamarca; la alemana RWE, y Ocean Winds, una empresa conjunta entre la francesa Engie y la portuguesa EDP Renewables.

Incluso la danesa European Energy (EE) ha creado una filial norteamericana en Austin, Texas, para desarrollar hasta 10 GW de energías renovables en EEUU para 2026. Además de energía solar, la firma también explora inversiones en hidrógeno verde y e-metanol.

Y junto al sentimiento contrario a más impuestos, ahora se añade la posición contraria de la patronal de las compañías europeas eléctricas, Euroelectric, a la reforma del mercado eléctrico que propone España. 

Contraofensiva europea

Por todo ello, la Comisión Europea está planeando desafiar el paquete de ayudas verdes de Biden, según un borrador de comunicación adelantado por 'Politico'. La UE quiere "aumentar masivamente el desarrollo tecnológico, la producción manufacturera y la instalación de productos netos cero y el suministro de energía en la próxima década", afirma el documento.

El proyecto será presentado por la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, este miércoles, antes de una reunión de líderes de la UE en Bruselas el 9 y 10 de febrero.

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En el centro de los nuevos “planes industriales verdes” del bloque se encuentra la Ley de Industria Neta Cero, que establecerá nuevos puntos de referencia ambiciosos para las capacidades de producción verde para fines de la década.

Esto se complementará con otros esfuerzos regulatorios, incluida la Ley de Materias Primas Críticas que se presentará el 8 de marzo, que garantizará la seguridad del suministro de la UE y facilitará la minería “al tiempo que garantiza altos estándares ambientales”.

La Comisión también quiere desarrollar "Asociaciones industriales de tecnología limpia/cero neto" y crear un "Club de materias primas críticas" con terceros países para asegurar un "suministro global sostenible y accesible" de los materiales clave necesarios para la transición verde del bloque.

Ayudas estatales

Con este plan, se abre el melón de lo que puede ser y no ayudas de Estado, tan perseguidas años atrás. Con este nuevo "marco temporal de crisis y transición" se simplificarán las normas de ayuda estatal para desarrollar energía renovable y para la descarbonización de los procesos industriales, y ofrecerá beneficios fiscales para ciertos sectores netos cero. 

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Bruselas también propondrá un fondo de soberanía europea antes del verano, con el objetivo de apoyar tecnologías críticas, que incluyen "microelectrónica, computación cuántica e inteligencia artificial para biotecnología y biofabricación y tecnologías limpias".

Si bien no se menciona la emisión de nueva deuda para financiar el programa, la Comisión en otro lugar propone una reutilización de préstamos no utilizados en su transición industrial verde.

Debería haber "una inversión general en la transición verde de más de 380.000 millones de euros hasta 2030", según el documento. Casualidad que coincide con el montante aprobado por Biden.