Un campo de extracción de petróleo en una imagen de archivo.

Un campo de extracción de petróleo en una imagen de archivo.

Observatorio de la Energía

La escasez de suministro de diésel y la subida de la energía alientan el temor a una recesión mundial más dura

Los valores del sector energético se están viendo beneficiados de los altos precios del crudo, aunque los analistas prevén que sigan subiendo.

2 junio, 2022 03:02

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La Unión Europea se enfrenta a un futuro de inflación, volatilidad, recesión, destrucción de la demanda y escasez de combustibles, pero sus efectos se verán en todo el mundo. El panorama pinta mal con los precios del crudo que siguen en máximos y se espera que sigan subiendo durante los próximos meses.

Todos los analistas coinciden. La inestabilidad política derivada de la guerra rusa en Ucrania tiene víctimas colaterales, especialmente los países europeos. Pero EEUU ve que le está llegando el tsunami, y de ahí, a otras economías más vulnerables, hay un paso.

"El petróleo Brent vuelve a alcanzar precios máximos, con la OPEP+ manteniendo la oferta ajustada, las sanciones rusas ampliadas y con el temor de que China no crezca apenas", dice Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro.

A su vez, aumenta el temor a una subida del precio de la gasolina en EEUU hasta los 6 dólares/galón, debido a la baja capacidad de refinado y a los inventarios en el momento en que comienza la "temporada de coger el coche", es decir, en el verano.

Por eso, para eToro, los resultados de un precio del petróleo "alto por mucho tiempo" se reflejarán en una inflación más fuerte también por mucho tiempo, bancos centrales cautelosos, mercados volátiles y temor a una recesión incómodamente alta.

Pero también provocará una cobertura de la inflación a través de las materias primas y los dividendos, además de la destrucción de la demanda de combustibles fósiles y priorización de la seguridad energética de las renovables. Por último, habrá cierta resistencia de Europa al miedo a la recesión, con amortiguadores que van desde las divisas a la política fiscal hasta su baja intensidad energética.

China se reactiva, pero no mucho

Para Norbert Rücker, Head of Economics & Next Generation Research del banco suizo Julius Baer, no hay duda de que hay un estado de ánimo en el mercado del petróleo "que parece volverse cada vez más alcista".

La decisión de cortar el crudo ruso de Bruselas está alimentando los temores de la escasez. Y para poner la guinda a ese rally alcista, se están flexibilizando las medidas de confinamiento en Shanghái, uno de los puntos críticos económicos de China, lo que aumenta el optimismo sobre la creciente demanda.

Mientras tanto, los suministros de productos derivados del petróleo están experimentando una cierta dislocación en los Estados Unidos, ya que las refinerías están operando cerca de los límites de capacidad y la distribución de combustible dentro del país sufre cargas regulatorias.

Pero para Julius Baer, el petróleo ruso sigue encontrando compradores. Mientras que Europa recurre a América del Norte y África Occidental como alternativas, los barcos que salen de los puertos del Báltico y el Mar Negro están tomando la ruta más larga, principalmente hacia Asia. El mercado del petróleo está experimentando un desvío trascendental de la cadena de suministro de petróleo desde Rusia hacia Asia.

El embargo europeo está acelerando en gran medida esta tendencia, sobre todo porque afecta principalmente al comercio marítimo, que tiene un destino flexible por naturaleza. Este cambio de ruta, por supuesto, crea fricciones, como la formación de nuevos lazos comerciales, viajes más largos o transferencias de barco a barco en alta mar, lo que provoca algunas pérdidas de suministro y aumenta los costes comerciales.

Julius Baer señala que el embargo funcionará solo si Occidente comienza a vigilar y sancionar a los compradores asiáticos por comprar petróleo ruso; esto paralizaría el desvío de las cadenas de suministro.

La reapertura parcial de China está restaurando principalmente la demanda de petróleo a los niveles anteriores. Hasta fines del verano, "todavía esperamos que China consuma menos en general a medida que persisten las luchas contra la pandemia. De cara al futuro, el aumento de la producción de esquisto de EEUU y Oriente Medio debería reequilibrar el mercado petrolero a finales de este año y el próximo".

Aún así, calcula que el precio del barril estará en los 125 dólares y dado el impulso alcista se podría prolongar la subida de precios a corto plazo. Con las capacidades de producción en pleno uso, el mercado del petróleo también es vulnerable a cualquier choque de oferta adicional.

Intensidad energética

También ha alertado de la situación actual la Agencia Internacional de la Energía. Su director ejecutivo, Fatih Birol, ha confirmado que Europa afronta una temporada de verano en la que previsiblemente habrá problemas de suministro de todo tipo de combustibles, debido al entorno actual de problemas de oferta y elevados precios. 

Y que se avecina una crisis "mucho mayor" que la crisis del crudo de los 70. Hace cincuenta años solamente era una crisis de petróleo, pero ahora es una crisis conjunta de petróleo, gas natural y electricidad.

No hay otra opción que reducir el consumo energético sin parar la economía, es decir, bajar la intensidad energética. Es lo que dice por su parte Bank of America (BofA): "El PIB mundial y el crecimiento de la demanda de energía primaria han ido de la mano, moviéndose a la par durante décadas".

Pero gracias a "la incorporación de los criterios ASG (ambiental, social y gobernanza) en las empresas se está frenando la inversión en combustibles fósiles y los inventarios de energía están en niveles muy bajos, así que es posible que el próximo shock negativo en el suministro de energía se acomode mediante una contracción de la demanda de energía".

Un análisis con el que coincide eToro. El hecho de que un petróleo por encima de los 100 dólares no haya llevado al mundo a la recesión, como en la década de 1970, habla del precio del crudo ajustado a la inflación y de las fuertes caídas en la intensidad energética de nuestras economías en las últimas décadas, impulsadas por la eficiencia de la producción y el cambio a los servicios.

La mejora de la eficiencia de EEUU, China y Alemania ha sido del 62% en los últimos cuarenta años. La mejora global anual es del 1,5% al año. La menor intensidad energética que se da en Europa es un amortiguador de la actual crisis energética.

"Nuestras estimaciones sugieren que el mundo puede manejar una interrupción total de casi 2 millones de barriles por día de petróleo ruso sin correr el riesgo de una recesión global", apunta BofA.

En su opinión, "ajustar a la baja la demanda mundial de energía o petróleo no será fácil, incluso en un entorno recesivo normal". Y prevé que con "una fuerte contracción en las exportaciones de petróleo de Rusia se podría desencadenar una crisis del petróleo al estilo de los años 80 y empujar al Brent por encima de los 150 dólares/bbl".

El analista de eToro no ve solo lo negativo. De hecho, aunque se trata de una amenaza para la resistencia de los márgenes de beneficios corporativos casi récord, "es positivo para la renta variable energética", concluye. Y para muestra, un botón. El analista de mercados en Invertia, Eduardo Bolinches, lo refleja diciendo que "las acciones de Repsol a tope y con ganas de seguir marcando máximos históricos".