Viñedo.

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Nerviosismo en el sector del vino ante el calor: la uva se la juega en julio, con precios ya altos en Jerez y Cataluña

La primera ola de calor del verano nubla el optimismo que dejaron las lluvias. González Byass afirma que se está "disparando" el precio.

20 junio, 2023 03:37

La primera ola de calor del verano se vislumbra ya y tiene a los viticultores en alerta. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) advierte: a finales de esta semana van a subir las temperaturas hasta colocarse entre 5 y 10 grados por encima de lo normal. No será solo cosa del sur; los 30 grados podrán superarse holgadamente incluso en el norte. A las puertas del mes clave para su producción. 

Julio será este año más fundamental, teniendo en cuenta la sequía sufrida en estos meses, y que alivió en parte la llegada de las lluvias en las últimas semanas. Subió así el optimismo en los viñedos, pero el ánimo tropieza ahora con la inquietud por el clima. Podrá llegarse hasta los 45 grados en los valles del Tajo, Guadiana y Guadalquivir.

"Es verdad que el agua ha cambiado las cosas, pero depende del calor que haga en julio", remarca a este periódico Rafael Del Rey, director general del Observatorio Español de los Mercados del Vino. Insiste en pedir cautela sobre los volúmenes que podrá generar esta cosecha.

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El vino suma así incertidumbre. El año ha sido un vaivén de previsiones. Hace solo unos meses se estimaba que la producción llegase a ser la mitad que el año pasado, cuando se alcanzaron los 40 millones de hectolitros.

El agua alivió las preocupaciones, y ha llevado incluso a prever que pudiera alcanzarse una producción similar a la de 2022, advertía el responsable del sector vitivinícola de la organización agraria COAG, Joaquín Vizcaíno, a Efe. Con la salvedad del calor. "Las olas de calor que falten por venir pueden afectar mucho", admitía.

"Conviene no aventurar y esperar hasta finales de julio", subraya Del Rey. El último balance de situación del Observatorio apunta a que en abril había almacenado en bodega un 1,4% más que un año antes, si bien las salidas "en volumen, que no en facturación" han visto una reducción.

En resumen, "estamos muy ligeramente con más existencias y vendiendo menos", expone. Un menor volumen que se explica, en el mercado nacional, por la sensibilidad del consumidor ante las subidas de precio. 

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Según el Instituto Nacional de Estadística, la inflación ha encarecido un 5,6% el vino en lo que va de año. Tomando como referencia mayo, la escalada ha sido prácticamente de un 6% en un año.

Ya en los mercados internacionales, el descenso es una tendencia que se observa desde hace algunos años.

González Byass ve "nerviosismo"

La incertidumbre ante el calor culmina un estado de inquietud en los últimos meses que ha variado según zonas. Antes de las lluvias, las perspectivas eran de buena cosecha en Galicia, Rioja o Castilla y León, y se esperaba que precipitaciones de última hora trajeran mejorías en Cataluña, Castilla-La Mancha o Andalucía.

Un escenario que causaba "nerviosismo en el sector", ha apuntado en declaraciones a EL ESPAÑOL-Invertia Victoria González-Gordon, responsable de sostenibilidad de González Byass.

Desde la bodega se apuntaba en este contexto que en estas zonas, "principalmente en el Marco de Jerez y Cataluña", se estaba "disparando el precio de la uva". Especialmente, en las variedades Palomino Fino o Pedro Ximénez, en Andalucía; Airén, en Castilla-La Mancha, y Macabeo en Cataluña.

"Es pronto y no hay precios fijados todavía, ni podemos hablar de variación respecto al año pasado, aunque será al alza", adelantaba.

¿Supondrá eso un aumento del precio de sus vinos? "Aunque tengamos que seguir la tendencia del mercado, siempre buscaremos ser atractivos para el consumidor", responden desde la bodega.

Fuentes del sector apuntan que ante la situación, algunas bodegas han intentado cerrar contratos con mayor antelación ante el temor de que los precios suban más.