Grúas paradas en la construcción de viviendas.

Grúas paradas en la construcción de viviendas. Pixabay

Construcción e Infraestructuras

La construcción se desinfla: cierran más de 2.000 empresas y medio millar están en concurso de acreedores

Materias primas, energía y falta de mano de obra son los detonantes de la actual situación que paraliza o cancela obras.

9 junio, 2022 02:11

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El sector de la construcción sigue su particular suma y sigue en cuanto a cierre de empresas y número de concursos de acreedores. De enero a mayo, han sido 2.015 empresas las que se han visto expuestas a procesos de disolución que llevan aparejados el cierre. Un cierre que no puede ser revertido.

Hasta abril, ese número había sido de 1.715. Por lo tanto, en mayo se han sumado otras 300 compañías. La media, en lo que va de año, es de 400 cierres al mes. Son datos de Iberinform que ponen de relieve que tanto el sector de la construcción como el inmobiliario son los que registraron un mayor número de disoluciones.

Del total de 14.395 acaecidas entre enero y mayo, un 21% (es decir, una de cada cinco) correspondieron a dichos sectores. En concreto, un 14% para construcción (las ya citadas 2.015) y el 7% restante para inmobiliario.

Por lo que respecta a los procesos concursales publicados en el BOE, y seguidos por Iberinform, hasta mayo fueron de 2.697. De esta cantidad, construcción e inmobiliario suponen el 24%. En concreto, construcción representa un 19%. Es decir, 512 empresas. E inmobiliario, el 5% restante.

Hasta abril, el número de concursos de acreedores había sido de 401 en el sector de la construcción. Por lo tanto, en mayo se han sumado 246 concursos más. La media, en lo que va de año, es de 130 concursos al mes.

Causas

De enero a mayo, el número de concursos de acreedores en el sector de la construcción ha aumentado un 29% (representan una de cada cuatro del total). En el caso de las disoluciones, son una de cada cinco.

Varios son los factores que están desinflando el sector. Uno de ellos es la subida de las materias primas. Un incremento que no es consecuencia directa de la guerra que se está desarrollando en Ucrania, ya que el mismo venía de antes.

Una obra en construcción.

Una obra en construcción. Pixabay

Desde enero de 2020, a marzo de 2022, el incremento de precio de la madera ha sido del 227%; del 125%, en aluminio; del 93%, en acero; y del 77%, del cobre. Así lo recoge Seopan (Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de infraestructuras) en su informe del año 2021-2022. La patronal habla, además, de un “agravamiento de estas tendencia” en el primer trimestre de 2022, sobre todo en aluminio, acero y cobre.

Una situación que llevó a que dos de cada cinco empresas tuviese que cancelar o paralizar obras debido a que no podían hacer frente a tamaña subida. No fueron ni dos ni tres, sino que esa paralización afectó a casi 500 obras, según la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). El valor de dichas obras superaba los 230 millones de euros.

La subida de la energía también ha tenido su parte de culpa. En ese mismo periodo, de enero de 2020 a marzo de 2022, el incremento en el precio de la electricidad ha sido del 1.224%; del 1.163%, en el gas; del 84%, en el petróleo; y del 28%, en el gasoil.

“El considerable repunte en los costes de los materiales y la creciente escasez de mano de obra en el sector de la construcción, que está llevando a la ralentización e incluso paralización de algunas obras en marcha, podrían producir aumentos adicionales en el precio de la vivienda nueva durante el presente año”. Así definió la situación el Banco de España en uno de sus informes.

Mano de obra

Esa “creciente escasez” de mano de obra de la que habla el supervisor tiene número concreto: 700.000 personas. Y eso que en 2021 se llevaron a cabo 1,14 millones de contratos de trabajo (un 4,8% más que en 2020). Pero bajó un 7,8% respecto a 2019.

Los datos corresponden a la Fundación Laboral de la Construcción. Y alerta de que, de no conseguir alcanzarlos, la productividad y la competitividad del tejido empresarial están bajo amenaza. Tampoco es algo nuevo.

Obreros en una obra.

Obreros en una obra. Pixabay

Desde 2008, el año que estalló la burbuja inmobiliaria, la población joven ocupada en el sector, menor de 30 años, ha disminuido enormemente. Así, ha pasado del 25,2% al 9,1%. Todo lo contrario ha sucedido con la población mayor de 55 años: ha pasado del 9,4% al 19,1%.

Una fuerza laboral envejecida para la que no se encuentra relevo. Son 97.773 las personas mayores de 60 años las que están en el ‘tajo’. Se trata de un 18,5% más que en 2020. Personas que se apuntan ante la falta de oferta en otros sectores debido a su edad. Con todo, el número de vacantes sin cubrir aumentó un 67,3% en 2021 respecto a 2020.

“El sector podría registrar un aumento significativo de las quiebras a principios de 2022, en función de la evolución de las medidas de estímulo, el final de las prórrogas de los préstamos bancarios y la velocidad de los fondos de la Unión Europea”, advertía el pasado año un documento elaborado por Crédito y Caución.

Los peores augurios se están cumpliendo incluso teniendo en cuenta que está vigente la tercera prórroga de la moratoria concursal. En concreto, hasta el 30 de junio de 2022. La misma exime a las empresas que estén en situación de insolvencia que se declaren en concurso de acreedores.