Monedas de euro.

Monedas de euro. Pixabay

Banca

El efectivo se rearma para no desaparecer en un mundo que va hacia el dinero electrónico

Nace la plataforma Denaria, que busca que se imponga por ley la obligación de todo comercio de aceptar el efectivo como medio de pago.

11 octubre, 2021 02:58

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En un mundo en el que los pagos con dinero electrónico son cada vez más utilizados, especialmente tras la pandemia, como se constata desde el sector financiero, el efectivo se resiste a desaparecer.

Aunque es cierto que su supervivencia no está amenazada en España, al menos por el momento, en este contexto nace la plataforma Denaria con la intención de poner en valor el uso del efectivo y difundir sus beneficios para la sociedad.

La iniciativa pretende "llamar la atención sobre la conveniencia de que el efectivo siga siendo un elemento importante en las relaciones comerciales", como explica a EL ESPAÑOL-Invertia Javier Rupérez, presidente de la plataforma Denaria, que descarta, en todo caso, que se pretenda ir "en contra del dinero electrónico o digital".

Libertad, control e inclusión

Para los promotores de esta plataforma, que utiliza el lema Paga en efectivo, este comercio te lo agradecerá, el dinero en cash "garantiza la libertad del usuario, permite tener un mayor control sobre el gasto -porque se tiene una noción más clara de lo que se hace con el dinero- y facilita la vida a sectores muy importantes de la ciudadanía". Más concretamente, defienden que favorece la inclusión de la gente de mayor edad y de las personas con discapacidad.

Y van un paso más allá. Los creadores de Denaria, según explica Rupérez a este periódico, tienen la misión de promover una disposición legal para que se imponga la obligación de aceptar pagos en efectivo en el comercio, para lo cual tienen la intención de reunirse próximamente de manera formal con los grupos parlamentarios.

Una tarjeta Mastercard.

Una tarjeta Mastercard. rupixen.com, Unsplash.

La plataforma defiende, en base a una encuesta realizada por GAD3 a 1.001 ciudadanos representativos de la población de este país, que el 90% de los españoles defiende la permanencia del efectivo como medio de pago y que el 70% de la población considera que el cash es necesario en la sociedad.

Esta encuesta fue dada a conocer durante la presentación de la plataforma, en la que participaron el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) y la Asociación Nacional Grandes de Empresas de Distribución (Anged).

El uso del efectivo, en declive

El nacimiento de esta plataforma llega en un momento en el que cada vez surgen más métodos de pago digital y es más habitual abonar las compras con el móvil. El efectivo siempre ha sido el método más elegido, si bien la pandemia ha cambiado esa dinámica.

En 2020, el 35,9% de los ciudadanos manifestaban utilizar el efectivo como medio de pago más habitual, mientras que el 54,1% prefería la tarjeta de débito, de acuerdo con la Encuesta nacional sobre el uso del efectivo del Banco de España. Esta misma reflejaba un año antes que era el 53% el que prefería el efectivo y el 41% la tarjeta, con lo que el cambio en apenas doce meses ha sido considerable.

A las restricciones sanitarias y el impedimento de salir de casa se ha sumado, especialmente en los primeros meses de la pandemia, una tendencia a utilizar menos el efectivo para no tocar los billetes y las monedas, una actitud que, pese a no tener base científica, fue seguida por muchos ciudadanos.

Este menor uso, una tendencia que los expertos creen que está aquí para quedarse, se une a la reducción del número de cajeros y, sobre todo, de su uso. De acuerdo con los últimos datos disponibles del Banco de España, en 2020 se realizaron un 31% menos de reintegros y el importe total retirado cayó un 18%.

Cajero automático en la fachada de una oficina de Correos

Cajero automático en la fachada de una oficina de Correos

Por el momento, en 2021 se han realizado 308.702 operaciones de retirada de efectivo y se han sacado de los cajeros unos 52.000 millones de euros, por lo que, de continuar este ritmo, no parece que se vaya a volver a los niveles de 2019. Con datos más actualizados, en el tercer trimestre las retiradas de efectivo realizadas con tarjetas de CaixaBank eran ya un 11% inferiores a las de 2019.

Por su parte, el uso de los terminales de punto de venta (TPV) no para de crecer. Del primer al segundo trimestre, según el Banco de España las operaciones crecieron un 60% y, de continuar el ritmo experimentado en la primera mitad del año, terminarán batiendo nuevos récords al cierre del ejercicio.

Impulso del sector bancario

Detrás de este avance del dinero electrónico se encuentran también las plataformas de medios de pago cada vez más innovadoras, que están facilitando a los ciudadanos disponer de dinero llevando encima tan solo un smartphone. Entre ellas, sobresale Bizum, que es, precisamente, una iniciativa surgida de la banca más tradicional.

La compañía prevé cerrar este año con casi 20 millones de clientes particulares (equivalente a en torno a un 42% de la población española) y los mayores cada vez utilizan más este medio de pago. De acuerdo con los datos de la compañía, sus usuarios de más de 55 años son prácticamente el mismo número que los de entre 18 y 24 años, un cambio que se ha producido al calor de la pandemia, sus restricciones y el rechazo a tocar las monedas y los billetes.

Además de Bizum, una facilidad que ofrecen ya una treintena de bancos, las entidades ofrecen múltiples métodos de pago digital, como Apple Pay, Samsung Pay, Google Pay...

Y es que "el efectivo es muy caro de gestionar" para los bancos, como reconocía hace unos días una fuente del sector financiero. No en vano, requiere infraestructura para facilitarlo a los clientes -cajeros-, así como para guardarlo y transportarlo. El pago con tarjeta, por el contrario, les genera comisiones que son muy agradecidas en tiempos de tipos de interés bajos.

Con todo, la banca y cada vez más sectores ajenos al sector financiero (Loterías, Correos, comercios...) se están esforzando en llevar el efectivo a cada rincón del país. Es un objetivo para los que aún se resisten a utilizar estas nuevas tecnologías o, sencillamente, no quieren renunciar a utilizar el efectivo por razones de seguridad o privacidad.

Es por eso que, al menos por el momento, la posibilidad de los ciudadanos de elegir el método de pago sigue intacta.