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La banca pide al Gobierno que descarte incrementar su presión fiscal

La patronal bancaria AEB ha pedido al Gobierno que descarte incrementar la presión fiscal sobre el sector, "sea cual sea la figura impositiva que utilice", porque el objetivo primordial en estos momentos es que los bancos mejoren su rentabilidad e incrementen su solvencia.

2 agosto, 2018 11:33

Y esa debe ser también la prioridad para las autoridades, "como garantes de la estabilidad financiera y del buen funcionamiento de la economía", según expone el presidente de la AEB, José Luis Roldán, en un artículo de opinión publicado hoy en "El Mundo".

El representante de buena parte de la banca, incluido entidades del tamaño del Banco Santander, BBVA o Sabadell, advierte de que cualquier decisión del Ejecutivo que vaya en contra de ese objetivo interrumpirá el esfuerzo que llevan haciendo los bancos desde hace 10 años para reforzar su capital y solvencia.

Por eso considera que "el mejor impuesto" que se puede aplicar a la banca es pedirle que refuerce su capital y solvencia. Hacer que reserve más dinero -capital y provisiones- para que cuando vengan los problemas no sea necesario recurrir al dinero del contribuyente.

Para que cuando lleguen los malos tiempos, añade Roldán, las familias y empresas no se queden sin financiación, justamente cuando más lo necesitan.

A cambio, los bancos sólo piden que no se obstaculice su proceso de fortalecimiento y que se dé una solución adecuada al problema de las pensiones en toda su complejidad.

Un problema que es de toda la sociedad, advierte, y requiere soluciones globales con amplio consenso político y social, explica.

Roldán asegura que los bancos quieren contribuir a su solución en la medida de sus posibilidades, pero considera que una sociedad funciona bien cuando cada sector, empresa o ciudadano hace bien lo que tiene que hacer.

Además, alerta sobre los efectos que, en términos de competitividad con el resto de bancos europeos o los nuevos competidores, pueden tener algunas de las medidas fiscales planteadas y advierte de la repercusión que podrían tener sobre la solvencia de los bancos y, finalmente, sobre las provisión y precio del crédito y los servicios financieros.