La abrupta salida del número dos de Banco Popular, Pedro Larena, ha abierto una nueva crisis en la entidad, una salida que se produce justo después de que anunciara que ha detectado una falta de provisiones en ejercicios anteriores a 2016. Este martes las acciones caen un 1% y cotizan a 0,8 euros lo que agranda las pérdidas anuales hasta un 14%.

La dimisión del consejero delegado, según avanzó Expansión, se produce después de que el nuevo presidente, Emilio Saracho, nombrara a Miguel Escrig, procedente de Telefónica, adjunto al presidente. Una figura que podría haber restado poder a Larena y provocado su salida.

Una marcha que deja vacía una codiciada silla, la de consejero delegado de Banco Popular; aunque la persona que asuma el cargo tendrá por delante un gran reto: enderezar la marcha de una entidad que no está pasando por su mejor momento.

Según avanza hoy Cinco Días, Saracho llevaría varías semanas buscando número dos y habría puesto la lupa sobre Ignacio Sánchez-Asiaín  (54 años). Actualmente, el banquero es consejero independiente de Abanca, heredero del negocio bancario de Novacaixagalicia y filial del venezolano Banesco.

Sánchez-Asiaín tiene una larga trayectoria en el sector financiero, primero en BBVA y después en BBK. En el primero, ocupó cargos de responsabilidad desde 1995 hasta 2007 y formó parte del comité de dirección entre 2001 y 2007. En el segundo, llegó en 2008 y asumió la dirección general de BBK (Bilbao Bizkaia Kutxa) y en 2012 se convirtió en director general de Kutxabank hasta 2015.

Un hombre de banca comercial de toda la vida, en contraposición a Larena, un banquero de inversión que venía de Deutsche Bank. Un tándem que se complementaría perfectamente, ya que Saracho, el nuevo presidente de Popular, es un banquero de inversión con experiencia en Santander, Goldman Sachs y JP Morgan.

¿QUIÉN MÁS PODRÍA OCUPAR EL SILLÓN?

Al margen de las incompatibilidades que llevan aparejadas sus contratos, actualmente hay banqueros españoles que se encuentran en el banquillo. Ese es el caso del exceo de BBVA, Ángel Cano, o su homólogo de Santander, Javier Marín, dos banqueros que han salido recientemente de sus puestos de trabajo.

Pese a la tradición bancaria española, es difícil intuir quiénes podrían optar al puesto. Quedan pocos banqueros que sepan realmente de negocio bancario y los pocos que saben están al frente de ambicioso proyectos en un momento muy complicado para la banca que ve como los tipos históricamente bajos lastran su negocio principal.