Una parada de autobús del área metropolitana de Barcelona.

Una parada de autobús del área metropolitana de Barcelona. Europa Press

Macroeconomía

España recupera renta tras la Covid, pero la desigualdad crece en las áreas metropolitanas y el litoral mediterráneo

Santa Coloma de Gramenet, San Sebastián de los Reyes o Torrejón de Ardoz figuran entre los municipios donde más se ensancha la brecha de ingresos.

Más informaciónEspaña es el sexto país de la UE en riesgo de pobreza y el séptimo en desigualdad pese al crecimiento económico

Publicada

Las claves

España ha recuperado y superado los niveles de renta previos a la Covid, con una subida media del 12,55% entre 2021 y 2022.

La desigualdad crece especialmente en áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona y en municipios del litoral mediterráneo, a pesar del aumento general de la renta.

El Índice de Gini muestra una ligera reducción de la desigualdad a nivel nacional, pero en municipios como Santa Coloma de Gramenet, San Vicente del Raspeig o San Sebastián de los Reyes la desigualdad ha aumentado notablemente.

Las grandes ciudades, salvo Barcelona, registran caídas en la desigualdad, destacando Palma de Mallorca y Valencia con las mayores reducciones.

España ha recuperado renta tras el golpe de la pandemia, pero esa mejora no se ha traducido por igual en todo el territorio. Mientras la media del país avanza, en áreas metropolitanas y en parte del litoral mediterráneo la desigualdad está creciendo y reconfigurando el mapa social.

Según la base de datos Renta personal de los municipios españoles y su distribución, difundida por Fedea, España encadena una caída de renta en 2020 con un rebote muy intenso a partir de 2021.

Entre 2019 y 2020, la renta personal media por declarante bajó un 2,02%, de 23.283 a 22.813 euros, rompiendo la tendencia previa y reflejando una pérdida clara de poder adquisitivo.

Desde 2021 se produce la remontada. La renta media subió un 5,97% ese ejercicio y otro 5,55% en 2022 –los últimos datos disponibles–, alcanzando los 25.517 euros.

De este modo, en sólo dos años la renta media por declarante se incrementó un 12,55% para el conjunto de los municipios de la estadística, señal de una recuperación sólida y sostenida.

En términos territoriales, el rebote fue generalizado. Entre 2021 y 2022, sólo en dos de los municipios de España con más de 50.000 habitantes, la renta media por declarante descendió.

Se trata de Lleida, con un descenso del 3,89%, y Castelldefels, con una caída del 1,34%. Son casos aislados en un escenario dominado por las subidas.

La mejora fue especialmente intensa en zonas muy dependientes del turismo y los servicios, que habían sufrido con más fuerza las restricciones sanitarias.

Municipios como Arona (Santa Cruz de Tenerife) registraron incrementos de renta del 20,09% entre 2021 y 2022, Arrecife (Las Palmas) del 18,08% y Benidorm (Alicante) del 16,62%.

Las diez ciudades más grandes de España registran aumentos de la renta personal entre 2021 y 2022. El crecimiento medio fue del 6,26%.

Desde 2020, el incremento acumulado en estas grandes urbes llega al 11,81%, lo que confirma que la recuperación también ha sido notable en los principales núcleos urbanos.

Sin embargo, que suba la renta media no significa que las condiciones socioeconómicas de todos los grupos sociales mejoren por igual. La media puede crecer porque suben más las rentas altas o medias-altas, mientras las más bajas avanzan menos o incluso se estancan.

Esa diferencia en la velocidad de mejora es precisamente lo que captan los indicadores de desigualdad.

La desigualdad de renta suele medirse con el Índice de Gini. Este indicador toma valores entre 0 y 1 (o entre 0 y 100). Cuanto más se acerca a 0, más igualitaria es la distribución; cuanto más se acerca a 1, más concentrada está la renta en pocas personas.

No dice si un territorio es rico o pobre, sino cómo se reparte la renta entre sus habitantes.

Entre 2021 y 2022, para el conjunto de los municipios analizados, el Índice de Gini se redujo de 0,5157 a 0,5058, lo que supone una caída del 1,93%. Si se amplía la perspectiva a 2020‑2022, la media de los Gini municipales baja un 3,88%.

Es decir, en términos generales, la desigualdad disminuye ligeramente en España al mismo tiempo que la renta media se recupera.

Donde la desigualdad crece

La clave está en que esa mejora agregada oculta dinámicas muy distintas por territorios. Entre los municipios de más de 50.000 habitantes, los mayores aumentos de la desigualdad registrados entre 2021 y 2022 se concentran en áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona y en municipios del litoral mediterráneo.

Encabeza la lista Santa Coloma de Gramenet (entorno de Barcelona), donde la desigualdad aumenta un 27,42% en un solo año.

Le siguen San Vicente del Raspeig (Alicante, litoral mediterráneo), con un alza del 19,13%; San Sebastián de los Reyes (área de Madrid), con un 16,78%; y Torrejón de Ardoz (también en el entorno madrileño), con un 16,60%.

Granollers (Barcelona) registra un aumento del 15,54% y Orihuela (Alicante, litoral mediterráneo) del 14,21%.

En este grupo también se encuentran Viladecans (Barcelona), donde el Índice de Gini sube un 13,54%, y Alcalá de Henares (Madrid), con un 11,22%.

En todos estos municipios se combinan presión inmobiliaria, especialización en servicios y fuertes contrastes de renta entre barrios y grupos sociales.

Contraste

Frente a estos incrementos, destaca la reducción de la desigualdad registrada en las grandes ciudades españolas. Entre las diez urbes más importantes, la única excepción es Barcelona, donde el Índice de Gini aumenta de forma muy moderada, un 0,45%.

Las mayores caídas de la desigualdad en grandes ciudades se dan en Palma de Mallorca, con una reducción del 7,02%, y en Valencia, con un descenso del 6,28%.

El cuadro que se dibuja es complejo: España ha recuperado e incluso superado los niveles de renta previos a la Covid, y en términos agregados la desigualdad ha tendido a reducirse ligeramente.

Pero al mismo tiempo, en determinadas áreas metropolitanas y en una parte del litoral mediterráneo, la brecha entre quienes más y menos tienen se está ensanchando.

Esa reconfiguración territorial de la desigualdad plantea retos de política económica y social: desde la vivienda y el transporte hasta el empleo y los servicios públicos.