La eurotorre del BCE en Fráncfort

La eurotorre del BCE en Fráncfort BCE

Macroeconomía

El BCE mejora su previsión de PIB al -8% pero avisa del riesgo de los rebrotes

Lagarde mantiene sin cambios el arsenal de estímulos monetarios y apunta contra el 'euro fuerte'.

10 septiembre, 2020 16:41
Bruselas

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El Banco Central Europeo (BCE) cumple el guión previsto por los mercados y deja sin cambios su arsenal de estímulos monetarios. La presidenta Christine Lagarde se reserva su munición a la espera de comprobar la evolución de la economía de la eurozona en otoño y el impacto de la segunda ola de la Covid-19, que amenazan la recuperación tras una caída del PIB sin precedentes del 11,8% durante el segundo semestre del año.

De momento, el BCE ha mejorado ligeramente sus previsiones económicas. Para este año calcula un desplome del 8% en el PIB de la eurozona, en lugar del 8,7% que había calculado en junio. No obstante, Lagarde admite que en las últimas semanas el sector servicios ha perdido impulso y que los rebrotes del coronavirus suponen un "factor adverso" para la recuperación. 

"Una recuperación sostenible depende mucho de la evolución de la pandemia y del éxito de las políticas para contenerla", admite la presidenta. Todavía predominan los riesgos a la baja: en el peor de los escenarios que maneja el BCE, la eurozona sufriría una recesión del 10% este año y apenas se recuperaría un 0,5%.

En su reunión de este jueves, el Consejo de Gobierno ha decidido no tocar los tipos de interés. En concreto, el tipo general de referencia se mantiene en el mínimo histórico del 0%, mientras que la facilidad de depósito, la remuneración de los bancos por aparcar su exceso de liquidez en Fráncfort, se queda en el -0,5%.

Además, el BCE seguirá adelante con su programa de emergencia de compra de deuda frente a la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés), que cuenta con una dotación total de 1,35 billones de euros, al menos hasta junio de 2011. El otro programa de adquisición de activos (APP) continuará comprando bonos a un ritmo de 20.000 millones  al mes y cuenta con un sobre adicional de 120.000 millones de aquí a fin de año.

Como de costumbre, el Consejo de Gobierno asegura que está dispuesto a ajustar todo este arsenal de estímulos si la situación económica empeora, hasta garantizar que la inflación vuelva al objetivo del 2% de forma sostenible. Lagarde ha dicho que, tal y como están las cosas, "es muy probable" que se gaste la totalidad de los 1,35 billones. Pero también ha admitido que no se ha discutido ampliar la dotación del programa de emergencia contra la pandemia. Los analistas esperan una recarga en diciembre.

Vigilar la apreciación del euro

La única novedad de este jueves es la preocupación del BCE por el 'euro fuerte'. En lo que llevamos de año, la moneda única se ha apreciado más de un 5% frente al dólar. Una subida que amenaza con agravar la crisis en la eurozona ya que perjudica a las exportaciones de las empresas comunitarias y hunde todavía más la inflación al reducir los precios de las importaciones. La presidenta ha intentado empujar el euro a la baja con sus declaraciones.

"Nosotros no tenemos entre nuestros objetivos el tipo de cambio, nuestro mandato es la estabilidad de precio. Pero como la apreciación del euro ejerce una presión negativa sobre los precios, tenemos que vigilar cuidadosamente este asunto. Y  esto ha sido discutido ampliamente en el Consejo de Gobierno", ha explicado Lagarde. 

La presidenta del BCE ha descartado que exista riesgo de deflación en la eurozona, pese a que el nivel de precios volvió a entrar en territorio negativo en agosto por primera vez en cuatro años (-0,2%). En sus previsiones actualizadas, el organismo con sede en Fráncfort pronostica una inflación del 0,3% este año, el 1% en 2021 y el 1,3% en 2022, todavía muy lejos del objetivo de llegar a un nivel próximo, aunque inferior, al 2%.

Lagarde ha restado importancia a la presión adicional de la Reserva Federal de Estados Unidos, que acaba de concluir su revisión estratégica y ha decidido que en sus decisiones de política monetaria a partir de ahora tendrá más en cuenta la situación del empleo y aceptará temporalmente una inflación superior al 2%.

El BCE emprendió a principios de año su propia revisión estratégica, que se ha ralentizado debido al impacto del coronavirus. Ahora tendrá que acelerar condicionado por la decisión de la Reserva Federal. Si no sigue sus pasos, el riesgo es que el euro siga apreciándose frente al dólar y amenace todavía más la recuperación.