Trabajadores en una obra en Zaragoza.

Trabajadores en una obra en Zaragoza. Efe

Empleo Hoy

Los trabajadores extranjeros crecen un 49% desde 2019 y sostienen el mercado laboral frente al estancamiento español

El empleo entre los nacidos en España sólo ha avanzado un 4,4% en el mismo periodo.

Más información: España recibirá 875.000 trabajadores inmigrantes más hasta 2027 en pleno frenazo del PIB, que caerá hasta el 1,7%

Publicada
Actualizada

Las claves

El número de trabajadores extranjeros en España ha crecido un 49% desde 2019, mientras que el empleo entre los nacidos en España sólo aumentó un 4,4%.

En el tercer trimestre de 2025, el 57% del empleo creado correspondió a trabajadores extranjeros, que muestran tasas de actividad superiores al 70%.

La afiliación de extranjeros a la Seguridad Social ha pasado de representar el 11% en 2019 a cerca del 14% en 2025, sumando un millón más de cotizantes en seis años.

El mercado laboral depende cada vez más de la inmigración para compensar el envejecimiento de la población española y la insuficiencia de relevo generacional entre los nacidos en España.

El número de personas ocupadas con nacionalidad extranjera ha aumentado un 49,1% desde el cuarto trimestre de 2019, mientras que el empleo entre los nacidos en España sólo ha avanzado un 4,4%, según el Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo de BBVA Research y Fedea.

Es decir, casi todo el empleo adicional creado desde la pandemia se concentra en la población extranjera, mientras que la ocupación de los españoles apenas se mueve.​

Esta brecha marca la diferencia en el actual mercado laboral. Sólo en el tercer trimestre de 2025, el 57% del empleo creado correspondió a trabajadores extranjeros.

Los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) confirman que no se trata sólo de empleo, sino también de participación.

Entre el último trimestre de 2019 –justo antes de que estallase la pandemia– y el tercer trimestre de 2025, las diferencias en tasas de actividad por nacionalidad ilustran cómo los migrantes y quienes tienen doble nacionalidad se han convertido en el motor laboral del país.

La tasa de actividad española permanece casi inmóvil, del 56,66% en el último trimestre de 2019 al 56,59% en el tercer trimestre de 2025.

Esto significa que la proporción de personas nacidas en España que están trabajando o buscando empleo no ha experimentado grandes cambios: de cada cien españoles en edad laboral, sólo 57 participan activamente en el mercado.

Desde 2019, la tasa de actividad de los extranjeros se ha mantenido en torno al 70% y la de los individuos con doble nacionalidad se ha incrementado al 76,5%. Las cifras reflejan que, entre los migrantes y binacionales, siete de cada diez están activos.

Por tanto, la proporción de quienes están buscando empleo o trabajando es claramente superior a la del grupo de nacidos en España.​

La fotografía cambia aún más si se mira la afiliación a la Seguridad Social. Entre finales de 2019 y 2025 el peso de los extranjeros en la Seguridad Social ha dado un salto notable.

A finales de 2019 había en torno a 2,1 millones de afiliados extranjeros, lo que representaba aproximadamente un 11% de todos los cotizantes. En 2025 la cifra supera los 3 millones y su peso ronda ya el 14% del total.

Dicho de otra forma: en seis años el número de trabajadores de otros países que cotizan en España ha aumentado en torno a un millón de personas y su proporción en el sistema ha pasado de uno de cada nueve afiliados a casi uno de cada siete.

Los datos de la EPA y del Ministerio de Seguridad Social se asientan en la llegada de extranjeros a nuestro país.

Según las Cifras de Población, que también elabora el INE, en menos de seis años la población española se ha incrementado un 5% hasta alcanzar los 49,4 millones de personas.

En ese mismo periodo, la población extranjera ha pasado de 5,03 a 7,13 millones. Es decir, se ha incrementado alrededor del 42%. A su vez, el peso de los migrantes respecto a la población total se ha elevado del 10,7% al 14,4%.

Ese contexto demográfico explica por qué la migración es ya algo más que un complemento coyuntural. España envejece rápido, las generaciones del baby boom se acercan a la jubilación y las cohortes jóvenes son más pequeñas.

En los empleos de mayor cualificación esto se ve con nitidez. Hace unos años, por cada trabajador mayor de 55 años con estudios superiores en activo había unos 3,5 jóvenes menores de 30. Esa relación se ha desplomado y desde 2020 hay menos jóvenes que mayores en ese grupo.

Es decir, entre los titulados superiores que están trabajando, las nuevas generaciones no bastan para sustituir a quienes se jubilan, y el relevo generacional nativo ya no está garantizado.

A nivel territorial, las comunidades más envejecidas no consiguen compensar las salidas por jubilación con jóvenes españoles y dependen cada vez más de la inmigración para cubrir vacantes.​

Productividad estancada

Mientras tanto, la productividad sigue estancada. El PIB por ocupado continúa por debajo del nivel prepandemia y la productividad por hora trabajada apenas está algo por encima de 2019, pese a que el empleo total ha crecido con fuerza.

Los costes laborales unitarios aumentan en torno al 3,6% interanual en el tercer trimestre de 2025, impulsados por una remuneración por hora al alza, mientras la eficiencia apenas mejora.

Se incorpora más mano de obra —con un peso creciente de trabajadores inmigrantes—, pero sin un salto proporcional en la productividad que rebaje la presión sobre salarios y costes empresariales.

Los expertos de Fedea y BBVA Research subrayan esta tendencia de fondo. Y advierten de que si no se atrae a profesionales cualificados con "condiciones comparables", el relevo seguirá siendo "claramente insuficiente".