Los sindicatos exigen que el nuevo SMI compense el precio de los alimentos, que ya suben un 9,3% en 2023
CCOO y UGT quieren asegurarse de que el salario mínimo cubre las necesidades básicas de sus perceptores.
26 noviembre, 2023 02:47La inflación es uno de los factores que determinan la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Así lo establece el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores y a él apelan tanto sindicatos como empresarios. Sin embargo, este año, CCOO y UGT van más allá y desglosan ese indicador hasta llegar al precio de los alimentos, que en 2023 han subido un 9,3% hasta octubre.
El encarecimiento de la cesta de la compra se ha convertido en uno de los argumentos principales que los sindicatos defenderán en la mesa de negociación del SMI. CCOO y UGT quieren asegurarse de que los trabajadores con las rentas más bajas mantienen su poder adquisitivo y pueden cubrir una parte básica de cualquier presupuesto familiar, como la alimentación.
Hasta octubre, último dato conocido, un producto esencial de la dieta española, como el aceite de oliva, acumulaba una variación anual del 73,5%. En el mismo tiempo, el arroz se ha encarecido un 16,6%, mientras que el precio de las patatas ha subido un 15,9% y el de la carne de cerdo, un 13,8%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
No está claro que los sindicatos vayan a llegar al Ministerio de Trabajo con una propuesta de subida en el entorno del 10%, acorde al encarecimiento de los alimentos, si bien es un parámetro que "no se puede obviar", como reconoció este viernes el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, a los medios.
Sin una horquilla de subida fijada, UGT y CCOO tampoco aceptarán que el SMI se desacople de la revalorización de los salarios por convenio, que en 2023 ya registran un alza del 4,19%. La otra referencia de los sindicatos es el 60% del salario medio que recomienda la Carta Social Europea, en cualquier caso, la oferta de las organizaciones sindicales no bajará del 4%.
Precios de los alimentos
Los datos del INE empiezan a reflejar una contención en los precios de los alimentos, sobre todo si se comparan con el cierre de 2022. Ese año, estos productos se dispararon un 15,9%, un porcentaje que se comió por completo la subida del SMI pactada para ese ejercicio.
El SMI de 2022 estaba fijado en 1.000 euros, con un incremento del 3,6%. Así, la inflación de los alimentos terminó el año 12,3 puntos porcentuales por encima de la revalorización aprobada por el Gobierno.
La subida de este 2023, en el 8%, tampoco compensa, en términos de alimentación, ni la inflación de los alimentos de 2022 ni la de 2023, que ya va por el 9,3% hasta octubre.
Al margen de estos casos, derivados de la crisis inflacionaria de 2022, el precio de los alimentos no había desempeñado un papel tan central en las reivindicaciones del SMI, también porque en años anteriores no impactaba de una manera tan insoportable en los bolsillos.
En 2017, la inflación de los alimentos cerró en el 1,7%, para bajar al 1,3% el año siguiente. En 2019, volvió a recuperar el 1,7%, y en 2020, la pandemia contrajo este indicador al 1,1%. En 2021, los precios de los alimentos iniciaron su tendencia ascendente con un 4,8% al cierre del ejercicio.
En ese mismo tiempo, el SMI siempre evolucionó por encima de los precios de los supermercados. En 2017, esta renta se revalorizó un 8%, y la subida fue algo más moderada en 2018, del 4%.
En 2019, el SMI experimentó su mayor actualización en años, con una escalada del 22,3%. El año de la pandemia, las rentas mínimas subieron un 5,6%, mientras que en 2021, repuntaron un 1,6%.
Ese año marca el inicio del desacople entre salarios y precios de los alimentos. Ese 1,6% pactado para 2021 resultó insuficiente a lo largo del año, con los precios de la comida encarecidos un 4,8%, 3,2 puntos por encima de las rentas mínimas.
Un 8% en 2023
Este 2023, el SMI se ha revalorizado un 8%, hasta los 1.080 euros. Una subida similar a la del precio de los alimentos en 2024, en ese 10%, equivaldría a 108 euros y elevaría el SMI a 1.188 euros, muy cerca de los 1.200 que reclama UGT como 60% del salario medio español.
Aunque una subida de dos dígitos suena abultada, existen precedentes mayores. En 2019, el salario mínimo se disparó un 22,3%, al pasar de 735,9 euros a 900 euros.
Esa fue la revalorización más alta de la que se tienen registros, aunque en los años 80, las actualizaciones de esta renta también fueron de doble dígito, con un 10,2% en 1980; un 12,5% en 1981; un 11% en 1982; y un 13,1% en 1983. Hace 40 años el SMI era de 32.160 pesetas al mes, que hoy serían unos 193,29 euros.