Cristina Herrero, presidenta de la AIReF.

Cristina Herrero, presidenta de la AIReF. AIReF

Economía

La AIReF insiste: no se pueden controlar las finanzas del Gobierno con entregas a cuenta y sin una nueva financiación

Adaptar a España la regla de gasto europea supone establecer objetivos más claros a tres años, con más datos sobre Seguridad Social y cambio climático.

Más información: La AIReF corrige al Gobierno y advierte que otorgar un 0,1% de déficit a las CCAA puede generar un caos.

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Las claves

La AIReF advierte que es imposible controlar las finanzas públicas solo con entregas a cuenta y sin un nuevo modelo de financiación autonómica estable.

La falta de Presupuestos y el retraso en el establecimiento de un techo de gasto dificultan la labor supervisora de la AIReF y la adaptación a la nueva normativa fiscal europea.

La AIReF subraya la necesidad de un marco financiero integral y coordinado entre administraciones para cumplir con los objetivos de estabilidad, déficit y deuda marcados por la UE.

Se reclama mayor transparencia en las cifras del Estado y la Seguridad Social, así como la inclusión del impacto del cambio climático y el envejecimiento en la planificación presupuestaria.

La falta de Presupuestos y el retraso en marcar un techo de gasto y una senda de estabilidad financiera sobre déficit y deuda han dejado descolocada la labor supervisora de la AIReF en el último ejercicio, por pura falta de datos sobre los que analizar.

Ese deterioro se ha generado en pleno cambio de las reglas fiscales nacionales hacia la regulación europea, cuyos objetivos pueden ser los mismos (controlar estabilidad y reglas de gasto), pero con una metodología y un planteamiento más previsor y exigente.

Ante el reto de adaptar una norma a la otra, desde la AIReF se lanza una advertencia adicional básica: será imposible aplicar ni controlar nada si no se avanza en un modelo de financiación autonómica que reduzca al mínimo los mecanismos extraordinarios para las CCAA y las entregas a cuenta.

Los responsables de la AIReF siempre advierten que no es su labor opinar sobre la estructura concreta de la nueva financiación. Su advertencia se concreta sólo en lo que esa falta de un sistema reformado pueda afectar a la sostenibilidad de los fondos públicos.

Con la nueva norma europea en marcha (se adaptará la directiva en breve), desde la institución que preside Cristina Herrero se insiste que su trabajo fiscalizador se debe "abordar desde una visión integral", en la que es imprescindible tener un marco estable y consensuado de financiación.

No se trata de analizar si hay que ceder más o menos impuestos, ni las reglas de reparto. Pero mientras subsistan fondos extraordinarios de liquidez como el FLA o las polémicas entregas a cuenta a discreción del Gobierno, sin planificación alguna, el marco fiscal nacional se debilita.

El problema se plantea tanto con la Administración Central, que es la que menos cumple con los objetivos de gasto, déficit y deuda, y con las CCAA. Es más, desde la AIReF se alerta de que su acceso a los mercados financieros se debe hacer de forma progresiva y escalonada.

En el seno de la entidad supervisora se advierte además de la ineficacia de las medidas coercitivas que hay en la regla nacional. Para Herrero, es más eficaz fijarse unos objetivos realistas y cumplirlos de forma coordinada entre administraciones.

De hecho, nunca se han tomado en España medidas como las que se contemplan en caso de incumplimiento, como entrar en la gestión de algún ayuntamiento o tomar las riendas financieras de una comunidad autónoma.

Regla europea

Los responsables de la AIReF aseguran que para cumplir con la normativa europea se pueden adaptar a la regla nacional de gasto las líneas básicas que plantea.

El problema no es tanto de regulación legal concreta, como del escenario político y español sobre el que se aplica. Hace apenas una semana que se ha marcado el techo de gasto y nadie sabe si habrá Presupuesto para 2026 o se prorrogará de nuevo el que hay.

La directiva europea que marca los requisitos para establecer los marcos presupuestarios de los estados miembros se aprobó en 2024 y debería estar traspuesta en España antes de que acabe este año.

Es más, la Comisión Europea llevará a cabo una evaluación formal de su aplicación a lo largo de 2026. Si bien desde el Gobierno se entiende que la legislación actual cumple con la mayor parte de sus disposiciones y se puede rematar con un par de decretos a fin de año.

Desde la AIReF la visión es más crítica. De entrada, la norma europea exige objetivos presupuestarios (cuadro macro, deuda, déficit y gasto) con un horizonte mínimo de tres años. Algo que con un Presupuesto prorrogado dos veces (o tres) ya es imposible.

Se pide un mayor dato de detalle en las cifras del Estado y de los fondos de la Seguridad Social, cosa que hasta ahora no se había tenido tanto en cuenta. Son datos clave de cara a paliar los efectos del envejecimiento de la población y la sostenibilidad del gasto en pensiones, por ejemplo.

También se reclama en el nuevo modelo una mayor descripción de las inversiones y los gastos de todas las administraciones públicas, incluida su repercusión en el crecimiento de la economía y su alineamiento con las políticas europeas.

En este ámbito inversor, incluir el impacto del cambio climático en la sostenibilidad es básico para las autoridades europeas. El objetivo final es tener un sistema de cuentas públicas que se pueda equiparar mejor a nivel europeo.