Un agricultor muestra tierra seca en Murcia.

Un agricultor muestra tierra seca en Murcia. Europa Press

Economía

El 'tijeretazo' de la UE al campo español amenaza con encarecer la cesta de la compra y la pérdida de miles de empleos

Bruselas quiere recortar más de un 20% los fondos de la Política Agraria Común, que garantizan la viabilidad de numerosas explotaciones.

Más información: Bruselas multiplica por cinco el gasto en Defensa y recorta los fondos agrícolas y regionales para 2028-2034

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Se temía desde hacía tiempo en determinados círculos que el puzle que la UE necesitaba armar para sumarse al auge bélico acabara en recortes para otras partidas, pero la dimensión del golpe previsto para el agro ha dejado con la boca abierta a numerosos sectores en España.

Porque el daño, insisten, sería tremendo y van a sentirlo todos los hogares si se ejecuta en los términos propuestos por la Comisión que dirige Ursula von der Leyen: un recorte de los fondos de la Política Agraria Común de más del 20%, al tiempo que se multiplica por cinco el gasto en Defensa para el presupuesto plurianual de la UE del periodo 2028-2034.

Es un mazazo para España, tradicionalmente segundo perceptor de la PAC después de Francia, porque estos fondos son vitales para la supervivencia de muchas explotaciones: pueden representar entre el 20% y el 30% de la renta de los agricultores

Así que un recorte como el ahora propuesto, que rebajaría de 380.000 millones a un mínimo de 300.000 millones la asignación a esta partida, pone en la picota miles de empleos en el campo, pero, cuidado, también en efecto dominó impactará en las economías domésticas de toda España.

Porque menos producción de alimentos garantiza que se encarezca lo que sí se logre generar, y buscar fuera lo que no consigamos cultivar aquí también va a salir más caro, advierten en conversación con EL ESPAÑOL-Invertia los líderes de las cuatro grandes organizaciones agrarias de nuestro país.

Compra más cara

"Casi todos los productos se van a encarecer", vaticina Pedro Barato, presidente de Asaja. Es la primera consecuencia del recorte de la PAC que destaca, teniendo en cuenta lo fundamental que estas ayudas son para la producción de numerosos cultivos y cabañas ganaderas en España.

Hablamos de cereales, olivar, frutos secos, pero también de multitud de cultivos de secano de hortalizas, incluso en el corazón de la huerta española, Murcia, donde el 70% es secano, remarca Miguel Padilla, secretario general de COAG. 

Una columna de tractores llega a la concentración de agricultores en el Ministerio de Agricultura, a 26 de febrero de 2024, en Madrid (España).

Una columna de tractores llega a la concentración de agricultores en el Ministerio de Agricultura, a 26 de febrero de 2024, en Madrid (España).

Porque la PAC "se puede entender como complemento de viabilidad", subraya. Con ese espíritu nació precisamente hace seis décadas como una de las políticas fundacionales de la actual UE: en una Europa devastada tras la II Guerra Mundial, la idea era garantizar la producción estable de alimentos.

Con el tiempo, la PAC se ha convertido en escudo ante los vaivenes de precios provocados por sequías y pedriscos, y también la volatilidad del mercado. Aunque pagaran menos, el agricultor sobrevivía. Sin ella, Barato está convencido de que muchas explotaciones se verán abocadas a desaparecer.

Son miles de empleos, aseguran, sobre todo pertenecientes a agricultura familiar. Su espacio podrían ocuparlo "otras formas de agricultura, como grandes corporaciones o fondos de inversión", cambiando la concentración de la tierra, apunta Cristóbal Cano, al frente de UPA.

Mientras, la vida continúa sin que descienda ni un ápice la necesidad de alimentos, que habrá que atender como sea. Hay que comer tres veces al día y esta situación promete complicar más las cosas en el súper, donde los precios han vuelto a escalar en los últimos meses.

Soberanía alimentaria

Sobre todo para la ternera, que está un 14,5% más cara que hace un año; los huevos, que cuestan un 18% más después de dispararse un 25% en solo un mes en el arranque del año; las legumbres frescas, un 7% arriba; el café, casi un 20%; la leche, un 5,6%, y el pescado, un 4,4%, según el INE. 

¿Qué pasa si se produce menos de todo esto en España? "Si dependemos de los productos de fuera, hay que tener claro que los precios de los productos se ponen fuera", advierte Padilla. Con todo lo que eso implica.

Padilla piensa en exportadores como Marruecos, una auténtica bestia negra para el agro español, que le acusa de competencia desleal. "Hay producciones que ya no se hacen en España y se van allí por el menor coste de la mano de obra", agrega. Como ejemplos, cita la judía verde o el tomate cherry.

Hay, no obstante, otros vendedores internacionales a los que recurrir. Mercosur, por ejemplo, con el que la UE ha alcanzado recientemente un tratado de libre comercio que debe aún ser ratificado y que puso en pie de guerra a Francia por la entrada de ternera procedente del bloque sudamericano. 

La situación no es inédita; nuestro país es deficitario en numerosos cultivos y debe comprar fuera para abastecerse. Un ejemplo clásico es el arroz, que buscamos en Asia, el otro es el cereal: esta misma semana el ministro de Agricultura, Luis Planas, apuntaba en el Congreso que habrá que comprar en mercados internacionales entre 10 y 12 millones de toneladas de grano.

Es la mitad de los cereales que van a producir los agricultores españoles en esta campaña. Se comprará a Ucrania, Brasil, Estados Unidos o Canadá, agregó Planas. 

Un buey frente a la Puerta de Alcalá en febrero de 2024.

Un buey frente a la Puerta de Alcalá en febrero de 2024. Jesús Umbría

¿A qué precio? Estas sí son arenas movedizas. El valor a pagar viene marcado en estos casos por los mercados internacionales, como recordó el ministro en la Cámara Baja, también influenciados por una oferta y demanda moldeada por multitud de factores.

En todo caso, son precios no negociables. O se toma o se deja, y España ha ido aceptando por su propia necesidad, elevando sin descanso en los últimos años el valor de las importaciones de productos agroalimentarios. 

En 2024 se llegaron a pagar 55.859 millones de euros por importaciones de este tipo; en 2015, la cantidad desembolsada por este concepto ascendió a 32.130 millones de euros.

El saldo, con todo, sigue siendo favorable para nuestro país (19.232 millones el año pasado, lo que convierte a este sector en el de mayor superávit comercial de la economía española) gracias al enorme volumen de las exportaciones, pero no pocas voces advierten: sin la tensión arancelaria entre la UE y Trump resuelta –ni a nivel global– habrá que emplearse a fondo para que esto siga siendo así.

El agro promete presión

De modo que la ola de la PAC puede ser un tsunami para la economía española, insisten los portavoces del campo español. Ahora tratan de encajar la decepción, casi sin límites ante Von der Leyen, a quien Barato tacha de "trilera".

"Ha olvidado los compromisos adquiridos con el campo en las últimas movilizaciones", dice en referencia a las protestas que recorrieron Europa a principios del año pasado. "Salimos a la calle con una propuesta mejor que la presentada", recuerda al respecto el coordinador estatal de Unión de Uniones, Luis Cortés, que llenó Madrid de tractores entonces.

Es una advertencia. Ahora las cuatro organizaciones esperan pacientes a que el Parlamento Europeo se pronuncie sobre la propuesta de la Comisión a la vuelta del verano. "Los europarlamentarios tienen que dar explicaciones en las urnas", subraya Cortés, y todos confían enque la presión de la calle les lleve a rechazar el recorte.

Si así no se para, calentarán los tractores. "Vamos a hacer una oposición dura", asegura Padilla. Lo visto a principios de 2024 podría parecer apenas un aperitivo en comparación.