
Una mujer trabaja en una oficina. Pixabay.
Del menú del día a la ensalada de pasta frente al ordenador: así ha cambiado en 10 años la alimentación del trabajador
Los menús del día se han encarecido un 20% desde 2016. Las distancias y las dinámicas laborales también han transformado los hábitos alimenticios.
Más información: La escalada de básicos como huevos, legumbres, verduras y fruta enciende el debate sobre el fin de la rebaja del IVA
La escena es cada vez más frecuente en las oficinas de España. Hora de comer y multitud de tuppers aparecen; a veces se reúnen en el área de cafetería que tenga el edificio, a veces simplemente frente al ordenador.
Es una situación que se está convirtiendo en la norma en estos espacios de trabajo en detrimento del que ha sido tradicionalmente uno de los momentos estrella de la facturación de bares y restaurantes, pero también todo un símbolo de la jornada laboral: el menú del día.
Un primero, segundo, postre o café que pierde terreno ante los tuppers de lentejas, pasta o arroz con cosas en la última década. Lo notan los hosteleros y los especialistas en recursos humanos; en realidad también cualquiera que pase 40 horas a la semana en una oficina.
Ya no se sale como solía hacerse antes a comer el menú, y la pregunta es por qué. O mejor, si sólo el aumento de su precio explica la huida.
Porque la realidad es que su escalada ha hecho que ya no se perciba igual de asequible para un salario medio en España, que actualmente ronda los 28.000 euros, según datos del INE. El menú del día está ya en 14 euros de media, lo que implicaría un desembolso de 70 euros a la semana.
Precios
Es un valor que ha aumentado casi un 20% desde 2016, cuando costaba 11,7 euros, de acuerdo con los datos de Hostelería de España, que en colaboración en Edenred analiza cada año los precios del menú del día.
Aunque en porcentaje parezca elevado, la organización remarca que el menú se ha encarecido menos de lo que han subido los alimentos y bebidas, que se han disparado un 39,2% desde ese año.
O sea, insisten: ha habido un esfuerzo por reducir márgenes en aras de mantener la clientela.
Con todo, hay un matiz esencial: aunque esa subida se refiere a todo el grupo de alimentos, productos como la pasta, el arroz o las legumbres, estrellas de los tuppers de oficina, siguen contando con precios muy asequibles y, por tanto, resaltan como la alternativa más económica en la dieta semanal.
Que se prefieran opciones más económicas apunta a la duda de si se recorta en alimentación por el aumento de otros costes esenciales de vida, como la vivienda. ¿Se ha convertido en un lujo pagar 14 euros por un menú del día? El secretario general de Hosteleros de España, Emilio Gallego, lo niega.
"No calificaría la evolución de los precios como el elemento que le está produciendo algún perjuicio al menú del día. Son más cambios sociológicos, en la organización del trabajo y el estilo de vida", apunta a EL ESPAÑOL-Invertia.
Menos tiempo, más conciliación
Con Gallego está de acuerdo Alberto Gavilán, director de talento de The Adecco Group. "Hace diez años era más común tener esas dos horas de comida, pero ahora las empresas, de cara a mejorar el horario y la conciliación, suelen reducir ese tiempo a una hora", señala.
Es una opción fácil de tomar para las compañías y que suele aceptarse de buen grado entre trabajadores, que adelantan una hora la salida del puesto de trabajo. El gran damnificado, el menú del día.

Varias personas comen una tortilla. Europa Press
Porque al tener menos tiempo resulta más complicado resolver el almuerzo fuera. "Se te va la hora yendo y viniendo al restaurante, es complicado que te dé tiempo, a no ser que tengas una cafetería en el edificio", explica Gavilán.
Al final, sostiene, lo que ha pasado en la última década es que se han racionalizado horarios. Una hora para comer es poco para un menú del día en una cafetería a rebosar en hora punta, pero dos horas tampoco era el ideal.
Podían resultar excesivas. "Te ponías a trabajar antes de que se terminaran", afirma.
De hecho, cree que ese modelo era práctico cuando se vivía cerca del trabajo y existía la posibilidad de comer con calma en casa. Pero en grandes entornos urbanos ya "ni es sostenible ni parece que tenga sentido: la gente siente que está perdiendo el tiempo".
Reinventar el menú
La situación aprieta a un sector que ya tiembla ante los efectos del teletrabajo parcial instalado a raíz de la pandemia en muchas compañías. "En Madrid, por ejemplo, en zonas con mucha presencia de oficinas como Azca o Cuzco, un día de teletrabajo puede suponer una pérdida del 20% de ventas", expone Gallego.
¿Qué hacer? Gallego remarca la capacidad de cambio y adaptación en la hostelería, pero lo cierto es que para muchos locales apretarse más el cinturón es complicado, sobre todo en un producto que puede ser la estrella, pero sólo si vende mucho. En caso contrario, es un lastre porque su margen es escaso.
Es complicado decir si pueden ajustarse más. Hasta el 42,3% de los empresarios han experimentado pérdida de rentabilidad en este apartado durante 2024, de acuerdo con los datos de la citada encuesta de Hosteleros de España.
Los motivos: para el 31% ha sido determinante el aumento de costes salariales; para el 24%, el encarecimiento de los alimentos, y el 10,6% señala a los suministros.
¿Está en crisis el menú del día? Gallego insiste: a día de hoy, y pese a todo, "sigue siendo una fórmula de competitividad en calidad-precio imbatible". La cuestión es si los trabajadores lo siguen viendo así.