El presidente del OEA, Francisco Ferraro; el presidente de la Cámara de Comercio, Francisco Herrero, y el profesor de Economía Aplicada de la UPO Manuel Alejandro Hidalgo.

El presidente del OEA, Francisco Ferraro; el presidente de la Cámara de Comercio, Francisco Herrero, y el profesor de Economía Aplicada de la UPO Manuel Alejandro Hidalgo. Cedida.

Economía

El OEA mejora al 2,5% la previsión de crecimiento de Andalucía este año a la espera de encajar el golpe de Trump

Los expertos apuntan que los aranceles pueden tener un impacto de hasta dos décimas del PIB. Las exportaciones de aceite, cítricos y hortalizas están en la mira.

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El oasis en el que han vivido la economía española y andaluza en el primer trimestre de este año, aún ajenos a los vaivenes internacionales, se dispone a acabar. La incertidumbre desatada en abril por Donald Trump y su guerra arancelaria va a llegar a Andalucía en los próximos meses, pudiendo impactar en una o dos décimas de su PIB que, con todo, avanzará un 2,5% este año.

Es decir, crecerá una décima más de lo previsto hace apenas tres meses, todo gracias a la fuerte demanda interna. Tanto el cálculo original como su actualización corresponde al nuevo informe elaborado por el Observatorio Económico de Andalucía (OEA) junto con la Pablo Olavide y en colaboración con la Cámara de Comercio.

El documento advierte ya de la incertidumbre que se aproxima. Si en anteriores trimestres la demanda externa y las exportaciones –disparadas en los últimos meses ante la perspectiva de que entraran en vigor unos aranceles rodeados de prórrogas– han traído vientos de cola hay que tener en cuenta que Andalucía no podrá seguir ajena a la coyuntura internacional durante más tiempo.

¿Traducción? La economía andaluza tendrá un crecimiento moderado "aunque con riesgos crecientes". Sobre todo para aquellas actividades muy basadas en la demanda externa, que "podría convertirse en el principal factor de vulnerabilidad para la economía andaluza".

A este respecto ya hay señales: las compañías con más actividad en el exterior ya "evidencian una creciente cautela en sus decisiones estratégicas, postergando en algunos casos planes de inversión y expansión hasta que se clarifique el panorama comercial global".

Las mayores dudas se ciernen sobre las exportaciones agroalimentarias. Por la guerra comercial, pero también la competencia creciente de terceros países, están en la mira aceite de oliva, cítricos y las hortalizas de invernadero.

También pueden perjudicar al refino de petróleo, manufacturas de la piedra y maquinaria y material eléctrico. Así las cosas, las estimaciones del impacto en las exportaciones serían de alrededor de una o dos décimas de PIB, "cantidad que podría verse mermada atendiendo a la capacidad de las empresas andaluzas para sustituir parte del mercado norteamericano por otros" donde avanzar más.

Esta previsión de impacto limitado, en cualquier caso, también está marcada por la incertidumbre. Nadie sabe cómo se resolverán las prórrogas de los aranceles o si Trump tomará nuevas decisiones inesperadas, lo que hace casi imposible predecir cómo estará la economía andaluza después del verano. 

"Lo que ahora sabemos es que es posible que tengamos un aterrizaje suave en términos de tasas de crecimiento", ha remarcado en la presentación del informe el profesor de Economía Aplicada de la UPO Manuel Alejandro Hidalgo.

Así, se prevé que la economía andaluza mantenga un crecimiento en línea con el de la economía española, y del mismo modo que esté sustentado en la fortaleza de la demanda interna y en sectores como la industria manufacturera y la construcción.