Pedro Sánchez durante la presentación del Plan para la Seguridad y la Defensa.

Pedro Sánchez durante la presentación del Plan para la Seguridad y la Defensa. E.E.

Economía

Sánchez dice que pagará con "remanentes" la subida del gasto militar en 2025 pero no explica cómo lo hará los próximos años

Sólo este año se podrá evitar que el aumento millonario para defensa no vaya con cargo a la partida de gasto social, más deuda o subidas de impuestos.

Más información: Sánchez rasca 10.471 millones para defensa con ahorros por el déficit, fondos UE y partidas congeladas de la pandemia

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El aumento de gasto en defensa del Gobierno en 10.470 millones, hasta completar el 2% del PIB este mismo año, se ha realizado con el aprovechamiento de partidas coyunturales y ahorros de déficit que solventan la 'papeleta' este año, pero que deben mantenerse en ese nivel o aumentar más en las próximas cuentas.

El Gobierno cumple con las exigencias de Bruselas tres años antes de lo que "otros" se habían comprometido en 2014, en referencia de Sánchez al PP, pero no hay que olvidar que la pretensión de Bruselas es incrementar todavía más ese porcentaje (al 2,7%) para garantizar la ayuda a Ucrania y la autonomía estratégica en defensa de la UE.

La gran duda que presenta la maniobra de Pedro Sánchez con los fondos UE, los remanentes de la Covid y el menor gasto financiero que ha usado para cubrir la partida de Defensa, es cómo va a sustituir esa partida en las cuentas de 2026 y siguientes, sin tocar impuestos, subir deuda o recortar el gasto social.

"Convertir un parche coyuntural en un gasto estructural en las cuentas del Estado que cada año hay que mantener o actualizar" es la incógnita a medio plazo que presenta el plan del Gobierno, admite Raymond Torres, director de coyuntura económica de Funcas.

Hay que tener en cuenta que este incremento de gasto se va a perpetuar en los Presupuestos, de forma que aunque la ejecución de ese dinero se prorrogue durante este año y el que viene, "en las cuentas para 2026 habrá que especificar cuánto se gasta en Defensa y cómo se financia", advierte.

El asesor económico del Grupo Popular en el Congreso, Santiago Sánchez, ha lanzado la primera crítica al respecto para recordar que lo que hace falta es "un programa plurianual con partidas claras y objetivos a largo plazo", y no pensar "en el corto plazo y en cómo engañar a todos todo el tiempo".

Coste y oportunidad

Desde la Universidad de Comillas, el profesor de Economía Carlos Victoria recuerda que, en este tipo de resignaciones, la clave está en saber medir el coste y oportunidad de cada cosa, es decir, "saber a qué renunciamos al dedicar un dinero que estaba previsto para un bien o servicio, a otro", por parecido que sea el objetivo.

Recordemos que en las partidas nuevas para defensa hay 1.700 millones que iban a ser para paliar daños de la pandemia en los entes locales, que ya no existen, y una partida similar se va a utilizar para mejorar la lucha contra las catástrofes naturales y los incendios.

Ese cambio puede ser entendible, pero hay que conocer la letra pequeña del plan para saber si la reorientación de los fondos UE es tan aceptable, o si es mejor dedicar el ahorro financiero de reducir el déficit a gasto en defensa o a otra cosa.

Todos los analistas consultados advierten de que se trata de un gasto urgente y de obligado cumplimiento en la coyuntura actual, que se salva de forma temporal. "Incluso con más crecimiento y sin descontar la inflación de impuestos como el IRPF, se pueden obtener ingresos extra -admite Torres-, pero todo está al límite".

"Es una situación compleja y ahora no se puede fallar porque están todos los focos puestos en ello -recuerda Victoria-, pero esto no va a ser así dentro de dos años o tres, y habrá que seguir con ese 2% de gasto de forma estructural y, probablemente, con un PIB mayor".