El Gobierno utiliza dinero "sobrante" del Fondo de Liquidez de las CCAA para cubrir el mayor gasto en defensa

Ese recorte dentro del modelo de financiación autonómica, cuya reforma se ha aplazado sine die, se justifica desde Hacienda en que la necesidad de dinero para ese fondo es ahora menor que en 2023, con lo que se consigue ahorrar una parte y permite completar un ahorro que es casi la tercera parte del aumento en Defensa.

Esta modificación cuantitativa del dinero del FLA se produce, además, en plena negociación con cada una de las comunidades autónomas de la quita de deuda que se estableció hace un año y que está aún por cerrar caso por caso, aunque los importes provisionales estén establecidos de antemano.

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Cabe recordar que el FLA depende siempre del nivel de endeudamiento que tengan las comunidades autónomas y, en su caso, los entes locales, con Cataluña como la principal beneficiaria dado que es la que mayor deuda acumula, seguida de Valencia y Castilla-La Mancha.

Según la explicación oficial, a medida que las autonomías españolas han ido mejorando sus déficit tras la gran crisis financiera y han salido a financiarse a los mercados, las necesidades de que el FLA acudiera a su rescate han sido menores, hasta el punto de que, ahora, han permitido rescatar una cantidad millonaria para el gasto en defensa.

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Las fuentes consultadas aseguran que los 2.819 millones provienen de un ahorro conjunto entre la menor necesidad del FLA de las administraciones territoriales, el recorte en las necesidades de amortización y la rebaja del déficit público, sin que se pueda desagregar qué cantidad procede de cada una de esas cosas.

Remanentes

El dinero que se ahorra del FLA se complementa hasta llegar a los 10.471 millones de ampliación para Defensa con remanentes de todo tipo procedentes del fondo de contingencia y de otros ministerios.

Por volumen, la segunda mayor partida son los 1.744 millones en créditos destinados a paliar los efectos de la pandemia que fueron ejecutados en su día y no se han gastado, con lo que "no tienen reflejo en 2025".

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Otros 1.680 millones de euros proceden de los créditos concedidos por el Ministerio de Industria en ejercicios anteriores, que en su mayoría van a ir a parar a los Programas Especiales de Modernización (PEM) y el desarrollo de nuevas tecnologías, algunos de ellos financiados con fondos de la UE.

Mientras que desde el Fondo de Recuperación, Transformación y Resiliencia de forma directa se van a obtener 1.357 millones, que en su mayoría son líneas de crédito a bajo interés para tecnología y ciberseguridad.

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El resto de remanentes corresponden al pago de salarios y pensiones para los militares, créditos sin ejecutar del propio Ministerio de Defensa y las menores anualidades que se han hecho en aportaciones a la UE.

En cualquier caso, son partidas coyunturales que se han 'rascado' de las cuentas públicas, pero que se quedarán con un gasto estructural y perpetuo en los próximos presupuestos que se aprueben de más de 33.000 millones de euros para Defensa, un 2% del PIB, que puede verse aumentado por exigencias comunitarias.