José Manuel González, nuevo presidente de Cesur.

José Manuel González, nuevo presidente de Cesur. Cedida.

Economía

José Manuel González, nuevo presidente de Cesur: "Andalucía tiene que tener 15 cotizadas en diez años"

El sevillano, que ha pasado por BP, Howden y ahora preside Bodegas Góngora, cree que el empresariado andaluz está en su "best shape ever".

3 marzo, 2024 02:00

José Manuel González no tiene muy claro cómo ha llegado hasta aquí, pero aquí estamos. El nuevo presidente de Cesur, que estrena estos días el cargo, asegura que tuvo muchas reticencias a la hora de postularse; si lo hizo fue atraído por la fugacidad del puesto: tres años no renovables le parecen una promesa anticipada de libertad.

Es uno de los grandes motivos que le hizo ceder y aceptar la petición para ponerse al frente de este organismo, que aglutina, por volumen de facturación de sus empresas asociadas, el 42% del PIB de Andalucía y el 40% del PIB del sur de España.

Aunque para haber sido reticente, tiene muchos planes para su trienio en Cesur. "Solo entiendo el mundo a tope", se justifica. Diáfano en la expresión y sin miedo a gesticular mientras habla de emperadores de Roma o cuadros de Goya, va explicando lo que quiere, que no es sino lo que ha visto fuera, en una carrera que le ha llevado durante años a Londres y que incluye BP y Howden, donde fue CEO global.

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Ahora, pasados los 50 años, se lo trae al sur. Lo dice casi con alivio, por fin está de vuelta en Sevilla: "esto", confiesa, le gusta mucho. Ahora tendrá que encajar su responsabilidad en Cesur con Bodegas Góngora, donde es presidente. "A ver cómo lo compagino", dice al borde de la carcajada. González está muy dispuesto a divertirse en esta etapa de su vida. 

¿Por qué postularse a presidente de Cesur?

Esto es como en Roma; cuando nombraban a los emperadores, era de mal gusto aceptarlo a la primera. Había que decir: no, no, no. Siempre he estado muy enfocado a mis empresas, pero coincide que creo que quizá es momento de devolver a mi tierra un poquito de la suerte que me ha dado.

Ha sido un cúmulo de circunstancias. Una persona me dijo: José, tú tienes que ser porque tú no eres hijo de empresario, y Andalucía necesita visualizar empresarios que no sean herederos de empresas, sino gente que sea capaz de crear empresas.

Me indicó un camino muy sugerente, porque la visión de Cesur es crear, poniéndolo en términos eclesiásticos, vocaciones de empresarios. Cesur no pretende ser interlocutor de nadie. Ni yo le voy a arreglar como presidente una reunión a nadie con un consejero o con un director general. No es mi misión; mi misión es que en Andalucía pueda haber más empresas, crear vocaciones.

Después hay otra cosa que me ha encantado, que son tres años nada más. Y como yo en la vida no entiendo hacer nada a medias, pues voy a muerte tres años y a otro presidente. 

¿Tuvieron que insistirle mucho, como a los emperadores?

Sí. También es verdad que en mi trabajo anterior, que yo era consejero delegado de un grupo a nivel mundial en 45 países con 16.000 personas, es que no tenía tiempo. Con lo cual no es ya que me insistieran, es que era imposible.

"Quiero que cualquier empresa que esté en Cesur esté orgullosa y diga abiertamente que es de Cesur"

Pero reconozco que después de esa conversación, cuando esa persona me dijo 'oye, yo quiero que la gente que esté empezando en Andalucía no vean una Andalucía hereditaria, sino una Andalucía empresaria nueva, fresca, dinámica'... con esos argumentos no me resisto.

¿Van a notarse cambios con esta nueva presidencia?

En principio no debería en cuanto a ideología, pero sí es cierto que una institución que tiene nueve años tiene mucho camino para avanzar. Vamos a profundizar en varios aspectos. El primero es en dejar claro al mundo empresarial, político o social que Cesur no viene ni está para competir con nadie. 

Después tenemos un programa que se llama Growlaber, con el que vamos a colegios, pero vamos a 16 colegios, tenemos que ir a 90. No tenemos una presencia activa en universidades para promover la figura del empresario y tenemos que desarrollar acuerdos con entidades educativas en ese sentido.

Tenemos 200 empresas asociadas. Tenemos que conseguir más empresas que compartan nuestra visión y tenemos que llevar el level of engagement al máximo; quiero que cualquier empresa que esté en Cesur esté orgullosa y diga abiertamente que es de Cesur.

Y luego hay una cosa que a mí me interesa muchísimo. Yo mismo he estado diez años viviendo fuera, en Inglaterra, y hay muchísimo talento en el exterior que no tiene una casa de acogida cuando vuelve aquí, y a mí me gustaría que fuese un punto de entrada para muchos CEOs que yo conozco, que están de Madrid para arriba, que son andaluces y que vuelven a su tierra y muchas veces no están conectados con la realidad empresarial de su tierra. 

Se insiste mucho en reivindicar la figura del empresario. ¿Por qué hace falta? 

Para mí el empresario es una figura que transforma y que une el talento con el capital y que crea oportunidades para el talento. También, idealmente, da acceso a ese talento al capital. Por eso defiendo tantísimo que la empresa es un elemento de transformación social. O sea, un empresario tiene más capacidad de influir en la vida de alguien que trabaja para él que ningún político. Porque el político te podrá subir los impuestos, pero si yo le digo a alguien que trabaja conmigo 'abre Chile y vete con tu familia a Chile', pues le va a cambiar la vida.

Estoy de acuerdo en que es un poquito absurdo estar todo el día reivindicando la figura del empresario, pero es que yo creo que muchísima gente no sabe lo que es un empresario. Y cuando tú hablas con chavales, quieren ser funcionarios, o futbolistas. Nadie te dice yo quiero ser empresario.

"Yo creo que la empresa tiene que pagar bien. El talento tienes que pagarlo"

¿Tienen mala imagen? 

No, pero... yo soy hijo de farmacéuticos, entonces en mi casa no hay tradición de empresario. Es como una barrera enorme. Yo creo que gran parte de la sociedad no sabe la capacidad de transformación que tiene un empresario porque muchas veces, como te digo, somos objeto de polémica en batallas que no son las nuestras. El empresario tiene que estar por encima de la política. 

Cesur ha hecho una encuesta que refleja que el 88% de los empresarios del sur de España dice haberse visto afectado negativamente por la subida del SMI. Y justamente Extremadura y Andalucía están a la cola en cuanto a brecha salarial; es donde los sueldos medios son más bajos. ¿Cómo convive este discurso con lo que mencionaba de la polémica? 

Si yo tuviera que votar en esa encuesta habría dicho 'no sabe/no contesta'. Yo creo que la empresa tiene que pagar bien. El talento tienes que pagarlo. Yo las discusiones del salario mínimo... Por eso digo que yo habría puesto 'no sabe, no contesta'. A mí me ha ido mejor mientras mejor he pagado a mis empleados. Y a mí no me importa pagar mucho, pero porque quiero ganar mucho.

Lo que no tiene sentido es subir una parte del coste sin tener en cuenta la otra parte. Pero yo creo que si las empresas ganan mucho dinero, los empresarios tienen que ganar mucho dinero y los empleados tienen que ganar mucho dinero. O sea, el ponerse con discusiones de salario mínimo es jugar a la perra chica. Eso nos hace pequeños. 

El problema es que el salario medio está muy cerca del mínimo en Andalucía y Extremadura. Es un debate inevitable.

Pero los beneficios de las empresas son también menos en unos sitios de Extremadura que en otros lados. Al final tú lo que tienes que tener es un mecanismo donde la gente gane dinero.

Yo, sinceramente, en la pelea de perra chica de políticos del salario mínimo no entro. No sabe, no contesta. Yo digo: la empresa tiene que ganar dinero para que el talento gane dinero. Y yo no tengo ningún problema en pagar lo que tenga que pagar. La mejor noticia sería que el salario mínimo quedara obsoleto, pero para eso las empresas tienen que ganar y para eso tenemos que cobrar más por las cosas que damos. En España nos vendemos muy barato. 

No es un problema del salario del empleado, del explotador... es un problema del ecosistema empresarial. En el momento en el que tú hagas que las empresas ganen dinero, tienes que pedirle, evidentemente, que la empresa cumpla con su responsabilidad para con sus empleados.

Teniendo en cuenta la experiencia fuera, ¿detecta al volver algunos gaps en el ecosistema empresarial del sur? 

Nos sobra talento, pero nos falta ambición. Y nos falta también conocimiento de acceso al capital. En el mundo anglosajón acceder al capital, ya sea en la forma de accionistas, ya sea en la forma de financiación, es mucho más fácil que aquí.

Por ejemplo, en el mundo anglosajón hay medidas fiscales que incentivan la inversión en startups. Pero la clave es el talento y eso lo tiene Andalucía, no es algo de perogrullo.

"Andalucía tiene en este momento una clase empresarial mirando al futuro, que no quiere complicarse con tonterías"

Lo que pasa es que tradicionalmente se va.

Pero se va porque se ve asfixiado, porque no hay ambición. Si yo veo que aquí puedo montar una empresa, si hay un ecosistema de gente que me ayuda... Tenemos un clima magnífico, tenemos escuelas técnicas buenísimas, tenemos una educación bastante potente, pero necesitamos ambición y capital. Y yo creo que si eso se trabaja Andalucía tiene un futuro bestial.

¿Un futuro a cuánto tiempo vista?

El futuro siempre es a 25 años. Tú en una empresa empiezas y los resultados... hoy en día nos gusta a todos la inmediatez, pero hay que ser paciente. 

Hagamos una radiografía: ¿Esta es tierra en su mayoría de empresarios herederos, o de empresarios emprendedores?

Esta tierra es de empresarios de progreso. ¡Y no soy político con esta respuesta!, te explico: incluso los empresarios herederos tienen mentalidad de emprendedores. Andalucía tiene en este momento una clase empresarial mirando al futuro, que no quiere complicarse con tonterías, que lo que quiere es avanzar, internacionalizar a su empresas.

Y un gran déficit que tiene Andalucía: sus empresas no tienen tamaño. Nosotros tenemos que tener como comunidad 15 empresas cotizadas dentro de diez años, y eso sí que es dentro de diez años. ¡Tenemos que tener empresas cotizadas! Porque las empresas grandes ayudan a la eficiencia, porque las empresas grandes crean vocaciones. Lo que pasó con Abengoa fue un auténtico drama.

Ahora mismo si hay alguna cerca de salir a cotizar es Cosentino.

Pues tengamos diez como esa. Quince. Porque Cosentino no es ya importante por Cosentino, sino por el ecosistema que ha creado en Macael. ¿Cuántas empresas trabajaban para Abengoa? ¿Cuántas trabajan para Mayoral? Tenemos que ganar tamaño, pero la clase empresarial, una vez que he vuelto y lo he visto, es de un nivel muy, muy alto. Creo que ahora mismo está en su best shape ever, en su mejor momento.

¿Cómo va a compaginar Cesur y la presidencia de Bodegas Góngora?

Como siempre lo he hecho: con mucho arte (Risas). ¿Sabes lo que pasa? Yo solo entiendo el mundo a tope, entonces lo compaginaré... Mira esto es como todo: el destino de un hombre, o de una mujer, es utilizar los talentos que te han sido dados y llevarlos a su máximo esplendor al servicio de los demás. Así concibo esta segunda etapa mía vital.

No es que antes no fuese así, es que ahora lo tengo absolutamente claro. Entonces ahora... El otro día dije en la junta de Cesur que iba a ir a visitar a todos.

¿Se le calentó el pico?

No, lo dije a propósito. Pero es que creo que ahora tengo 15 WhatsApp sin responder (risas). Yo quiero ir a todas partes, Andalucía es todo, Almería, Málaga... Me encanta ver a las empresas en su medio. Mira, cuando yo cogí el cargo de CEO a nivel global en Howden, 45 países, prometí que iba a visitar todos.

¿Lo hizo?

Lo hice. Creo que eso marca la diferencia. Está muy bien Teams y todo eso, pero a los empresarios nos gusta tocar las cosas con las manos. No sé cómo lo voy a compatibilizar, qué quieres que te diga.