A nueve días de las elecciones, los ayuntamientos andaluces no ven mucho margen para disipar sus temores: las altas temperaturas, incluso una nueva ola de calor, se asumen para ese día en el Valle del Guadalquivir. Los pronósticos auguran entre 40 y 44 grados, lo que ha llevado a los consistorios de Córdoba, Antequera y Ronda a recurrir al alquiler de aires acondicionados para los colegios electorales.

Y otros muchos estudian opciones similares. Sevilla analiza qué necesitan sus colegios para afrontar lo que en Andalucía es ya algo más que calor extremo, y que desde los ayuntamientos advierten como situaciones peligrosas. Prácticamente un problema de salud pública.

Los contratos van anunciándose a cuentagotas, siendo el del Ayuntamiento de Córdoba el de mayor envergadura hasta la fecha. El consistorio abonará 18.000 euros para disponer de 70 aparatos de aire (25 'pingüinos', móviles en el suelo; y 45 evaporativos).

[El calor récord del verano de 2022 causó más de 61.000 muertes en Europa, 11.000 de ellas en España]

La idea es usar 50 de esos aparatos durante la jornada y dejar otros 20 apartados por si hubiera que reforzar un punto o alguno fallase.

Consideran que toda precaución es poca teniendo en cuenta que la ciudad ha atravesado dos olas de calor con alerta roja en lo que va de verano. "Hay que ponerse en el peor de los escenarios", ha dicho en rueda de prensa el delegado de Infraestructuras del Ayuntamiento de Córdoba, Miguel Ruiz Madruga.

"Si esta semana se van a alcanzar, según la Aemet, temperaturas de 44 grados, hay que pensar que el día 23 de julio se puede estar rondando entre los 40 y 44 grados", ha apuntado, remarcando que son temperaturas "bastante extremas" tanto para votantes como para los integrantes de las mesas electorales.

También han decidido recurrir a estos alquileres los consistorios de Ronda y Antequera. En Ronda, la inversión es de casi 5.500 euros en sistemas de refrigeración, y en Antequera el desembolso es de más de 3.700 euros para alquilar 30 máquinas de aire acondicionado.

Sevilla valora si acometer medidas similares. Por ahora se está haciendo un estudio de todos y cada uno de los colegios electorales para ver las necesidades, indican desde el consistorio a este periódico. 

Un gasto imprevisto

Las medidas de los ayuntamientos andaluces son un goteo que monitorizan en la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP). Destacan a EL ESPAÑOL-Invertia que medidas de este tipo, que se incluyen en dossieres diarios a los municipios, acaban por ser imitadas "por muchos ayuntamientos". 

Se espera que para el 23J el Valle del Guadalquivir atraviese una nueva ola de calor, que sería la tercera en lo que va de verano, y por ello se da por hecho que los municipios intentarán contratar medidas de este tipo o, si no, modificar el escenario.

Es el caso de Puente Genil, en la provincia de Córdoba, que ha cambiado la localización de cinco colegios electorales a instalaciones que cuentan con unas condiciones de climatización adecuada.

Desde la FAMP se recuerda que este tipo de contratos implican un desembolso para los ayuntamientos que, si bien no resulta muy elevado teniendo en cuenta el presupuesto anual, si es un imprevisto con respecto a la planificación. 

En todo caso, entre las opciones disponibles los consistorios parecen encontrar más rentable alquilar que comprar dada la previsión de uso de los aires acondicionados: sin clases durante los meses estivales, tampoco se espera que haya muchas más citas electorales que socorrer durante los veranos, dado que la Ley electoral de Andalucía prohíbe que haya elecciones autonómicas en julio y agosto.

La opción más recomendada para el alquiler son los equipos vaporativos, con un precio promedio de 50 euros al día por aparato, señalan desde la Asociación de Instaladores de Sevilla.

Alguno de sus asociados admite que ya ha sido contratado por un par de ayuntamientos de la provincia, a los que también ofrecen climatizadores portátiles que no requieren instalación, y que ya se vieron el pasado abril en la Feria de Sevilla.

También entonces hubo que atender temperaturas extremas para la época del año: casi 40 grados que ahora parecen un día de verano normal.