Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Invertia

Europa

La Comisión Europea publica el Código de Buenas Prácticas de la ley de IA tras meses de presiones y dudas

El documento detalla las disposiciones a las que tendrán que acogerse los proveedores de los modelos ante la entrada en vigor de la ley.

Más información: La ley europea de IA aterriza de forma definitiva: así será la transición de 24 meses hasta su obligado cumplimiento

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Tras meses de especulaciones, críticas y suspicacias, el Código de Buenas Prácticas para la Inteligencia Artificial de uso general relativo a la Ley Europea de IA ha visto la luz. Este documento detalla las disposiciones a las que tendrán que acogerse los proveedores de estos modelos ante la entrada en vigor de los preceptos que les atañen de la norma comunitaria el próximo mes de agosto. 

Sobre el papel, este códice pretende identificar y gestionar los riesgos potenciales de esta tecnología, mantener actualizada la información relativa a la misma y describir los datos que se emplean para su entrenamiento, lo que permitirá medir su efectividad. 

Este documento ha sido elaborado por la Oficina de IA de la Comisión Europea, la entidad diseñada para supervisar los modelos de IA más avanzados y contribuir a fomentar las normas y prácticas de ensayo, además de garantizar que los Estados miembros la aplican. En total, han participado un millar de actores del ecosistema en su desarrollo, entre los que se incluyen representantes de los países, del mundo académico, de la sociedad civil, además de expertos independientes y observadores internacionales. 

En teoría, el código debía haberse publicado en mayo de 2025, nueve meses después de la entrada en vigor de la ley, en agosto de 2024; sin embargo, este se ha ido retrasando en varias ocasiones hasta fijar la fecha máxima de su presentación en agosto del presente ejercicio (fecha en la que entran en vigor la parte relativa a los modelos de propósito general dentro de la ley). Esta fecha era clave porque, de no alcanzarse un acuerdo antes de la misma, la Comisión estará facultada para establecer normas comunes para la aplicación de las obligaciones dentro de la ley directamente. 

Finalmente, no ha habido que verse en esa situación, ya que hoy se ha dado a conocer, finalmente, el documento. 

Presiones y escepticismo 

La distribución de este reglamento llega en un momento en el que la preocupación sobre su contenido por parte de un ala de esta industria era máxima. Durante los últimos meses, el retraso en su publicación había disparado las alarmas de expertos que consideraban que esto podría deberse a las presiones de la industria y el gobierno estadounidense y temían que esta influencia pudiese cambiar la versión final del código. 

Y es que, a finales de 2024, algunas de las principales ‘big tech’, que llevaban clamando contra esta norma, enviaron una misiva conjunta a los organismos comunitarios quejándose de la AI Act y llegando a afirmar que "Europa se quedará rezagada por su incoherencia". Entre las firmas se encontraban directivos de empresas como SAP, Spotify, Ericsson, Meta, Klarna, Mirakl o Taxfix. 

A ello se sumó la retirada de una directiva complementaria que definía aspectos clave en la responsabilidad legal sobre IA anunciada por Bruselas a principios de año que, en teoría, responde a la intención de los reguladores de preparar un paquete de simplificación digital para el último trimestre de 2025.

Las suspicacias sobre un posible viraje en el enfoque de la legislación siguieron creciendo y la situación llevó, incluso, a algunos de los grandes impulsores de esta norma, entre los que se incluían el premio Turing Yoshua Bengio o la exsecretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Gobierno de España, Carme Artigas, uno de los rostros en la aprobación de esta ley, a enviar una carta a la vicepresidenta de Tecnología de la Comisión Europea, Henna Virkkunen, en la que expresaban sus preocupaciones porque creían que Bruselas estaba rebajando el alcance de esta legislación.

En ella, advertían que la reducción de las obligaciones que se imponen en el documento original a meras recomendaciones para las grandes tecnológicas podría ser "peligroso, antidemocrático y generar inseguridad jurídica". Por su parte, la vicepresidenta de Tecnología de la Comisión Europea afirmó ser consciente de las críticas, pero matizó que la última versión de este código no será la definitiva y señaló la importancia de “encontrar el equilibrio".

Tres capítulos

Finalmente, el documento distribuido por la Comisión Europea consta de tres capítulos titulados: Transparencia, Derechos de Autor y Seguridad y Protección. 

El primero de ellos integra un formulario con el que los proveedores pueden recopilar la información necesaria en virtud de lo dispuesto en la Ley Europea de Inteligencia Artificial; el segundo ofrece a los mismos soluciones para cumplir con las normas relativas al respecto del copyright; por último, el tercero describe las prácticas que se deben seguir para gestionar los riesgos que integran los modelos más avanzados. 

No obstante, el camino del Código de Buenas Prácticas para la Inteligencia Artificial no ha terminado todavía, ya que, ahora, serán los Estados miembros quienes tendrán que evaluar su adecuación. Además, este vendrá complementado con las directrices de la Comisión sobre conceptos clave relacionados con los modelos de propósito general, que también se publicará este mes de julio. 

La vicepresidenta de Tecnología de la Comisión Europea ha precisado en un comunicado que este documento "supone un paso importante para que los modelos de IA más avanzados disponibles en Europa sean no solo innovadores, sino también seguros y transparentes". Así, ha afirmado que los proveedores que se adhieran al mismo "se asegurarán una vía clara y colaborativa para cumplir la ley de IA de la UE".